La Xamoca desde Campiellos

Ruta circular que parte del pueblo de Campiellos y asciende a la Xamoca subiendo por Llagos y bajando por el Collado de Unquero.

La ascensión en un primer tramo es constante pero cómoda, pasando por las Colladas de Ricau y Saús, hasta encontrarnos con las primeras cabañas de pastores y el Mirador de Llagos. Subiendo un poco por la majada vemos una fuente-abrevadero para llenar la cantimplora. La subida al Pico se inicia desde este abrevadero.
Nos adentramos en un pequeño bosque con predominio de hayas y espinos salpicado de formaciones de caliza, donde prestamos atención a las marcas de círculos amarillos, ya que, en ocasiones, perdemos de vista el sendero.

Saliendo a terreno más abierto, continuamos la ruta a media ladera por un terreno mixto de vegetación de matorral bajo y piedras calizas, donde seguimos guiándonos por las marcas senderistas, círculos amarillos alternando con las blanquiamarillas de la PR, hasta llegar al Pico de La Xamoca (1281 m), donde disfrutamos de sus espectaculares vistas durante un merecido descanso.

La vuelta, en vez de bajar nuevamente hasta la fuente de Llagos para tomar el camino de Unqueru, la hacemos tomando dirección este atravesando el bosquecillo y bordeando Picos de la Carba hasta llegar al Collado de Faidiellu, y desde aquí al de Unqueru, reconocible por el pequeño promontorio que aparece entre los prados.
Desde este punto, hay que dirigirse hacia la cabaña derruida que puede verse unos metros más abajo para tomar el sendero que, por la izquierda, inicia el descenso a Campiellos. Esta zona del sendero estaba totalmente cubierta por bastante agua y barro, un inmenso lodazal que nos llevó algo de tiempo bordear.

Una vez pasado el lodazal continuamos el sendero, pasando por Práu Ríu, hasta una bifurcación que nos ofrece dos alternativas: bajar hasta Rioseco y continuar por la carretera hasta Campiellos, o tomar el camino de la derecha que acorta a Campiellos directamente. Optamos por el directo a Campiellos y nos encontramos tramos del camino cubierto de agua y/o barro, aunque se podían salvar hay que tenerlo en cuenta.