Laguna de Galín Gómez

Desde Barco de Avila seguimos la carretera hacia el Puerto de Tornavacas hasta el pueblo de Puerto Castilla que se encuentra en la misma carretera. La carretera se estrecha mucho en el pueblo, nada más pasar este estrechamiento, giraremos a la izquierda y subiremos hasta el cementerio, después continuaremos por la pista. Esta, al rato se bifurca, cogeremos la de la izquierda, que viene indicada como el GR 293, y la seguiremos hasta alcanzar, después de recorrer unos 4 kilómetros, una portera donde ya solo se permite el paso a vehículos autorizados. La pista, con bastante inclinación al principio, nos introduce en un pinar, luego, se suaviza Un poco antes de llegar a la parte más alta del pinar, salimos fuera del vallado de piedra en el que se encuentra el pinar por una portera, que encontramos a nuestra derecha, hasta llegar a una pequeña pradera donde la pista desaparece y el camino no está muy claro.mucho y hace grandes eses que se pueden atajar.
A nuestra izquierda llevamos una valla de piedra que debemos de seguir un poco hasta que comienzan los piornos. En ese punto, el camino se va separando poco a poco de la valla y se va hacia la derecha, hacia un alto desde donde ya vemos un puesto de tiro de palomas, de chapas metálicas, muy próximo al PR AV 36 que viene desde el Puerto de Umbrías.
Ahora nos incorporamos ya al PR AV 36, que por aquí todavía es una pista, y lo vamos a seguir hasta la Laguna de Galín Gómez.
Desde aquí todavía no tenemos vistas a la Garganta de Galín Gómez ni a las cumbres de su circo. Para eso, tendremos que subir un poco más por la pista y al encontrar un pluviómetro, en bastante mal estado, antes de llegar a una portera que tenemos que atravesar, comenzamos a ver la garganta y el circo de la Laguna de Galín Gómez o Barco.
La pista aún sube un poco más y después inicia el descenso, donde ya se transforma en camino, a la Majada de Anselmo
Casi llegando a la majada, hay un cartel que indica la existencia de una fuente un poco más abajo del camino.
Hacemos una pequeña parada y continuamos hasta la Laguna de Galín Gómez. El camino está muy bien hecho y no tiene pérdida.
Toda la subida hasta la laguna, salvo en puntos muy concretos, es bastante suave y, como además hay buen camino, cómoda de hacer.
Llevamos la garganta a nuestra izquierda según subimos pero, antes de comenzar la gran pradera que nos anuncia la laguna, hay que cruzarla. Es la única vez que se cruza en todo el trayecto.