LAGUNA DEL CARNERO Y DE LA MULA, LAGUNILLO MISTERIOSO Y CHORRERAS DEL MOLINILLO DESDE LA CORTIJUELA (CIRCULAR)

Dura pero extremadamente gratificante ruta circular que nos permite introducirnos en la maravillosa cuenca alta del Río Dílar en pleno deshielo en la que partiendo desde La Cortijuela y utilizando antiguos senderos, algunos de ellos poco transitados, recorremos la Laguna de la Mula, de efímera existencia, las surgencias y la serenidad de la Laguna del Carnero, el transparente, místico y gélido Lagunillo Misterioso y las impresionantes Chorreras del Molinillo, cascada brutal de más de 100 metros de altura en la que tres torrentes de agua que se unen y entrelazan entre sí en plena caída, formando un espectáculo natural de primera magnitud que hemos podido captar en todo su esplendor con un gran caudal. Una maravilla de ruta en la que hemos podido disfrutar del tránsito de la media a la alta montaña nevadense con un cuadro paisajístico muy amplio y gratificante que nos ha regalado bucólicas estampas realmente inolvidables.
Para acceder al punto de inicio de la ruta tenemos que llegar a La Zubia (Granada), desde donde tomamos la carretera que sube a la Urbanización Cumbres Verdes y tras finalizar el asfalto se continua por pista forestal en buen estado durante 10 kms hasta el Jardín Botánico de La Cortijuela.
Iniciamos la ruta en la Casa Forestal de La Cortijuela, junto al Jardín Botánico homónimo y frente al majestuoso Trevenque, del que nos separa el barranco formado por el Arroyo del Huenes. Tomamos la pista forestal que se dirige en ascenso hacia el sur perfectamente señalizada con balizas del GR 240 o Sendero Sulayr puesto que este tramo pertenece al comienzo de la Etapa 2 que une la Cortijuela con la Rinconada de Nigüelas.
Pasamos la barrera que impide el paso al tráfico rodado y nos introducimos en un frondoso bosque de pinos de gran porte entre cuyos esporádicos claros aparecen las vistas al Trevenque y al Trevenquillo. Pasaremos junto a una cueva tunelada que nos quedaría a la izquierda y tras un último repechón nos plantaremos en el Collado de Martín o del Tejo, situado entre la Loma de los Panaderos y el Cerro de las Chozas y desde donde damos vista al Valle del Río Dílar.
Continuamos siguiendo la pista en descenso hasta llegar al Cortijo Chaquetas, en las proximidades del Collado Chaquetas. Aquí encontraremos una fuente y hemos de estar atentos para abandonar en este punto la pista y seguir un sendero que emprende un descenso más acusado pasando junto a un antiguo refugio y que nos conduce rápidamente junto a la orilla del Río Dílar. Apreciaremos un dique con una escala truchera y un poco más arriba un puente de madera donde poder vadear el río, conocido como el Puente del Burro. El ensordecedor sonido de las aguas y la belleza de este rincón obligan a saborear el momento de forma inevitable.
Seguimos el Sendero Sulayr ya en la otra orilla y afrontamos la subida de forma acusada entre robles y abedules ganando altura y vistas sobre el encajonado descenso del Río Dilar y sobre el Puntal de los Mecheros. Pasamos por una preciosa era enlosada y los restos de antiguas construcciones agrícolas, donde llaman la atención los denominados hoyos de las papas donde enterraban las patatas para su mejor conservación. Es un gustazo atravesar el magnífico Robledal de Dilar por este sendero que tras salir de él comienza a progresar entre un piornal y desde el que podemos contemplar unas fantásticas vistas al Trevenque y a Los Alayos.
