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Las Hoces del Duraton, Sepúlveda. Del puente de Villaseca al puente Talcano

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Trail stats

Distance
7.37 mi
Elevation gain
246 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
89 ft
Max elevation
3,064 ft
TrailRank 
29
Min elevation
2,902 ft
Trail type
One Way
Moving time
2 hours 17 minutes
Time
3 hours 57 minutes
Coordinates
1854
Uploaded
October 23, 2021
Recorded
October 2021
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near San Miguel de Neguera, Castilla y León (España)

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Itinerary description

Se trata de una marcha que discurrirá por la ribera del rio Duratón entre la frondosidad de ese paraje y unas paredes naturales que llegan a alcanzar los 100 metros de altura donde anidan fundamentalmente buitres




· Iniciaremos la marcha desde el parking situado en el quiosco de Jacinto al lado del puente de Villaseca donde llegaremos los coches provenientes del puente Talcano.

· Iniciamos la ruta hacia la cueva de los siete altares que encontraremos rápidamente y que, aunque no podremos visitar por estar cerrada, podremos verla desde fuera.

· Avanzamos por una senda sin desnivel por el cañón del rio hasta un puente que no cruzaremos, pero que dará lugar a hacernos fotos.

· Pasaremos por un monumento que parece un monumento Inca, asi como diferentes fuentes y regueros.

· Seguiremos por la senda que está perfectamente dibujada entre paredes verticales, vegetación fantástica y más aun en esta época del año, y toda clase de sonidos de pájaros y aves hasta llegar al puente Talcano.

· Distancia a recorrer: 11,37 km

· Desnivel: 319 m que en esa distancia es poco pues la marcha discurre en un único sentido

· Tiempo andando: 3:30 h

· Tiempo total con paradas: 4:30 h

· Camino: senda

· Dificultad técnica: baja

· Dificultad física: baja

· Nivel: 1+


Información General de la marcha a las Hoces del Duratón:

El parque natural de las Hoces del Río Duratón es un paraje protegido que comprende el entorno de las hoces que este río tiene en su tramo medio. Estas son el cañón que el Duratón, afluente del río Duero, ha excavado en una zona de roca caliza entre las localidades de Sepúlveda y Burgomillodo.

El río Duratón discurre durante 27 km encajonado en el cañón que ha excavado en el sustrato calizo. En el último tercio de este recorrido traza cerrados meandros que reafirman la excavación propiamente dicha. Las paredes, que alcanzan los 100 metros de altura en algunos puntos sirven de lugar de nidificación a muchas especies de aves, pero la relevancia fundamental se la llevan los buitres leonados que se han convertido en uno de los principales atractivos del parque.

El río Duratón ha excavado las Hoces en la roca caliza, la cual se formó en la Era Mesozoica, hace unos 140 millones de años, debido a los sedimentos que se fueron acumulando en el mar que en aquella época ocupaba la actual península ibérica. Antes, hace unos 600 millones de años, se habían producido sedimentos de arcillas y limos que, sometidos a un proceso de presión, dieron lugar a rocas metamórficas de granito y gneis que fueron la base de la posterior acumulación caliza.
Posteriormente (de 350 a 250 millones de años) se produjo la desecación de ese mar y la formación de un macizo que se erosionó, formando una penillanura (de 250 a 230 millones de años) la cual se volvió a cubrir con las aguas que formaron el llamado mar de Tetis (de 230 a 60 millones de años) donde se produjeron las acumulaciones cálcicas que dieron lugar al terreno que luego sería erosionado por el Duratón.
El mar de Tetis se desecó debido al alzamiento de la placa tectónica Ibérica hace unos 50 millones de años, dejando en la superficie las roca calizas y dolomías cretácicas. A partir de ese momento comenzó la erosión ayudada por un episodio climático árido que fue rebajando las formas plegadas, y conformando una superficie de erosión, que es la que conforma la paramera, a finales del Terciario.
Desde entonces hasta la actualidad el río Duratón se ha ido adaptando a los diferentes accidentes geográficos y fallas que conforman el terreno, encajonándose en el cañón que forma en la roca caliza. Este encajonamiento se debe, fundamentalmente, a la acción erosiva del agua unida a la fracturación de la roca; y apoyado por los procesos de karstificación. Este proceso kárstico se produce por la combinación del agua, bien procedente de la lluvia o de los ríos, con el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Esta combinación da lugar al ácido carbónico que disuelve las rocas calizas y dolomíticas. Este proceso ha formado todo un complejo de cavidades, conductos, grietas, cuevas y simas que han conformado el actual paisaje del espacio protegido.
En la vegetación del área protegida se dan diferentes hábitats debido a las diferencias climáticas y de suelo existentes. Se distinguen tres zonas diferentes y determinadas, la paramera en la zona superior, el bosque de ribera a la orilla del río y los cortados. Se han registrado 572 especies de flora.
La zona paramera, que ocupa la mayor parte de la superficie del parque, se ubica en la zona superior, donde el suelo es seco y pobre. En él abundan formaciones de sabinas albares, enebro común y enebro de la miera que se complementan con tomillares, aulagas, salvias, espliegos y matorral que dominan las áreas despejadas. En algunas áreas, particularmente en el cuadrante suroccidental, hay plantaciones de pino resinero destinados al aprovechamiento de la resina., aunque hoy prácticamente están abandonados. Estas plantaciones están asentadas sobre acumulaciones de arenas de origen eólico y cumplen con la función de fijarlas.


