Las Fuentes - Montaña Tejina

Paseo por los altos de Guía de Isora, desde el barrio del Choro, pasando por el caserío de Las Fuentes, para culminar en lo alto de la Montaña de Tejina. El regreso se hace por el mismo sendero que hemos utilizado. Para llegar a la zona donde hemos dejado el vehículo hay que utilizar la carretera de acceso al barrio de Acojeja.
Para que veamos lo importante de la ruta no sólo a nivel paisajístico hay que tener en cuenta que Las Fuentes se trata de un conjunto etnográfico de interés patrimonial localizado en las medianías altas del municipio de Guía de Isora. Cuenta con una altitud aproximada de 1.000 metros sobre el nivel del mar y se extiende entre los barrancos de Guaria y Cuéscaro, al noreste de la Montaña de Tejina. Este caserío está formado por cuatro núcleos: Los Toscales, Huertas Nuevas, Lomo Viejo y Pedrón.

El siguiente escrito es la reproducción de un artículo publicado en el periódico La Opinión de Tenerife, en 2015, sobre la importancia del Caserío de Las Fuentes declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Etnológico, lugar habitado más alto del municipio hasta los años 70. La crisis de la agricultura de secano, la dificultad de las comunicaciones y la lejanía han logrado que el que fuera conocido como granero de Guía esté deshabitado. La emigración primero y el atractivo del turismo como generador de trabajo después, hicieron que a partir de la década de 1970 Las Fuentes quedará abandonada. Sin embargo, quedan vestigios importantes de las muy originales y complejas técnicas agrícolas que supieron crear los habitantes del lugar, como la construcción de nateros -diminutos bancales cuyo fin es aprovechar las aguas de la lluvia- o las huertas de jable, piedra volcánica que además de provocar, por su color blanco, intensos contrastes en el paisaje, regula la humedad del suelo y permite que las cosechas progresen en las situaciones más adversas.

Las Fuentes: un caserío olvidado (La Opinión de Tenerife)
Javier Lima Estévez 29.01.2015
El caserío isorano de Las Fuentes fue conocido en el pasado como "el Granero de Isora", representando la despensa de la comarca, pues no solo proporcionaba alimentos a los propios fuenteros, sino que gracias a estos esforzados hombres y mujeres que supieron convertir tierras silvestres en huertas fértiles, Las Fuentes llegó a generar excedentes suficientes para atender la demanda de muchos vecinos de otros pueblos del propio municipio de Guía de Isora, y de los municipios colindantes de Adeje y Santiago del Teide; gentes que mediante la compraventa y, a veces, incluso recurriendo al trueque, lograban obtener otros productos en Las Fuentes: cebada, trigo, papas, higos, almendras, fruta, queso... y hasta miel.

Eran tiempo difíciles, pero en el lugar llegaron a vivir más de doscientas personas. Familias compuestas por cinco, seis, siete o incluso más miembros, se alimentaban de aquello que cultivaban en las múltiples huertas de jable, recurriendo al trueque para obtener otros productos (pescado, azúcar, sal, etc).

Guía de Isora, cuenta con otros caseríos como Chirche y Aripe, pero Las Fuentes es el más alto pago del municipio, situado a 1.000 metros. En 1950 albergaba 103 vecinos. Aproximadamente a partir de mediados de la década de los cuarenta se inició un periodo de emigración a Venezuela, y, a partir de ahí, se produjo un paulatino descenso poblacional de Las Fuentes. Posiblemente la superación de los 200 habitantes se produjo entre 1930 y 1945.

Hoy, Las Fuentes representa un espacio de enorme belleza paisajística pero de inmensa tristeza por la soledad que ofrece. Ya no se oye el grito de los niños, ni las azadas de los hombres, ni los cantos de las mujeres. Las Fuentes, como consecuencia de la evolución económica de la región a lo largo del siglo XX, fue perdiendo una población que poco a poco se iba desplazando hacia los núcleos turísticos. Al menos, ese ha sido el argumento que se ha defendido hasta ahora por parte de algunos. Sin embargo, la auténtica realidad es que obligaron a los vecinos a abandonar el núcleo al no disponer de una carretera pavimentada, condenando a los mismos al destierro. Así, el lugar se fue despoblando y sus casas y caminos comenzaron a sufrir los efectos del abandono.

Todo esto ha producido una profunda e hiriente separación respecto a las casas, tierras y raíces, obligados por la fuerza, por la injusta y cruel realidad provocada por la dejación de las obligaciones manifestadas por las Administraciones Públicas -gran discriminación-, derivando en una auténtica "diáspora" (la mayoría de los fuenteros se quedaron dentro del municipio de Guía de Isora, otros en los de Adeje y Santiago del Teide, otros repartidos por la isla, sobre todo, en la zona Santa Cruz-Laguna y algunos pocos se quedaron en Venezuela). Todo esto ha producido un profundo y doloroso desarraigo obligado (desarraigo físico, que no sentimental) de los fuenteros. Sin embargo, los fuenteros nunca han perdido los lazos de cariño, de afecto, de respeto y de gratitud a sus antepasados que los unen con sus raíces en Las Fuentes. Ni, por supuesto, las esperanzas de tener la posibilidad de poder retornar, quien lo desee, a Las Fuentes. Los padres, abuelos, bisabuelos y muchos de los antepasados fuenteros crearon, vivieron y lucharon para mejorar Las Fuentes. Sin lugar a dudas, las Administraciones Públicas tienen una deuda histórica con el lugar.