El sendero va virando hacia el este hasta llegar a un aprisco de ganado donde abandonaremos el sendero Sulayr y tomamos un sendero que se dirige hacia el este tras recorrer la pared de pizarra del aprisco. Tras recorrer unos 200 metros por este sendero nos saldremos de él al llegar a unas ruinas de una choza de piedra y remontamos un barranquillo en ascenso hasta llegar en unos metros a una vereda de porte más marcado que tomamos a nuestra izquierda hacia el este. Es la Vereda del Berreadero que tendremos que seguir durante casi 3 kms recorriendo toda la Umbría de la Dehesa de Dílar en dirección NE en una subida continua inapreciable y comodísima mientras atravesamos multitud de restos de construcciones agrícolas en ruinas como cortijos, apriscos, chozas, etc que amenizan nuestro avance, siempre con el Peñón de Dilar y el barranco del río Dilar como estampa frontal. La vereda atraviesa un espléndido piornal como es este que cubre la Loma de Peñamadura además de sortear los múltiples barranquillos que descienden de esta loma destacando el barranco de la Umbría, el Barranco de la Haza del Sordo y sobre todo Barranco Hondo al que llegamos tras atravesar los Prados de las Yeguas.
Justo tras pasar Barranco Hondo encontraremos un pequeño barranquillo que nos sirve de referencia para salirnos de la vereda y emprender una fuerte subida sin sendero hacia el sur llegando a una pradera donde se ubican las ruinas de un cortijo y más arriba de un aprisco de ganado. Seguimos ascendiendo entre los claros que nos dejan los piornos hasta llegar a unos borreguiles y un pequeño nacimiento de agua por encima de los cuales toparemos con un sendero (cota 2300) que seguiremos ya en ligero descenso de forma cómoda hacia el este. Llegaremos a una amplia pradera con una choza ruinosa en su centro tras la cual sortearemos un barranquillo y el sendero se apreciará más marcado prosiguiendo su camino hacia el este mientras salva varios barrancos que descienden vertiginosamente en busca del cauce del Río Dílar.
Llegaremos a unos corrales ganaderos ubicados en una explanada tras los cuales el sendero acentúa la subida hasta llegar a los Prados de las Monjas. Una vez pasados éstos abandonamos el sendero y en dirección sur ascendemos a la Laguna de la Mula, laguna bastante efímera (se seca al final del verano) y de poco fondo pero de gran belleza cuya ubicación nos permite además disfrutar de la panorámica que nos regala de toda la cabecera del Dílar y su multitud de cascadas y cursos de agua que inunda el paisaje en pleno deshielo.
Desde este punto afrontamos ahora la subida a la Laguna del Carnero, siguiente objetivo del día, ascendiendo por la ladera que vemos al SE de la laguna tras la cual tratamos de mantener cota ente unos cascajares y canchales de roca tomando dirección sur. Este tramo es bastante trabajoso de andar por lo que se puede descender y progresar más cómodamente. Una vez salvados este roquedal el ascenso se hace más cómodo entre borreguiles hasta llegar a la Laguna del Carnero, ubicada en el Circo Glacial del Molinillo, en la cara norte de la Arista del Cartujo. Es una laguna abierta y permanente de gran belleza aunque en recesión lo que en el futuro la convertirá en un amplio borreguil.
Desde aquí iniciamos un descenso siguiendo el curso de agua del desagüe de la laguna que nos regala preciosos túneles de nieve para posteriormente apartarnos del cauce y seguir el descenso en dirección NE para salvar la zona más septentrional de la Arista del Cartujo, atravesando un gran canchal conocido como Los Cascajares del Cartujo, que encontramos con grandes neveros y ventisqueros hasta llegar al cauce de agua proveniente del Lagunillo Misterioso al que llegamos remontando el arroyo en un rápido ascenso.
El Lagunillo Misterioso, como así lo bautizaron los montañeros románticos del siglo XIX, y que antiguamente también era conocido como Laguna del Cartujo y también como Laguna del Carnero, recibe su nombre por lo recóndito de su ubicación debido a que está oculto a casi toda panorámica. Es una laguna abierta y permanente cuyas aguas son las más frías de toda Andalucía, surgiendo de 2’8 a 3ºC entre los cascajares de su cabecera, siendo con su azulada transparencia y el colorido que le dan los musgos y líquenes que tapizan el cascajar uno de esos lugares que más misticismo irradia de toda Sierra Nevada. Los limos amarillentos que nos muestra la extraordinaria transparencia de sus aguas provienen del Sáhara tras ser depositados bajo el agua, donde quedan inmóviles protegidos del paso del tiempo y la erosión. En esta laguna podemos beber tranquilamente de sus gélidas aguas en el margen derecho de su cabecera (izquierda en el sentido ascendente por el que hemos llegado al lagunillo), de donde apreciaremos la surgencia de agua entre unos derrubios por encima de la orilla de la laguna.
