LA VEREDA DE LA ESTRELLA INTEGRAL (desde Güejar Sierra y por la Cuesta de los Presidiarios)

La Vereda de la Estrella está considerada como el sendero más excepcional de toda Sierra Nevada y proporciona acceso a las cumbres más altas de esta sierra (y de la Península Ibérica, no lo olvidemos) por sus vertientes más agrestes. Nos hallamos en uno de los lugares más salvajes y hermosos de toda España. En este camino cada recodo es una sorpresa. La época más indicada para tal excursión sería la otoñal tal y como se ha realizado ya que la gama de colores que nos podemos encontrar en nuestra travesía es la más variada.
La Vereda de la Estrella toma su nombre de las antiguas minas que se encuentran en el valle del río Genil y junto a las que pasaremos en nuestro recorrido. Esta vereda fue abierta sobre los cortados del Genil a mediados del Siglo XIX y más tarde fue acondicionada por la compañía belga que explotaba las Minas de las Estrella. La actividad minera de la cuenca alta del Genil se remonta a tiempos de los fenicios y los romanos. Los musulmanes también explotaron los yacimientos de hierro, cobre y serpentina y, en época nazarí una multitud de cautivos cribaban las aguas del Genil en busca de partículas de oro. Cuenta una leyenda que fueron esclavos conversos los que, con el oro encontrado en el Cerro del Sol, en Cenes, forjaron una corona para el rey de la Alhambra.
Iniciamos la ruta a las afueras de Güéjar Sierra, en su parte baja, en un lugar conocido como El Embarcadero junto al río Genil y donde comienza la cola del embalse de Canales. En este lugar hay un pequeño ensanche para dejar los vehículos.
La primera parte de esta ruta la haremos siguiendo el recorrido del antigua tranvía de la sierra, pionero en los ferrocarriles españoles de montaña. El ferrocarril de la sierra nunca estuvo concebido como una línea de explotación convencional, ni tampoco minera. Era un tranvía turístico que acercaba a los excursionistas a los abruptos parajes de la sierra por un desfiladero donde discurren las aguas del Genil salvando la agreste orografía con más de 20 puentes. El proyecto fue llevado a cabo por el Duque de San Pedro de Galatino en 1919, comenzando las obras en 1921. El primer tramo entre Granada y Güejar Sierra se inauguró en 1925, el segundo hasta Maitena en 1928. Su explotación comercial duró hasta 1931, año en que los malos resultados económicos hicieron que el Estado se encargara de su explotación y alargara la línea hasta el Barranco de San Juan en 1947. La idea permitió dar un respiro a la vía hasta 1974, aunque con el fantasma del cierre siempre presente. La construcción del pantano de Canales anegó 5 km de vía por debajo de Güéjar y eso supuso su clausura definitiva.
Iniciamos pues nuestro camino en El Embarcadero subiendo la carretera que traíamos desde Güejar unos metros y tomando una pista que surge a nuestra derecha con indicativos del Restaurante La Fabriquilla, que queda bajo nosotros. Comenzamos a caminar por los vestigios del último tramo del tranvía. El paisaje se cierra en torno al bosque de ribera, álamos, chopos, fresnos y arbustos como la zarza o el rosal, nos crean un bosque en galería de colorido brutal. Vamos paralelos al río Genil en sentido ascendente que en ocasiones se remansa en meandros formando bellas pozas naturales.
Nuestro camino asciende muy paulatinamente y esto nos permite observar los muros de contención construidos con lajas de pizarra y reforzados con contrafuertes así como la extrema belleza del bosque de castaños que tenemos al otro lado del río y que en esta ocasión luce un impresionante colorido otoñal. La sensación aérea nos invade, sobre todo al cruzar el primer viaducto de tan solo 1 metro de anchura (pero con su barandilla). Pasamos por un par de oscuros túneles excavados en la roca, con sus paredes sin revestir, (importante llevar linterna y/o frontal). Llegamos a la estación de Maitena, en la confluencia el río Maitena con el Genil, que hoy alberga un coqueto restaurante, y que tras cruzar el puente que salva el río Maitena nos incorporamos unos metros a la vía asfaltada donde debemos extremar la precaución ya que la compartimos con vehículos de motor. Unos metros más adelante dejamos de nuevo la carretera para ir bajo ella por la vereda pegados al río en un tramo que nos obsequia con unos cuantos rincones ribereños de gran encanto.
