La Tiñosa, el techo de Córdoba, desde el Cortijo Alto de Torres

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Reseña de la ruta en Adventoorer: La Tiñosa desde el Cortijo Alto de Torres.

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Después de un buen rato en coche acabo llegando a Las Lagunillas, un pueblecito de Córdoba. Justo antes de acabarse el pueblo, una pista de tierra en buenas condiciones sale a mano derecha. Esa pista acaba llegando al Cortijo Alto de Torres, desde donde voy a subir a la Tiñosa, el pico más alto de Córdoba.

Un poco antes de llegar hay un portón cerrado, con un cartel avisando de que los dueños no se hacen responsables de los daños que el ganado pueda causar a los coches. El paso está permitido, pero cuidado con las vacas. Me parece sensacional que haya gente así de maja. No todos los propietarios van a ser iguales.

Paso, cierro, y llego a una planicie antes de alcanzar el cortijo, donde dejo el coche. No hay vacas en las cercanías.

Me acerco al cortijo para atravesarlo, y de paso por si me encuentro con alguien, para que sepa lo que pretendo hacer y demás. No veo a nadie, solo a un perro que me ladra. El típico perro pachorrón. Tirado en el suelo, ladrando sin más. Llego al cortijo, se levanta y se me acerca. Sigue ladrando, pero sin muchas ganas. No le hago caso y sigo. Cuando voy a cruzar el cortijo, aún sin ver a nadie, llego a la zona donde estaba tumbado, y veo que hay un montón de huesos tirados. Supongo que su comida. No sé si pensaba que se los iba a quitar, pero de repente se transforma en una bestia, ladra mucho más fuerte, y me enseña unos colmillos como mi brazo de largos. No exagero, eh.

Claro, ante semejante monstruo decido salvaguardar mi integridad física, y reculo caminando hacia atrás sin dejar de mirarle, por si además de ladrar decide seguirme. Parece que se queda con los huesos y yo aprovecho para rodear el cortijo por arriba. Doy un rodeo bastante largo rodeando la valla, y aunque podría haber saltado en cualquier momento, me alejo mucho. Cruzo y voy llaneando por la ladera hasta llegar al camino.

El sendero sube hasta el collado de Puerto Mahina, y desde allí gira a la derecha hacia la Tiñosa. La subida es tranquila, aunque es molesta porque el sendero está muy embarrado. Ha debido de llover esta noche y resbala un poco. Con cuidado para no darme un culatazo, voy subiendo hasta que el barro desaparece y llega la piedra.

El camino sigue y sigue hasta la cima, sin mayores complicaciones. Un paisaje muy curioso, con olivares por todas partes. A lo lejos se llega a ver Sierra Nevada.

Tras un rato mirando aquí y allá voy hacia abajo, esta vez acortando por un sendero un poco escabroso que me devuelve al camino más directamente.

Nuevo rodeo para evitar el cortijo y el perro bestial, y llego al coche sin novedad.

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