Iniciamos ahora el descenso siguiendo el arroyo que se forma del desagüe del lagunillo y que nos regala cascadas y preciosos túneles de nieve mientras pierde altura rápidamente por el Barranco Misterioso. Pasaremos junto a una acequia de careo que tiene su toma en el arroyo y que nos hará más penoso el descenso junto a éste por lo encharcado del terreno. Justo antes de que el arroyo se despeñe por unos tajos nos apartaremos de su cauce a la derecha y afrontamos el fuerte descenso entre roca suelta donde hemos de extremar las precauciones ante lo inestable del terreno. El ruido cada vez más ensordecedor a medida que descendemos es el signo inequívoco de la proximidad de la inmensa cascada. Justo antes de llegar al cauce del río Dilar se nos aparece la inmensidad de la caída de las Chorreras del Molinillo frente a nosotros, en un salvaje desplome de más de 100 metros de altura con los tres torrentes de agua que en plena caída se funden en un solo caudal que rompe con inusitada fuerza en los bloques rocosos creando un escenario natural de belleza extrema donde el agua y sus partículas en suspensión hechizan a los privilegiados espectadores que llegamos a sus pies. Estas cascadas también reciben el nombre de las Chorreras de la Virgen y sus aguas provienen del Lagunillo Misterioso y de la Laguna del Carnero, conformando la cascada de mayor altura de todo el Parque Nacional de Sierra Nevada.
Cuesta arrancar de nuevo y salir de este paraje debido a su irremediable magnetismo pero nos ponemos en marcha. Cruzamos el Río Dílar unos metros más arriba de las Chorreras, que nos obsequia con más cascadas y saltos de agua mientras desciende con un gran caudal debido al deshielo. Apreciaremos un empinado sendero que serpentea difusamente entre piornos y roca y que nos permite ganar altura súbitamente a la vez que nos regala nuevas estampas frontales de las Chorreras del Molinillo. Comenzamos a dirigirnos hacia el NO manteniendo cota intuyendo un pequeño sendero que progresa entre el piornal y que va siendo más evidente progresivamente. Este sendero se dirige muy cómodamente hacia la Choza de Matías atravesando bellos borreguiles donde campan a sus anchas las reses. Merece la pena echar la vista atrás y disfrutar de las vistas de las cascadas y la línea nevada de altas cumbres que se erigen tras ellas además de seguir con nuestra mirada todo el cauce del Río Dilar en su largo descenso hacia el vallle.
Una vez pasada el corral y los restos de la Choza de Matías el sendero afronta una última subida por unos escarpes rocosos hasta llegar a la Loma de Dílar en las proximidades del Peñón de Matías. Seguimos ahora el sendero que discurre por la Loma de Dilar hacia el oeste primero en una suave subida en las inmediaciones del Peñón de Dilar tras el que desciende por la cuerda de forma más acusada hasta que llegamos a unos afloramientos rocosos a nuestra derecha donde hemos de estar atentos para salirnos de la vereda e introducirnos en una cañada que nos lleva al cauce del Barranco de Benalcázar. El sendero en su inicio es más difuso y se pierde con relativa facilidad pero a medida que descendemos muestra su trazado de forma inequívoca en el margen derecho del barranco, teniendo que tener mucho cuidado de no resbalar debido a la cantidad de piedra suelta que tiene dicho sendero en las zonas más pendientes del mismo.
Llegamos al Collado del Pino junto al Cerro del Mirador donde hemos de girar a la izquierda y tomar dirección oeste para proseguir el descenso ahora ya junto al bosque por un sendero que confluye con el Sendero Sulayr justo antes de llegar al Collado de Matas Verdes desde donde ya solo nos queda completar la bajada por un frondoso y bello pinar por el que serpentea nuestro ahora amplio sendero para llegar a la Casa Forestal de La Cortijuela y dar por concluida esta completísima ruta.