Laguna de los Pájaros (Peñalara): por Laguna Grande y vuelta por Laguna Chica

LAGUNA DE LOS PÁJAROS: MACIZO DE PEÑALARA

Te dicen que estás contemplando un pequeño rincón de los Alpes y piensas: podría ser. Así de vibrante se muestra esta ruta por la zona baja del circo glaciar de Peñalara y su prolongación hasta la Laguna de los Pájaros (2.170 m), con salida desde el puerto de Cotos (1.829 m), visita a la Laguna Grande (2.020 m) a la ida y regreso por el desvío de la Laguna Chica (1.960 m).

Se trata de un recorrido lleno de expresividad por uno de los lugares más hermosos de la sierra de Guadarrama, un paisaje de belleza alpina, y siempre bajo el paredón del macizo de Peñalara y su perchero de cumbres; desde el sur: Dos Hermanas, Peñalara, risco de los Claveles y risco de los Pájaros.

Un itinerario jalonado de terrazas donde se acunan lagunillas, arroyos y praderas que se asoman por el flanco este a la profundidad del valle del Lozoya, cuya panorámica, alcanzada la Laguna de los Pájaros, es simplemente soberbia. Todo un viaje al corazón del Parque Nacional de la Sierra Guadarrama.

Eso sí: la primera hora de pateo, hasta la Laguna Grande, puede convertirse en un tramo hormiguero en fin de semana: no apto para alérgicos a las muchedumbres. Un entorno con tanto encanto, y tan asequible, no iba a ser pasto de la soledad.

Cuando se hizo la caminata, un 29 de diciembre, había nieve dura, y en ocasiones helada, en la parte final: desde los Llanos de Peñalara (bandera 15 del mapa) hasta la Laguna de los Pájaros se usaron crampones para asegurar mejor la pisada. También en el breve tramo de bajada de la bandera 10 (descenso del mirador a las lagunillas).

A paso tranquilo, y con las paradas pertinentes para disfrutar de las panorámicas, se tardan unas tres horas hasta la laguna de los Pájaros.

SALIDA Y MIRADOR DE LA GITANA
Al salir del puerto de Cotos se coge la pista ascendente que lleva hasta el mirador de la Gitana (bandera 2). Merece la pena visitar la balconada, aunque las fotos matutinas deberán desafiar el contraluz solar. Enfrente, la línea de cumbres que trazan el Alto de las Guarramillas, Cerro de Valdemartín (grafiteado terriblemente por las pistas de esquí) y Cabezas de Hierro.

A unos 50 metros del oteadero, se encuentra una construcción de madera oscura, el Cobertizo del Depósito: en su primera esquina nacen, a derecha, las escaleras del sendero PR-15 que nos llevará hasta nuestro destino. Viene indicado. Tras una breve pateada por pinar, el camino se despeja, empieza a llanear a cielo abierto y regala las primeras vistas del valle del Lozoya (banderas 3 y 4; entre ambas, la fuente del Cedrón, único punto de abastecimiento de agua en la etapa de hoy).

EL PUENTE Y CIRCO DE PEÑALARA
Se continúa por la ladera hasta que el camino dibuja una curva a izquierda y recibimos con gusto la primera caricia visual del impresionante circo de Peñalara. En este punto, toca elegir: continuar el PR-15 a derecha cruzando el puente que sortea el arroyo de la Laguna (bandera 5, justo antes de la caseta informativa y que lleva directo hasta los Pájaros: 2 horas, según el letrero) o seguir recto por el sendero que traemos hasta la Laguna Grande, donde nace otra senda que empalma más adelante con el PR-15, vía desconocida para la mayoría de caminantes.

Optamos por la segunda opción para visitar la laguna, empotrada hermosamente contra la cortina de piedra del circo. Por el puente que ahora desestimamos regresaremos a la vuelta.

Para no dañar el entorno, y ante la abundancia de visitantes, se ha tableteado y acordonado el recorrido parcialmente hasta la laguna. En cualquier caso, y a pesar del tráfico, el paisaje es fantástico. La parte final es un ascenso que puede hacer resoplar.

LAGUNA GRANDE
Alcanzar este remanso acuático lleva como una hora (bandera 6) desde la salida. Para saborear el entorno, lo mejor es apostarse en alguna de las rocas superiores de la ladera, echar un trago y disfrutar unos minutos de la película.

El sendero atajo que nos llevará de nuevo hasta el PR-15 (sin necesidad de regresar a la caseta y el puente de la bandera 5, ahorrándonos, por cierto, la cuesta más fatigosa de la ruta) nace justo detrás del roquedo canchal que tenemos a derecha nada más llegar a la laguna, por lo que habrá que subir por las rocas para dar con él (sin complicación, apenas un minuto).

Al principio, la senda está marcada con pequeñas estacas bajas de madera en el suelo (bandera 7). Según ganamos altura, y en grata soledad, se disfruta de una panorámica estupenda de la Hoya de la Laguna Grande. Al rato damos con la intersección del PR-15, justo en el punto donde se alza el mirador de Javier (bandera 9), con una placa sobre una roca.