Paramera


Cortado


Fondo del cañón


Pinar sobre arena
En los cortados o ecosistema rupícola, Las paredes verticales que conforman esta área de cortados y barrancos descienden desde la altura de los páramos hasta el fondo del cañón. Son una unidad de roquedos con muy poca tierra y con escasez de agua, lo que hace que unidos a la inaccesibilidad del mismo, este hábitat sea muy diferente a los otros dos debido a sus singularidades morfológicas.
En los cortados abundan las oquedades, balmas, grietas y resaltes en los que se han establecido especies rupícolas (que se cría en las rocas). Cerca de los lugares de nidificación se dan especies nitrófilas (que crecen en sustratos ricos en nitrógeno) debido a los excrementos de las aves.
En las repisas y balmas, donde se conforma algo más de suelo, la vegetación es de mayor porte, proliferando arbustos y arbolillos.
En el fondo del cañón o ecosistema de ribera, En el fondo del cañón, donde se dan unos suelos más evolucionados con gran disposición de agua y el resguardo que le prestan las paredes, se desarrolla un exuberante bosque de ribera o de galería compuesto por alisos, sauces, álamos, olmos, y fresnos, de forma natural hay que sumarle las especies introducidas por el hombre para su explotación, como los chopos de crecimiento rápido destinados al aprovechamiento maderero o los nogales y castaños. El sotobosque que acompaña a este tipo de bosque está compuesto por especies como el cornejo, saúco, zarzamora, rosal silvestre, endrino y majuelo.
Las diferentes especies se van distribuyendo en bandas dependiendo de las necesidades de humedad que precisen. En la zona más cercana al río se ubican las especies que requieren más agua, llegando incluso a estar en contacto con ella. En esta zona abundan juncos, eneas, carrizos y espadañas, siempre que haya luz suficiente. Más alejados se sitúan los sauces en sus dos formas, la arbórea y la arbustiva, y los alisos. La banda siguiente la ocupan chopos y álamos para que, seguidamente, primero entremezclados y luego ocupando los niveles superiores, se establezcan olmos y fresnos. Los arces, blanco y de Montpellier, así como diferentes especies de frutales asilvestrados (nogales, almendros, ciruelos, cerezos y avellanos) salpican todo el fondo del cañón. Se complementan estos bosques con el sotobosque indicado anteriormente.
La Fauna, de los diferentes hábitats existentes en el parque hacen que exista una gran riqueza de fauna. Las aves destacan sobre el resto de la fauna habiéndose censado 195 especies. La lista se completa con, al menos, otras 315 especies de fauna no ornitológica.
En el río son abundantes los barbos y las carpas que se encuentran en la zona del embalse, mientras que en la parte de río vivo (que no está represada) se pueden ver truchas comunes, bogas del Duero y bermejuelas, así como gobios . Hay una población de nutrias que se han ido reproduciendo bien, aumentando significativamente su censo. El cangrejo señal, especie introducida por el hombre, se ha adaptado bien a las condiciones del parque.
Entre los anfibios destacan las ranas comunes y ranitas de San Antonio, los sapos comunes, partero y corredor; entre los reptiles se encuentran la culebra viperina, la culebra de escalera y el lagarto ocelado y algunas otras especies de lagartijas. Hay diversas especies de mariposas, como el macaón. En la paramera abundan los saltamontes, y en el río los zapateros y libélulas.
En cuanto a los mamíferos, en el páramo hay numerosas liebres y algunos roedores; en los pinares hay corzos, jabalíes, zorros, ardillas, tejones, garduñas y comadrejas que por su gran movilidad pueden verse en los diferentes hábitats que hay en la zona protegida.
La colonia de aves es muy importante, con 195 especies entre nidificantes y migradoras, distribuyéndose por los diferentes hábitats que se dan en el parque: cortado, paramera y fondo del cañón.
Aves presentes en los cortados o ecosistema rupícola

