89. Lagunas de Neila

INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 54 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 262 metros (casi igual al que estima Wikiloc).


Ruta realizada el 31 de octubre de 2020 (publicada en Wikiloc el 9 de abril de 2022). Las Lagunas de Neila son un destino senderista muy popular, así que hay (muy) numerosos itinerarios en internet y en Wikiloc. Además, estábamos familiarizados con la zona (de hacía tiempo). No nos guiamos, pues, por ningún trazado en particular. Sólo ‘nos dejamos llevar…’ por el área más frecuentada, pausadamente, en un día soleado de otoño.

Las Lagunas de Neila se hallan en un paraje natural primoroso, con bosques bien conservados. Forman un conjunto de hondonadas de origen glaciar a unos 1.900 metros de altitud. Están semi-circundadas por un circo glaciar que supera los 2.000 metros, siendo el pico Campiña la elevación más alta (2.049 m). El parque lo componen siete lagunas. En nuestro recorrido, bordeamos primero la Corta (seca o semi-seca), la Larga y la Negra; subimos a lo alto del circo y nos adentramos ligeramente en sus lomas hacia el sur; retomamos el borde hasta el pico Campiña; y, finalmente, descendimos hasta las lagunas de los Patos y de las Pardillas.

La ruta es corta, si bien intentamos alargarla un poco en la zona alta de La Campiña, hacia Las Calderas (sin llegar a ellas); y, mínimamente, intentando subir (con cierto riesgo) a Peña Aguda, junto al aparcamiento. El desnivel total del recorrido es limitado, y los fuertes repechos hasta el borde del circo son cortos. La orientación es muy sencilla. Hay casi siempre un sendero marcado y, cuando no lo hay, arriba, el borde del circo marca los confines. En conjunto, pues, nuestra versión, que es la más típica, constituye una ruta ‘familiar’ (con la preparación y precauciones debidas).

En una ruta fácil como ésta, hay pocas sorpresas; sorpresas de las imprevistas; de las que exigen improvisar. Pero, naturalmente, La Sorpresa en ella se escribe con mayúscula, y se llama ‘plácido asombro’: sus vistas panorámicas. Empezando por el entorno más inmediato, desde abajo, las lagunas son un remanso de paz. Es relajante sentarse junto a su orilla y contemplar el tenue ondular del agua, con el circo como telón de fondo. Trasmite ingravidez. Especialmente, en la laguna con más anchura de todas, de orilla a orilla, la Negra.

Desde arriba, a más de dos mil metros, ‘el mundo está a nuestros pies’. En derredor, casi todo el paisaje nos queda por debajo. Sólo en la Sierra de la Demanda, hacia el noreste, sobresalen ligeramente más sus picos más crecidos, como el San Millán o el San Lorenzo. Los bosques de las laderas y valles por el norte empezaban a compartir el verde de los pinares con las manchas amarillas y rojizas de las hayas. Y todo ello con la suerte de un día con cielo azul, claro y con atmósfera limpia.

Y ahora siento decirlo: era sábado; de otoño, pero sábado, al fin y al cabo. La gente aprovecha para buscar un merecido esparcimiento y belleza natural, que echan de menos en su apretada vida cotidiana. Es decir, más o menos como nosotros. En el inicio de la mañana, todo estaba tranquilo. Mediada ésta, empezó a haber trasiego; incluidos algunos ‘drones’ (sobre los que había que mantener un ojo avizor, no fuera a ser que con el viento en las zonas altas…). Hacia el final, éramos casi tantos ‘bípedos implumes’ como árboles (en la cumbre, más). Algunos aportaban bullicio a la paz. Creo que ésta no es área de buitres (menos mal, …para ellos). Terminamos y nos fuimos justo en el momento justo.

En nuestra retirada, tuvimos otro regalo afortunado. Poco después de iniciar el regreso, ya en el coche, en la carretera que une el pueblo de Neila con Huerta del Rey (BU-822), en plena Sierra de Neila y a escasos km de las lagunas, se nos apareció el otoño. El que torna el verde en amarillo y rojizo. Naturalmente, nos detuvimos en el primer hueco disponible. Dimos un paseo (no incluido en el trazado de la ruta) bosque a través, alucinando con la variedad en el colorido de las hojas de las hayas (sobre todo). Nos quedaron ganas de volver. He incluido algunas fotos de muestra en el ‘waypoint’ 10. Un broche brillante para una estupenda excursión.