Las Brañas de Caldas (Caldas de Luna)

Punto de partida: Caldas de Luna.
Espacio protegido: Reserva de la Biosfera Valles de Omaña y Luna.
Época recomendada: Todo el año excepto con nieve. Tener en cuenta la niebla que es muy frecuente que se meta en los tramos más altos de la ruta.
Elementos de interés: Balneario de Caldas, hayedos y robledales, valle de Lavén, panorámica desde "La Divisa", refugio, y las brañas por las que pasaremos: Lavén, Cacabillos, Pandiello y Gameo.
Tipo de camino: Un poco de todo. En el primer tramo pista, posteriormente senda y en tramos muy puntuales roca con mucha piedra suelta. El itinerario se encuentra balizado por la asociación Cuatro Valles.
Servicios: Caldas de Luna cuenta con unos cuantos bares-restaurantes pero por lo que destaca es por su balneario, desde donde comienza el recorrido.

Descripción del itinerario.

Un frío domingo invernal ponemos rumbo a la comarca de Luna con el fin de recorrer las 4 brañas de la recóndita Caldas de Luna, en la frontera con la vecina Asturias. Para ello partimos desde el balneario de Caldas donde encontraremos el panel de información y desde donde nace una pista forestal que, primero atraviesa un cercado ganadero y posteriormente, atraviesa la AP-66 por un túnel (figuras 1, 2 y 3).

El primer elemento que nos llama la atención es el hayedo de Caldas, un pequeño bosque que a pesar de la construcción de la autopista no ha perdido su magia, aunque bien es cierto que en invierno no destaca tanto como en otras estaciones (figuras 4, 5 y 6).

Continuaremos por la pista pasando por otro nuevo túnel, paralelos a la confluida autopista, dejándola a nuestra derecha para ascender a media ladera por donde nos indican las balizas (figuras 7, 8 y 9).

Entraremos en un ascenso bastante pindio en el camino de la Sendina, una cuesta herbosa flanqueada por manzanos silvestres y robles. Hay que estar atento para no perder de vista un desvío a mano derecha (figura 10) que nos conduce al bosque de l’Angenal, donde comienza el espectáculo (figura 11).

La senda nos lleva a unas escaleras naturales que ascienden por la roca de cuarcita hasta el alto de la Sendina, desde donde obtenemos una panorámica del valle de Lavén, presidido por su braña (figuras 12, 13, 14 y 15).

Tras efectuar el descenso, llegaremos al fondo de valle, lugar donde se cobija la primera braña de nuestro itinerario: la braña de Lavén. No es la mejor conservada pero si que cuenta con alguna cabaña que nos hace imaginar cómo sería la vida tiempo atrás. El lugar donde se encuentra es idílico (figuras 16, 17, 18, 19, 20 y 21).

Seguiremos remontando el valle del arroyo Cacabillos hasta llegar a la altura de la cabaña de la Foz, la cual se distingue muy bien y nos puede servir como referencia para saber a que altura cruzar el arroyo (figuras 22, 23 y 24).

Tras cruzar el arroyo entraremos en la segunda braña: la de Recuesto o Cacabillos. Esta braña es la que se encuentra a mayor altitud de las cuatro y aún utilizada en la época estival. No tiene tanto encanto como la de Lavén pero es regada por un arroyín (figuras 25, 26, 27, 28, 29 y 30). Tras salir de la braña entraremos en una amplia pista forestal donde giraremos hacia la derecha (figura 31).

El trascurso de la pista, esta vez en un ascenso más ligero, nos conducirá a un abrevadero para el ganado, a una panorámica en la que en días despejados debe ser de postal y al refugio de Caldas, que nos vino genial para comer con la ventisca que había al raso (figuras 32, 33, 34, 35, 36 y 37).

El ascenso finalizará en el collado de la Divisa, que a más de 1500 de altitud separa los valles de Cacabillos y Lavén con el de Vildeo, hacia donde nos dirigiremos en un prolongado descenso que no tendrá perdida alguna (figuras 38, 39, 40 y 41). Frente a nosotros, unas grandes masas calizas sobresalen por encima del bosque de abedules y mostajos.

A medio camino de la bajada nos topamos con la tercera braña del recorrido: la de Pandiello. De las cuatro es la peor conservada. A penas quedan algunas cabañas en pie de las que solo se distingue la puerta de entrada (figuras 42 y 43). Continuamos el descenso entre una zona más rocosa con unas vistas sensacionales hacia el valle de Vildeo (figuras 44, 45 y 46).

La siguiente braña es la de Gameo. Es la más cercana a Caldas de Luna y la que mayor número de construcciones tiene en pie. Aunque debido a la reducción del ganado, el joven robledal ha ido recuperando terreno perdido producto del abandono de las tierras (figuras 47, 48, 49, 50, 51, 52, 53 y 54).

Seguidamente tendremos un cara a cara con el túnel del Negrón, famoso por ser la conexión de Asturias con León a lo largo de más de 3000 metros de longitud. Eso sí, lo pasaremos por arriba (figura 55).

Ya solo nos quedará recorrer los últimos metros en un descenso que se efectúa en zig-zag hasta llegar a enlazar con la pista forestal que nos llevará de nuevo al balneario de Caldas finalizando de esta manera este bonito recorrido circular (figuras 56 y 57).

Impresiones.

Una ruta que, dificilmente te dejará insatisfecho. Para un servidor superó las expectativas. La cercanía de la AP-66 con el consecuente impacto y la contaminación acústica que ocasiona no empaña para nada el recorrido. Las réconditas brañas, los valles de Lavén y Cacabillos, la panorámica desde el collado de la Divisa o los bosques de robles, hayas y avellanos son algunos de los puntos fuertes de este itinerario.

Como reflexión final me gustaría dejar plasmado el abandono al que está sometido de León, no sólo por parte de la administración si no por la propia población. ¿Cómo es posible que la AP-66 conocida como la "autopista del Huerna" se llame de este modo y no, por ejemplo, "autopista del Luna"? ¿No sería más oportuno poner el nombre a toda una comarca y su embalse que a un río de Campomanes?