La Talaya, el Talayo, Casas altas y rambla Sangonera (Murcia)
near El Palmeral, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta en una zona que va cada vez a más, a la que le he añadido un punto "comanche" para visitar los altos El talayo y La talaya, denominados así por la gente del lugar; de lo que me entero gracias al bonito trabajo sobre Casas Altas del taller de historia de Sangonera la verde http://www.enclavecultura.com/cmsGaleria/media/archivos/Un%20patrimonio%20por%20descubrir%20-%20Las%20Casas%20Altas.pdf
Ante todo, y de cara a mis compañeros walking dummies, he de decir que, aunque casi toda la ruta es MUY FÁCIL, el ascenso -y descenso- de Talaya y Talayo, es SIN SENDA, lo que ya es bueno que os haga levantar las orejicas a los más inexpertos. Pero tranquis, no hablamos de subir el "Monte del destino"; son dos cerros de altura muy humilde y que debieron ser muy pisados en su día, lo que atestiguan los aterrazamientos de cultivos venidos a menos, y cuya dificultad consiste en encontrar paso entre el mar de esparto, romero y algunos pinicos. Eso sí, el descenso (hablo en todo momento del sentido de mi ruta, claro) es otro cantar; no tiene grandes riesgos, pero la cara norte de ambos cabezos está rodeada de una "faja" de roca de un par de metros de altura que te puede complicar la vida en una caída tonta. No hay que alarmarse, sólo usar el sentido común y buscar el paso apropiado. Si yo lo he hecho, tú puedes, walking dummy.
Arrancamos en la nueva Ermita de La cruz y embocamos la rambla de Sangonera. El principio no es muy cuqui porque está todo sembrado de pequeñas escombreras ilegales. Todo el mundo sabe que las ramblas cercanas a población son "ideales" para estos menesteres: una cosa muy española y mucho española.
Pronto dejamos atrás la basura y nos tropezamos con conejos, perdices y alguna pequeña rapaz, y en el punto de interés señalado tomamos senda a derecha, en paralelo a la rambla unos minutos, para salir otra vez, y a las bravas, hacia la cumbre de La talaya. Como decía, no habrá senda ni hitos, ni ná. Si alguien se alarma por los posibles cazadores, no se ve cartel alguno ni rastro de sus actividades; otro cantar es la margen derecha de la rambla, que allí sí.
Y así llegamos en nada a lo alto, donde se disfruta de buenas vistas al valle del Guadalentín, a Torreguil, el Majal blanco y Carrascoy. Enfilamos bajada y llevamos cuidadín con la "faja" de roca nombrada; vuelta a ascender y ya estamos en lo alto del Talayo. Más vistas chulas, incluidas esta vez las de una perspectiva diferente de Casas Altas. Bajada y cuidado con la otra línea de roca, para buscar a derecha el camino a las casas. Sin senda aún, pero sin dificultad, y disfrutando del mogollón de afloramientos de pequeños bivalvos fósiles.
Llegada a casas altas, donde puede estar bien un refrigerio para seguir después al balsón que se nutría de una mina de agua, al parecer hoy cegada. Si te fijas, aún se conservan en los laterales del camino partes de la canalización que bajaba el agua de la balsa.
Llegada a las ruinas previas a las casas de Las llanas, a las que llevo cuidado de no acercarme, y nos introducimos en la Rambla del pocico, en realidad una rama de la de Sangonera, y sólo queda seguir ésta en descenso al punto de partida, disfrutando de los mil y un detalles a vuestra disposición, destacando entre ellos la famosa escultura (no digo cuál, una pareja me preguntó por ella cuando ya la habían pasado, !?) y los restos de fósiles. Los chulos ya fueron esquilmados, que es algo ilegal pero ¿dónde van a estar mejor que en la casa de uno? Además, "si no me los llevo yo, se los llevará otro".
Pues eso, objetivamente fácil, a excepción de las dos cintas de roca. No es muy apropiada para verano, salvo si madrugas un poco. Imprescindible calzado de agarre, y muy recomendable algún bastón. En los espartales, buena cosa pasar alguno por delante por si los porsis.
