La Vall de Gallinera - Penya Foradá (IBP 63 HKG)

Nuestra actividad comienza a unos 530 m. de altura, en la CV700 cruce con la CV714, por el collado de Benisilli, hacia el Castell de Benissili o Castillo de Alcalá, territorio del Visir Al Azraq (el de los ojos azules), famoso caudillo andalusí que vivió en el s.XIII y que protagonizó varias revueltas mudéjares contra Jaime I “El Conquistador”, el Rey de Aragón, a cuya rememoración se atribuye la fiesta de moros y cristianos de Alcoy. La subida es exigente físicamente, pero la senda se encuentra perfectamente marcada.
Desde el Castillo, las vistas son impresionantes, se controla todo el Vall de la Gallinera y se alcanza a ver el mar. Desde la fortaleza se controlaba el paso hacia Cocentaina y el Valle de Alcoy desde el este. Hoy en día sus muros están en ruinas aunque parece que existe un tímido intento de recuperación de sus estructuras de 800 años de antigüedad. El recinto se encuentra vallado para protección de los restos y también de los visitantes, por su escarpada situación.

El lugar había sido descubierto mucho tiempo antes, entre los siglos VII-VI a.c., por el poblado íbero “El Xarpolar” cuya ubicación dejamos a la derecha de nuestra subida. Este poblado tuvo una época de gran importancia durante la dominación romana y fue definitivamente abandonado durante el siglo I a.c.

Pasamos por una fuente prácticamente seca y alcanzamos la cuerda de la cresta de la Serra Foradà que será nuestra guía en esta jornada. Al frente, en este punto estaría al mencionado poblado íbero y nuestro pasos se dirigirán hacia la izquierda, hasta el Tossal de la Creu o la Cruz de les Morteres a 905 metros de altura y cota máxima de la ruta.
De la Cruz se bajan 130 metros, para a continuación volver a ascender hasta los 850 metros en el Tossal dels Cuartesos.

Nueva bajada, y nueva subida, hasta 850 metros para llegar al Penyal Gros, donde encontramos un vértice geodésico. Caminar por la cresta puede ser complicado en ocasiones: las formaciones kársticas se vuelven realmente irregulares, la roca se agrieta y fragmenta, resultando a veces muy complicado encontrar un lugar donde poder pisar.
Hacia el este, se abren unas espectaculares vistas de valle, con el Miserat al fondo. Entre la bruma de la costa, hacia la derecha, aparece la silueta del Montgó. Por el sur La Vall d´Alcalá y por el norte La Vall de Gallinera.

A partir del Penyal Gros ya es todo de suave bajada, con pequeños repechos, hasta llegar a La Foradá, un agujero en la montaña, impresionante. En este lugar, anualmente se produce un fenómeno astronómico los días 8 de marzo y 4 de octubre, cuando la luz del sol pasa a través del agujero de La Foradà y alumbra los restos del antiguo Convento Franciscano del siglo XVII que había en la Vall de Gallinera. Acontecimiento que es aprovechado por los pueblos del lugar para realizar actividades turísticas, gastronómicas, etc.

A continuación nos dirigimos a la Cova Obrada del Moro. Se trata de un corral situado en una zona muy rocosa y desde el que se abrió un agujero en la piedra para acceder a una cueva que daba al acantilado. Una pared de obra de mampostería cierra esa cueva.
Comenzamos el descenso y continuamos aproximadamente 2 kms. por pistas forestales y caminos en los que, a consecuencia del incendio que arrasó la zona hace unos años no encontramos pinos hasta la zona del riu d’Acala, según unos, o río Girona, según otros, que en la actualidad está seco. Pocos metros más adelante cruzamos la carretera CV712 y llegamos a una zona de picnic.

Desde aquí podemos ver la pista, que en sus primeros metros está asfaltada, que va hasta el Nevero de Baix. Este nevero se encuentra en muy buenas condiciones y es de los pocos que conserva su cúpula. Se puede acceder a su interior por una plataforma y gracias a sus ventanas por donde entra la luz, podemos apreciar sus dimensiones. Estas construcciones se originaron en el S. XVIII y estaban dedicadas a recoger, almacenar y compactar la nieve caída en los alrededores para convertirla en hielo, que se comercializaba a los pueblos de la comarca y al puerto de Denia. Este hielo servía para conservar los alimentos cuando todavía no existían las neveras eléctricas. Su transporte se realizaba en carros y los dueños calculaban la merma del género durante el trayecto para tasar su precio.

Desde aquí, en un corto trayecto nos adentramos en Alcalà de la Jovada, final de nuestra etapa. Esta localidad fue la capital del feudo de Al-Azraq. En el pueblo está su antiguo palacio, en una plazoleta con una fuente con la efigie de este caudillo musulmán.