La Velilla: a Pajares por el cañón del Cega

Lo mejor, todos los terrenos y paisajes: (1) Del estrecho cañón silíceo del Cega. (2) Del valle calizo y sereno del Cega. (3) Del valle herboso del Santa Águeda. (4) De los prados y campos de cultivo de la planicie.

Lo peor: La marcha es más cansada de lo que indican sus parámetros porque los escasos 1,6 km por el cañón, aun con la ayuda de las escaleras, plataformas y cadenas instaladas, exigen un sobreesfuerzo, sobre todo para las rodillas. Además, la primera parte de la marcha es de descenso; la subida llega al final.

Esta marcha está inspirada en las de "Crestas Blancas” (id=5925693), “Geographica” (id=2066967) y “Juan Alfonso Rivera” (id=2066967). Les agradecemos sus valiosas aportaciones. El lector hará bien en consultar los originales antes que esta copia. Nuestro objetivo es descubrir los principales lugares que ellos han descrito, haciendo una marcha circular y de no mucho desarrollo para acabar pronto y visitar Pedraza.

Dejamos el coche en el lugar donde la carretera de Arahuetes se separa de la que une La Velilla con Pajares de Pedraza (waypoint 1). Desde aquí bajamos rápidamente (1,6 km) al molino de La Cubeta, por pista pulverulenta y sendero. Es el tramo 1 y nos da la oportunidad de ver el cañón desde lo alto.

En el puente del molino (waypoint 2) iniciamos el segundo tramo (también de 1,6 km), que es el de más interés de toda la ruta. Estamos en el cañón del Cega. Posee el atractivo del río encajonado, violento y ruidoso que se mueve dificultado por una geología convulsa de rocas silíceas. Y el atractivo adicional de vencer las dificultades de un camino tortuoso que sube y baja sin descanso. En varios lugares nos ayudamos de las escaleras, plataformas y cadenas instaladas para favorecer al caminante como en un parque temático. Aun con estas ayudas, este corto tramo es cansado y puede ser peligroso con roca mojada. Consideramos que acaba allí donde encontramos un puente (que no cruzamos, waypoint 3) que parece no servir a camino alguno.

A partir del puente, el valle se ensancha, el río se serena y entramos en terreno calizo con vistosas peñas buitreras. Lo llamamos tramo 3 y llega hasta Pajares de Pedraza (p.k. 5,1).

En Pajares empieza el tramo que llamamos 4º, que nos sube lentamente por la margen izquierda del río Santa Águeda (a nuestra izquierda) por praderas muy vistosas, con mucha vegetación de ribera y de sabinas (no pinchosas); vegetación que ocasionalmente nos corta el paso y nos obliga a buscar el sendero. En las escarpadas laderas, los robles están desplegando sus tiernas hojas de color ensalada, color que los hace destacar de las oscuras sabinas y encinas. Así llegamos al entorno del puente de Santa Águeda (waypoint 6, p.k. 8,1), de antiguas losas de piedra, por donde se conoce que cruzaba un importante camino antiguo. Buscamos inútilmente las ruinas de la ermita; encontramos un hermoso prado.

Tras comida y siesta en este delicioso lugar, optamos por iniciar la vuelta por la antigua calzada, todavía empedrada en algunos lugares. Es el quinto y último tramo de nuestra marcha, que nos sube a la planicie. Esta subida, aunque corta, puede ser penosa en verano. Contra lo esperado, todavía cruzamos algún arroyo y encontramos frondosos prados antes de llegar a los verdes sembrados. Ganamos la carretera de Arahuetes, que en un muy corto tramo, distraídos por la vista del castillo de Pedraza que destaca en la distancia, nos vuelve al punto de partida.

Las fotos están escogidas y comentadas para ayudar a comprender lo que esta marcha ofrece.