Lagunas y Calderas de Neila

No contaba con encontrar tanta nieve así que nos tocó dejar el coche un poco lejos. Toda la zona de las lagunas estaba cubierta de nieve, lo que relentizó y endureció la ruta considerablemente, por ello recomiendo hacerse bien avanzada la primavera. La zona de las calderas no tenía nieve, pero esta zona ya resulta siempre dura sin más. El terreno es irregular con mucha vegetación y en muchas ocasiones tendremos que ir saltando y bordeando rocas, incluso en ocasiones meternos debajo de ellas. Por todo esto la navegación por la zona no resulta nada fácil ni aún siguiendo el track, ya que el gps en ocasiones se vuelve un poco loco cuando pierde la señal al encontrarse en un lugar cerrado. Así que hay que tratar de seguir siempre que se pueda el curso del río y adaptarse al terreno. A medida que desde lo alto del Campiña te vas aproximando a este entorno tan fascinante, te vas sintiendo cada vez más pequeño ante la inmensidad de las rocas. Todo esto confiere una gran sensación de soledad, que unido a la pureza del agua hacen difícil el resistirse a darse un buen baño desnudo a pesar de lo fría que está el agua. He señalado con el waipoint (cascada interior) al sitio en donde nos podremos adentrar a ver una cascada con la ayuda de una cuerda puesta para tal fin. Aunque no estamos obligados a entrar, pues no hay salida, lo recomiendo totalmente pues se trata de una especie de cueva en la que llega a entrar luz y se ve romper allí la cascada. El regreso al Campiña resulta casi igual de engorroso que la bajada, a pesar de estar más despejado, tenemos que seguir sorteando rocas y vegetación. Existe una opción más llevadera de visitar las calderas, aproximándonos en coche desde la zona de Palacios de la Sierra, pero la vista de las lagunas con nieve desde el alto Campiña bien merece la caminata.