La Vereda desde el embalse de El Vado, Puente de Matallana, Las Pozas del Aljibe, Matallana

Ruta desconocida y espectacular que nos lleva a dos pueblos de arquitectura negra (Matallana y La Vereda), un montón de gigantes encinas y robles centenarios y una cascada junto al río Jarama (las Pozas del Aljibe).
Salimos de una pequeña zona de aparcamiento, cerca del muro del Pantano del Vado, para enseguida ir bordeando sus aguas y comenzar poco a poco a ganar altura. Tropezaremos con un pino caído que entorpece el paso y posteriormente en el alto tenemos una estupenda vista del Pico Ocejón. El Pantano lo mantenemos a nuestra derecha y nos va sorprendiendo con un montón de panorámicas donde sacar una fotografía. Una de ellas los meandros de la recula del Arroyo Vallosera (Valle de los Osos en el Libro de Montería del rey Alfonso XI, 1311-1350), otra, la iglesia de El Vado, sobre un espolón de la presa, riscos de piedra, meandros, ....
Después de una fuerte bajada en zig-zag, cruzamos el arroyo de Vallosera sobre un tronco ayudados por una cuerda para mantener el equilibrio. Divisamos las anteriores pasarelas del cruce del arroyo, hoy desaparecidas y un poco mas arriba, se divisa los contrafuertes del antiguo puente que lo cruzaba. Hay que tener en cuenta, que ésta vereda, era el único acceso para llegar a los pueblos que visitaremos. Seguimos subiendo y atravesamos una alambrera metálica y enseguida divisamos una de las casetas que usaba Rodríguez de la Fuente para rodar sus películas sobre los lobos, allá por los años setenta. Dejamos el cercado y cogemos la pista y al poco nos salimos de la misma, cruzamos un arroyo para remontar y volver a coger la pista y volvernos a salir, esta vez con dirección al río Jarama. Bajamos, subimos volvemos a bajar y llegamos a una magnífica pradera donde se divisa una encina de enorme dimensiones. Cruzamos un pequeño arroyo por encima de un tronco, esta vez guardando el equilibrio o mejor con la ayuda de una mano salvadora y rápidamente llegamos al Jarama y lo cruzamos por el puente de Matallana, con esa curiosa forma que tiene. Debajo del puente actual está el antiguo. Enseguida nos desviamos para después de cruzar el arroyo del Soto por otra pasarela de madera, llegar a otra de las sorpresas de la ruta, las Pozas del Aljibe. En primavera o invierno son espectaculares. Volviendo por nuestros pasos y una vez rebasado el río, nos desviamos por una vereda hacia Matallana, disfrutando de varios ejemplares de robles y encinas espectaculares. Cogiendo ésta vez la pista, en poco mas de una hora y media, llegamos a La Vereda y te quedas sin palabras. Es un pueblo típico de arquitectura negra, con varias casas arregladas y muy interesante. Fue expropiado por la Confederación Hidrográfica del Tajo al construirse el pantano, para replantar pinos. Fijarse en la era, en la parte alta del pueblo, excavada en la roca viva. La iglesia, la escuela, el ayuntamiento. Se recomienda callejear por el pueblo. Saliendo visitamos otra magnífica colección de encinas centenarias, con ramas casi horizontales, que buscan la luz del sol y se prolongan increíblemente. Volvemos a subir a la pista, atajamos y nos despedimos de las encinas con otros ejemplares. Enseguida llegamos a la alambrada que ya conocimos por la mañana al igual que el camino de vuelta, que nos lleva al punto de partida.
Ya de regreso en el coche, en el cercano pueblo de Retiendas sale un camino a las ruinas del Monasterio cisterciense de Bonaval (1.164), con una preciosa puerta de entrada en arco apuntado de varias arquivoltas y un reloj de sol en un muro de la torre.