Nos incorporamos de nuevo a la carretera y al poco de hacerlo llegaremos a El Charcón, antiguo apeadero del tranvía, donde la carretera se divide en dos ramales justo antes de entrar a un túnel por el que nos introducimos obviando la carretera que a la derecha cruza el río y se dirige al antiguo Hotel del Duque, hoy Seminario Diocesano del Arzobispado de Granada. Desde El Charcón partía originalmente la Vereda o Camino de la Estrella pero al haberse modificado el paisaje ahora se considera que comienza en la confluencia del Barranco de San Juan con el Río Genil.
Tras traspasar el túnel podemos contemplar un bello edificio junto al río de arquitectura montañesa que recuerda paisajes pirenaicos o alpinos.
Seguimos avanzando por la carreta pasando junto a varios restaurantes a las orillas del río, de cuyo cauce no nos separamos y tras pasar el Restaurante Chiquito, un poco más adelante llegaremos a un puente donde antes de cruzarlo la vereda continúa ya al margen de la carretera que progresa y tenemos en frente en la orilla opuesta. La vereda progresa ascendiendo muy suavemente por el margen natural izquierdo del río pasando por un primer puente colgante para salvar un barranquillo y posteriormente llegamos a una antigua y pequeña Central Hidroeléctrica con sus tejados de pizarra negra que se construyó en 1940 y que no se llegó a instalar. Pasaremos unos metros más adelante por un otro puente colgante de mayor longitud que salva el Barranco de las Ánimas y tras él llegaremos al Barranco de San Juan justo en su desembocadura en el Río Geníl. Este lugar también es conocido como la Vegueta del Caracol. Desde aquí es donde actualmente se inicia la Vereda de la Estrella y por ello nos encontraremos paneles indicativos e informativos de la misma. Aquí se encuentra el límite del Parque Nacional de Sierra Nevada en el que a partir de ahora nos introducimos de lleno. La senda está bien marcada y asciende entre una frondosa arboleda donde predomina el roble durante unos 200 metros, hasta un punto donde la pendiente se suaviza y la senda se hace prácticamente llana. Podemos observar lo espléndida que se muestra la naturaleza en estos parajes: fresnos, castaños, quejigos, encinas, robles y arces son los árboles más representativos. La vereda está bien definida y no admite dudas en cuanto a su itinerario. Discurre por unas laderas norte donde los rayos de sol no dan directamente hasta el mediodía. Esto hace que proliferen musgos, hiedras trepadoras y helechos en los bordes de la misma. La estación más aconsejable para realizar este itinerario es esta, el otoño, cuando la naturaleza muestra aquí una increíble gama de colores. A unos 800 metros del Barranco de San Juan nos encontraremos balizas indicativas del sendero Sulayr, sendero de gran recorrido como indican las franjas blancas y rojas de las balizas. La vereda progresa brindándonos unas impresionantes vistas sobre el Río Genil que transita bajo nosotros entre una frondosa masa forestal con gran cantidad de caducifolios que colorean gustosamente nuestro avance. A unos 2 kms del Barranco de San Juan, el sendero pasa junto a un fotogénico castaño centenario, de tronco inmenso y retorcido, conocido como "El Abuelo", famoso entre todos los montañeros y lugareños y que desde hace décadas vive apoyado en un murete de piedras construido para impedir su caída. Con sus más de 20 metros de altura y sus 313 metros cuadrados de proyección de copa está catalogado como Arbol Singular de Andalucía.