Ante todo, y de cara a mis compañeros walking dummies, he de decir que, aunque casi toda la ruta es MUY FÁCIL, el ascenso -y descenso- de Talaya y Talayo, es SIN SENDA, lo que ya es bueno que os haga levantar las orejicas a los más inexpertos. Pero tranquis, no hablamos de subir el "Monte del destino"; son dos cerros de altura muy humilde y que debieron ser muy pisados en su día, lo que atestiguan los aterrazamientos de cultivos venidos a menos, y cuya dificultad consiste en encontrar paso entre el mar de esparto, romero y algunos pinicos. Eso sí, el descenso (hablo en todo momento del sentido de mi ruta, claro) es otro cantar; no tiene grandes riesgos, pero la cara norte de ambos cabezos está rodeada de una "faja" de roca de un par de metros de altura que te puede complicar la vida en una caída tonta. No hay que alarmarse, sólo usar el sentido común y buscar el paso apropiado. Si yo lo he hecho, tú puedes, walking dummy.
Arrancamos en la nueva Ermita de La cruz y embocamos la rambla de Sangonera. El principio no es muy cuqui porque está todo sembrado de pequeñas escombreras ilegales. Todo el mundo sabe que las ramblas cercanas a población son "ideales" para estos menesteres: una cosa muy española y mucho española.
Pronto dejamos atrás la basura y nos tropezamos con conejos, perdices y alguna pequeña rapaz, y en el punto de interés señalado tomamos senda a derecha, en paralelo a la rambla unos minutos, para salir otra vez, y a las bravas, hacia la cumbre de La talaya. Como decía, no habrá senda ni hitos, ni ná. Si alguien se alarma por los posibles cazadores, no se ve cartel alguno ni rastro de sus actividades; otro cantar es la margen derecha de la rambla, que allí sí.
Y así llegamos en nada a lo alto, donde se disfruta de buenas vistas al valle del Guadalentín, a Torreguil, el Majal blanco y Carrascoy. Enfilamos bajada y llevamos cuidadín con la "faja" de roca nombrada; vuelta a ascender y ya estamos en lo alto del Talayo. Más vistas chulas, incluidas esta vez las de una perspectiva diferente de Casas Altas. Bajada y cuidado con la otra línea de roca, para buscar a derecha el camino a las casas. Sin senda aún, pero sin dificultad, y disfrutando del mogollón de afloramientos de pequeños bivalvos fósiles.
Llegada a casas altas, donde puede estar bien un refrigerio para seguir después al balsón que se nutría de una mina de agua, al parecer hoy cegada. Si te fijas, aún se conservan en los laterales del camino partes de la canalización que bajaba el agua de la balsa.
Llegada a las ruinas previas a las casas de Las llanas, a las que llevo cuidado de no acercarme, y nos introducimos en la Rambla del pocico, en realidad una rama de la de Sangonera, y sólo queda seguir ésta en descenso al punto de partida, disfrutando de los mil y un detalles a vuestra disposición, destacando entre ellos la famosa escultura (no digo cuál, una pareja me preguntó por ella cuando ya la habían pasado, !?) y los restos de fósiles. Los chulos ya fueron esquilmados, que es algo ilegal pero ¿dónde van a estar mejor que en la casa de uno? Además, "si no me los llevo yo, se los llevará otro".
Pues eso, objetivamente fácil, a excepción de las dos cintas de roca. No es muy apropiada para verano, salvo si madrugas un poco. Imprescindible calzado de agarre, y muy recomendable algún bastón. En los espartales, buena cosa pasar alguno por delante por si los porsis.
Waypoints
Waypoint
892 ft
Cortados chunguillos
Waypoint
689 ft
Importante, salida brava
Waypoint
405 ft
Nueva ermita de la cruz
Tipo: Indefinido
Hora Inicio: 8:18 4 mar 2023
Hora Fin: 11:05 4 mar 2023
Distancia recorrida: 7,2km (02:46)
Tiempo en movimiento: 02:03
Velocidad media: 2,61 km/h
Vel. en Mov.: 3,51 km/h
Velocidad Máxima: 7,7 km/h
Altura Mínima: 111 m
Altura Máxima: 288 m
Velocidad Ascenso: 319,8 m/h
Velocidad Descenso: 207,2 m/h
Ganancia Altitud: 218 m
Pérdida Altitud: 227 m
Tiempo Ascenso: 00:40
Tiempo Descenso: 01:05
Waypoint
469 ft
Salimos derecha
Waypoint
821 ft
Tomamos rambla y a izquierda
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