Laguna de las Verdes - Peña Chana (circular)

En vez de ser un montañero y de medio pelo hay ocasiones en que me gustaría ser poeta para poder describir la belleza de la ruta que hemos hecho mi amigo Nacho y yo. Tuvimos la inmensa suerte de tener un tiempo primaveral (de hecho ni usamos los guantes) después de unos cuantos días nevando en Babia, lugar bonito dónde los haya; el resultado, una ruta con muchísima nieve sin nada de hielo en un decorado espectacular. La calificación de moderado es en las condiciones de nieve en la que la hicimos nosotros, sin caminos visibles desde el refugio, con ascensiones pindias, descensos pelín arriesgados y marcha lenta.
La ruta parte del pueblo de Torre de Babia, por una pista bien señalada por Cuatro Valles y que tras pasar un refugio nos lleva en una suave ascensión hasta la Laguna de las Verdes; para los amantes de la montaña el espectáculo es sobrecogedor, una soledad absoluta rodeado de dos miles a cual más espectacular, con una laguna sobrevolada por aviones zapadores y que parece que ha surgido por arte de birbibirloque, y piedra y blanco y azul intenso, con las huellas de pequeñas avalanchas de nieve en todas las laderas.
De aquí partimos hacia el collado Corisco, en cuyo vértice nos animamos a subir a Peña Chana (2109 m), lo que conseguimos mirando bien dónde se pone la bota; no es muy aéreo y no es necesario ningún destrepe. El regalo, como siempre, es al final, dónde se ve un paisaje ma-ra-vi-llo-so que abarca Peña Orniz, Pico Cueta, Montihuero, Somiedo y las Ubiñas. Cómo no hacía viento, ahí dimos buena cuenta de las viandas que llevábamos, preparándonos para el descenso que presumiamos (como así fué) más complicado que el ascenso.
Descendemos de nuevo al Collado Corisco, teniendo al Oeste la cresta que une Peña los Años, El Picón y el Montihuero y que dejamos con la idea de volver con menos nieve, ya que en éstas condiciones se me hace muy peligroso sólo hasta imaginármelo.
Bajamos bordeando Peña Chana hasta el valle por dónde ya circula un minúsculo Sil, que nace un poco más arriba, a los pies de Peña Orniz, y desde aquí seguimos el track en dirección S-SE, hasta llegar a un punto con un descenso muy acusado (Collado la Cueña) y que imagino con pedrera bajo el metro de nieve por el que bajamos nosotros, y que por tanto habrá que realizar con tanto o más cuidado que con nieve, ya que en 400 metros descendemos más de 250.
A partir de aquí ya vemos el camino por el que hemos de volver, y que acaba juntándose con el de ida a unos dos km del punto de partida, terminando así una ruta que para mí ha sido mágica.