La vereda serpentea sin brusquedades por la umbría de la loma de San Juan, mientras la ladera de enfrente sufre el sol de la mañana. Pasamos ahora el Barranco de las Tormentas, el de la Loma del Muerto y el Arroyo de Cabañas Viejas con un trazado espectacular adaptándose el sendero de forma cómoda a las irregularidades orográficas de este abrupto terreno. Tras llegar al Puntal del Vadillo donde obtendremos unas fabulosas vistas de la confluencia del río Vadillo con el Genil, nos encontraremos más arriba un cruce de veredas, el Cruce del Vadillo o de Peña Partida, en el cual a la derecha continúa la Vereda de la Estrella, nosotros tomaremos la de la izquierda que baja hasta el río Genil, cruzándolo por el Puente de los Burros en un espectacular enclave entre sauces donde las aguas del Río Genil bajan con fuerza obligándonos a disfrutar del paisaje ribereño durante un momento para después subir por la Loma del Calvario; esta subida es conocida como la Cuesta de los Presidiarios, llamada así por ser utilizada para llevar a los presos dirección a Almería para ir a galeras, aunque otras fuentes más lógicas apuntan a que este nombre es debido a los presos que estaban destinados a trabajar en las Minas de Vacares y a las que accedían por este camino. La vereda asciende de forma continua y con numerosas curvas cerradas entre cipreses, robles y encinas en su primer tramo, dando paso el ciprés progresivamente al pino que llega a predominar en la zona más alta de esta vereda. Tras un pequeño collado que da vista al Barranco y la cabecera del Vadillo llegaremos a un increíble mirador natural que nos muestra de golpe lo sublime de las altas cumbres de Sierra Nevada, Veleta, Barranco del Guarnón, Mulhacén, Alcazaba, … Todos ellos mostrándonos su abrupta y bella cara norte, en una imagen que permanecerá imborrable en nuestra memoria.
Desde este punto, rápidamente llegaremos al Barracón forestal del Calvario llamado Refugio de la "Cucaracha". Este se encuentra situado en la parte alta del Cortijo de Los Lirios, y se encuentra totalmente cercado por una alambrada para impedir el paso a los animales, por lo que pasaremos por unas curiosas escaleras metálicas insertadas en la propia alambrada. Este Refugio es otro fantástico mirador de primer orden hacia los tresmiles antes mencionados, y constituye un alojamiento idílico donde los haya.
Salimos del Refugio de la Cucaracha siguiendo el sendero que sale del vallado hacia el sur entre un espeso encinar y dando vistas cuando la frondosidad lo permite al vertginoso barranco formado por el Río Real y sobre el cual podremos apreciar el elaborado trazado de la Vereda de la Estrella, verdaderamente colgada en el abismo de los cortados del Genil. También podremos disfrutar esporádicamente de las vistas del impresionante Barranco del Guarnón y de las nevadas y umbrías caras norte de los tresmiles más importantes de esta sierra. Con estas singulares vistas continuamos con nuestra ruta hasta que llegaremos al Refugio del Aceral, otro increíble mirador, junto al Barranco del Aceral que cruzaremos para completar la subida por un pequeño bosque de pino albar hasta el punto más alto de nuestra ruta (1816m), dejando a nuestra derecha la cascada del Aceral, y prosiguiendo nuestro sendero que en un precioso tramo en el que va casi colgado junto a un abismo impresionante que forma el Barranco del aquí denominado Río Real (se denomina así al Río Genil desde la confluencia con el Arroyo del Guarnón). Las vistas siguen siendo de órdago: las grandes cumbres de la cabecera del Genil. De izquierda a derecha, Cuenca del Río Vacares, Cumbre y Espolón de la Alcazaba, río Valdecasillas, Mulhacén, Loma de Casillas y Juego Bolos, río Valdeinfierno, y Puntal de la Caldera. A la derecha, Crestones de Río Seco y frente a nosotros la Loma de Lanchar.
