Lanjarón- Acequias de Aceituno y Cecarta- Área recreativa Huerta de las Monjas.

En la entrada de Lanjarón nos desviaremos a la izquierda con el coche en el Mesón el Frenazo; subiremos la cuesta y algo después del museo de la miel, junto a una estación meteorológica y un nacimiento de aguas ferruginosas, aparcaremos.

Empezaremos la ruta subiendo por el Barranco del Albercón, entre arboles de gran porte, entre los que destacan un par de secuoyas esplendidas. A la izquierda se encuentra el paraje conocido como Piedra Rodada. Ascendemos por una pista hormigonada entre cortijos y huertos de labranza; destacando el Cortijillo de Poe y otro muy típico del que no sabemos su nombre.

Nos toparemos con las primeras acequias de Careo de esta zona. Durante siglos se han construido una red de canalizaciones, que ha permitido una agricultura de primor. Y como la agricultura siempre tiene uno de sus pilares en el agua, aquí su conducción desde las altas sierras ha alcanzado el nivel de arte. Recorreremos en esta breve ruta, acequias situada sobre el pueblo de Lanjaron, aprendiendo de este tradicional sistema de conducción de agua.

Seguiremos en bastantes tramos acequias, denominadas “de careo”. Estas son un dispositivo tradicional de recarga de los acuiferos. Son construcciones típicas de La Alpujarra, cuya finalidad es guiar el agua del deshielo desde las cumbres de Sierra Nevada hasta caladeros donde el agua se infiltra. El objetivo es que esta agua infiltrada vuelva a aflorar más abajo, originando una fuente que, a su vez, puede dar lugar a una acequia tradicional de riego, o servir para el abastecimiento.

Esta técnica se denomina, precisamente, careo. El Sitio Histórico de la Alpujarra establece una protección específica para las acequias, que están en funcionamiento ininterrumpido desde la época musulmana.

La acequia de careo se alimenta de dos fuentes principales: de una toma, llamada "principal", que suele situarse en los puntos de nacimiento de ríos o barrancos; y de una serie de aportaciones, llamadas "remanentes", que son arrastres directos del deshielo.
La acequia se construye con caja en forma de artesa, normalmente mediante surco en el suelo, impermeabilizado con launa, de poca pendiente (un 2 o 3%, algunas incluso un o,4%), para evitar pérdidas de caudal. La acequia dirige el agua hacia lugares especialmente permeables, susceptibles de almacenarla (como simas y caladeros).

Siguiendo el camino y siempre deleitándonos con el rumor de las aguas de las acequias que acompañan nuestros lentos pasos para poder saborear este espectáculo de saltos, remolinos, cascadas y remansos, pasaremos la casa de los Almendros con unas formidables panorámicas del Tello (2292 m.)

Siguiendo una senda que en suave asenso junto a la acequia de Cecarta nos conducirá a un bosque de castaños centenarios que en esta época se encuentran desnudos pudiendo apreciar sus esculturales troncos y poco después llegaremos al Área Recreativa Huerta de las Monjas; donde iniciamos la vuelta a nuestro punto de partida.

Vamos al encuentro del pueblo de Lanjaron, por el valle del rio de su mismo nombre. En el camino veremos multitud de fincas, con su respectiva acequia en la cercanía. Descenderemos por una pista de hormigón que nos llevará al paraje de la Bancalá donde nos desviaremos a la derecha y seguiremos un sendero que pasa por un pequeño altarico a Fray Leopoldo entre numerosos cortijillos

Continuando el camino llegaremos al punto de partida donde habíamos aparcado. Como el mesón el frenazo estaba cerrado decidimos retomar fuerzas en La Casita de Papel que se encuentra en la entrada a Lanjarón, muy cerca de la Fuente de las Adelfas con un agua mejor que la embotellada.

Agradecimientos por la ruta a Jesús- 4x4.