LAS LAGUNILLAS
Seguimos a izquierda por el PR-15, que enfila la ladera sur de Peñalara hasta otro mirador (bandera 10), que descorre el telón y presenta un paisaje lleno de serenidad: a nuestros pies se despliega un tapiz de lagunillas y praderas, al regazo de la cumbre de Peñalara, y cuya contemplación supone un pequeño instante de felicidad. Para descender a las lagunillas (bandera 11) nos calzamos los crampones, pues hay nieve hielo en la bajada. Una vez en el páramo, nos los quitamos.

CINCO LAGUNAS Y CLAVELES
Seguimos la marcha emboscados por la belleza. A nuestra izquierda, siempre la cortina vertical del macizo. Pasadas las lagunillas, toca negociar una nueva rampa para dar con otra zona lacustre: Cinco Lagunas (bandera 14). Y luego, ya en el raso que llaman los Llanos de Peñalara (bandera 15), vemos la Laguna de los Claveles, que circunvalaremos a la vuelta (bandera 19) y se adormece bajo el risco del mismo nombre: cumbre que sigue a Peñalara y segundo punto más alto de la Comunidad de Madrid con sus 2.387 m.

LA QUIETUD HELADA
Nieve dura y helada alfombra todo el páramo, por lo que tiramos de crampones. Lo queda hasta la Laguna de los Pájaros es un cómodo paseo. Enfilamos la laguna (bandera 16) por su vertiente oeste y la rodeamos. En su punto más oriental, por donde se descuelga el arroyo llamado de la Laguna de los Pájaros, prolongamos la marcha brevemente hasta dar con una vista cautivadora del valle del Lozoya (bandera 18).

La laguna y su entorno son, sencillamente, una pasada. Aquí el tiempo se aquieta. Podríamos tirarnos horas y horas observando. En las alturas vemos cómo quienes han hecho cumbre en Peñalara descienden por el gótico risco de los Claveles. Si no está ocupado, en la orilla sur se alza un escueto cerrillo, ideal para otear y almorzar. En cualquier caso, en el lugar que sea, apacigüense y gocen de la belleza.

EL REGRESO
Da cosa dejar el lugar, pero al rato se retoma el camino de regreso, que sigue el mismo recorrido que en la ida, con un par de variantes. Como se dijo antes, al pasar de nuevo por la Laguna de los Claveles (bandera 19), se opta por rodear su ribera.

Y una vez alcanzado el mirador de Javier (bandera 9), al que antes habíamos llegado desde la Laguna Grande, continuamos recto por el sendero que traemos (el PR-15) y nos descolgamos por él (bandera 20, camino habitual a los Pájaros): la cuesta que nos habíamos ahorrado en la ida la descendemos ahora. Se pierden 100 metros de desnivel en 300 metros lineales, hasta dar con el puente del arroyo de la Laguna y la caseta informativa en forma de choza (bandera 5). Desde el mirador de Javier al puerto de Cotos, son 1.10 horas por la variante que elegiremos.

Cruzado el puente giramos a derecha. No vamos a volver por el camino habitual, que trajimos al principio (banderas 3 y 4) y por donde regresa todo el mundo. Existe la opción de remontar hasta la Laguna Chica, cuya senda nace justo en frente de la caseta, y enlazar con el tramo final del clásico camino de las zetas de subida y bajada a Peñalara: y una vez en él enfilar a Cotos.

LA LAGUNA CHICA
Para llegar a la Laguna Chica se pasa primero por una escueta campa señalizada como zona de descanso. El camino está marcado, de nuevo, con estacas enanas de madera (bandera 21).

A los 5 minutos llegamos a la laguna (bandera 22). Toca verla a cierta distancia, pues al ser 'zona de máxima reserva', un cartel impide acercarse a ella. El sendero se transforma en camino pista y pica un pelín para arriba. Conviene echar la vista atrás para disfrutar del imponente circo de Peñalara y sus campas, desde una perspectiva nueva.

CAMINO DE LAS ZETAS
Al rato, y pasado lo que suponemos es un pluviómetro, topamos con una pradera, donde el camino parece desvanecerse brevemente, pero sigue en ángulo abierto a izquierda, dibujando un medio arco (bandera 23): si prolongamos la mirada se intuye el hueco que la vereda abre entre la vegetación baja.

Unos minutos más y lo dicho: intersección con el camino de las zetas, que, obviamente, cogemos en sentido descendente (izquierda, bandera 24). La pista nos lleva rápidamente hasta el inicio de la ruta, pasando nuevamente por el mirador de la Gitana y acabando en la pradera del puerto de Cotos.

Concluye así esta caminata narcoléptica de 6 horas que deja poso, pues, como se advirtió al principio, es el circo de Peñalara, y su paseo hasta la Laguna de los Pájaros, un pequeño paraíso alpino.