Comenzamos a divisar ya la Majá el Palo, y que es el punto de confluencia de los arroyos de Lucía, Valdecasillas y Valdeinfernos, con sus correspondientes barrancos. Iniciamos el descenso pues hasta este punto no sin antes disfrutar de la estampa de la Chorrera del Real, preciosa cascada por la que el Arroyo Valdecasillas se desploma en 40 metros de caída frente a nosotros. Bajamos pues junto al Barranco de Lucía hasta llegar a la Majá el Palo, donde cruzamos el río Real por un puente de madera de reciente construcción. Desde este punto remontaremos el Río Valdeinfierno junto a su cauce por un sendero que nos lleva tras pasar el barranco del Rincón al vivac de Cueva Secreta, que es frecuente confundir con la verdadera Cueva Secreta, a la que llegamos tras seguir un sendero que parte de unas muros semiderruidos que hay junto al vivac y que tras salvar una fuerte pendiente con un serpenteo hacia el oeste llegamos al bello refugio natural de Cueva Secreta, que antiguamente era una choza de pastores utilizada en sus trabajos estivales y que está formada por una corraleta de piedra y una choza en el interior de una gran roca. Frente a nosotros tendremos la Majada del Palo.
Desde aquí volveremos a descender por el Río Valdeinfierno por donde lo hemos ascendido anteriormente y tras llegar a su confluencia con el Río Real iniciaremos el descenso ya por la Vereda de la Estrella, y tras contemplar varias varias cascadas junto a nuestro camino en la zona conocida como Las Angosturas del Real. También podremos disfrutar contemplando las Cascadas del Aceral, una serie de saltos de agua por los que se desploma del Arroyo del Aceral salvando una caída de 100 metros de altura. Junto a este precioso enclave pasaremos junto a las Minas de la Justicia (abandonadas) mientas que poco a poco la vereda va ganando porte hasta que tras bordear el Rascal del Guarnón, extremo de la Loma del Lanchar, llegaremos a otro de los enclaves con más embrujo de esta ruta, el Barranco del Guarnón, cuyo arroyo salvamos por un precioso puente de madera. Este barranco desciende desde los Corrales del Veleta en un descenso que parece no tener fin y junto a su confluencia con el Río Genil nos encontramos. El Veleta o Picacho se aprecia perfectamente coronando la agreste estampa de este impresionante barranco. Un grandioso rincón que te hace sentir insignificante.
Ascendemos un poco hasta llegar a las Minas de la Estrella, también abandonadas y a las que le debemos el nombre a esta vereda. Las construcciones mineras que aún perduran en este lugar y que la vereda cruza a modo de calle también eran conocidas como “ La Puerta del Guarnón”. Más adelante pasaremos junta a las minas de la Probadora, minas ricas en hierro pero el mineral que realmente interesaba obtener era la plata y el cobre y que fueron utilizadas hasta finales de los años 50. En este punto encontraremos un sendero que nos sale a nuestra izquierda y que se dirige a los Cortijos del Hornillo pero que en esta ocasión obviaremos. Tomamos el sendero de la derecha que sigue siendo la Vereda de la Estrella y que desciende acusadamente para poco a poco suavizar su inclinación mientras el barranco del Genil se estrecha y la vereda comienza a mostrar unos imponentes muros de piedra seca que la sostienen casi en el abismo. Este tramo es algo excepcional y brinda una sensación muy placentera mientras progresamos en el descenso. Posteriormente llegamos a una curva llamada “El Viso” donde las caras norte del Mulhacén y la Alcazaba nos muestran su bella estampa sobre el barranco del Genil. Aquí se ha acondicionado un mirador conocido como el Viso de las Nortes donde un panel nos ayudará a interpretar mejor estas maravillosas vistas. Hasta esta curva la imagen majestuosa de la Alcazaba nos acompaña siempre en nuestro descenso. Desde aquí ya dejamos de contemplar las cimas de los tresmiles y solo nos queda llegar al Mirador del Vadillo, cruce de caminos donde antes nos desviamos para subir por la Cuesta de los Presidiarios y desde este punto completar nuestra ruta por el camino ya andado hasta llegar al Embarcadero, punto inicial y final de esta magnífica ruta.