LAS CORREDERAS - CERRO DE LA ESTRELLA

Tiempo en movimiento: 7 h 09'. El tiempo total fue de unas nueve horas y media, no de más de dos días como se establece a la derecha de estas líneas

Realicé el periplo en sentido antihorario.

La ruta se inicia en las casas abandonadas de Las Correderas. Para llegar a ellas nos desviamos de la A-4 en el PK 252 sentido norte o en el 250 sentido sur. Una vez en la antigua nacional la tomamos hacia el norte y encontramos las casas.

Los primeros algo más de dos kilómetros a pie son por la carretera. Hay poquísimo tráfico y nos deleitamos con las vistas del impresionante desfiladero de Despeñaperros.

Vemos, al cabo, una fuente y un sendero a nuestra izquierda que tomamos. La fuente tenía un exiguo caño cuando yo pasé a primeros de junio, así que recomiendo no arriesgarse a cargar agua ahí.

El sendero se bifurca y asciende progresivamente hasta que vemos una valla y una puerta metálica a nuestra derecha, puerta que cruzamos para ver una pared con pinturas rupestres. Remontando este punto parece que hay más, pero he leído que el paso es complicado. Yo desandé retomando el sendero tras la puerta, pero podéis probar a seguir subiendo y recuperar el sendero más allá sin tener que desandar. Éste entronca con otro y llegamos, a la postre, al Refugio de la Aviación, en buen estado cuando yo pasé.

Tras el refugio nos dirigimos por caminos hasta el Puerto del Muradal, donde alcanzamos la cuerda divisoria de la sierra que divide Andalucía y Castilla-La Mancha. Por el carril de la cuerda encimamos la Peña de Malabrigo, una torreta de vigilancia, pasamos cerca de otra torreta ya vetusta y llegamos a la cota más alta de la jornada: el Cerro de la Estrella, no sin antes haber cruzado un portillo y pasar encima de una alambrada.

Desandamos brevemente para saltar la valla que antes cruzamos por el portillo y cogemos una trocha que aboca a un carril que pronto se bifurca, optando nosotros por el secundario.

Un cortafuegos nos lleva a un camino que alcanza un cruce donde las ruinas del Castillo del Castro Ferral, que yo no visité, quedan próximas a nuestra izquierda.

Por camino forestal buscamos un barranquito que emerge a nuestra izquierda y por el que discurre una débil vereda, pero antes de llegar a él nos aproximamos a presenciar, de lejos, el Salto de la Cerrada del Castillo, que debe ser formidable ver de cerca y que queda a nuestra derecha.

Llegamos a un carrilín que conduce a la Huerta de Juan Santos, donde visitamos su cortijo en ruinas y su alberca, donde mana un poderoso caño y donde me di un formidable chapuzón sufridos previos calores.

Desandamos y pronto tomamos un nuevo carril que nos lleva a nuestro vehículo concluyendo, de esta guisa, esta completa y muy variopinta ruta que espero disfrutéis al máximo.