Buitre Leonado (Gyps fulvus).
Los cortados son utilizados por muchas especies de aves para nidificar. Son en su mayoría rapaces y destacan entre todas ellas, por su envergadura y número, los buitres leonados de los que en el año 2003 se habían censado 575 parejas, lo que hace del parque natural una de las mayores colonias reproductoras de toda Europa. Otras especies de rapaces que se destacan son el alimoche, el halcón peregrino, el cernícalo vulgar, el búho real, azor y el águila real, especie de la que se ha censado una pareja en 2007. Junto a las rapaces hay córvidos como la grajilla y la chova piquirroja y paseriformes como el avión roquero, el roquero rojo, el roquero solitario y el colirrojo tizón.4​
Aves presentes en la paramera
En los páramos que rodean el cañón, en su parte superior se observan aves esteparias, algunas de ellas como la alondra de Dupont en peligro de extinción. Entre estas aves están la perdiz roja, la cogujada común y montesina, la totovía y la alondra común. También se encuentran alcaudones y zorzales en aquellos lugares con más vegetación.
En los pinares del cuadrante suroeste hay aves rapaces forestales como el azor, el gavilán, el águila calzada, milanos, tanto negro como real, el autillo, el mochuelo, el cárabo y el búho chico, así como la paloma torcaz, la tórtola europea y el rabilargo.4​
Aves presentes en el fondo del cañón o ecosistema de ribera
La riqueza vegetal del bosque de galería proporciona una riqueza faunística relevante. Hay mirlos, pinzones, ruiseñores y petirrojos que se alimentan en el suelo y en los árboles. También se observan las currucas, pitos reales, agateadores comunes y trepadores azules que se alimentan sobre los troncos de los árboles, mientras que por las copas están los mitos, carboneros y herrerillos.
En el fondo del cañón hay otras aves como los jilgueros, los escribanos y las oropéndolas. Entre las que buscan su alimento en el agua se encuentran el martín pescador y el mirlo acuático, mientras que las que nidifican en los carrizos de la orilla son el carricero común, la lavandera blanca y cascadeña. En las aguas del embalse se ven, sobre todo en invierno, ánades reales, cercetas, cormoranes y garzas.4​
Colonización humana:
El espacio del parque de las Hoces del río Duratón ha sido ocupado por el hombre desde tiempos prehistóricos. Los hallazgos más antiguos son unas cerámicas neolíticas datadas en el año 3000 a. C. Los poblados conocidos pertenecen a la Edad del Cobre (2000 a. C.) mientras que las pinturas rupestres (del denominado arte esquemático) así como la gran mayoría de hallazgos son de la Edad del Bronce (de unos 1000 años a. C.). Es especialmente relevante el yacimiento de El Solapo del Águila, en el Corral de Muñecas, que tiene la mayor concentración de pinturas rupestres del parque.
Pintura rupestre
La tribu celtíbera de los arévacos ocupó el lugar que luego fue conquistado por los romanos, de los cuales aún se pueden ver algunos restos de sus obras viales como la calzada en Sepúlveda, o los puentes de Picazos y Talcano. Los romanos dieron de la vecina localidad de Sepúlveda el estatus jurídico de municipio que tuvo una vida amplia y relacionada con el exterior.17​
Los visigodos ocuparon el lugar dejado por los romanos. A ellos se deben algunos santuarios que se encuentran esparcidos por toda el área del parque, relacionados con la tradición eremita que se mantuvo viva durante mucho tiempo en estas tierras.4​ Muchas de las cuevas existentes en el cañón fueron convertidas en pequeñas ermitas. La más relevante es la Cueva de los Siete Altares, considerada la primera iglesia de la provincia de Segovia.18​ En esa tradición eremita tiene origen la devoción a San Frutos (patrón de Segovia cuya ermita y tumba se encuentran en el parque).
Los árabes no dejaron muchos vestigios de su larga presencia en el cañón, ya que ocuparon el lugar desde el siglo VIII al X. Se puede apreciar algún resto en las murallas de Sepúlveda.4​ En el año 940 se le encargó a Fernán González, conde de Castilla, la repoblación de la villa de Sepúlveda17​ que había quedado despoblada debido a las correrías de Alfonso I, aunque se sabe que existía una población campesina alrededor de la misma, es decir en tierras de los que hoy es el parque. Es esta repoblación la que estabilizó una zona cristiana más allá del río Duero. En el año 979, Almanzor intentó recuperar la villa sin éxito, objetivo que consiguió años más tarde, en 984 o en 986. En el año 1010 la villa pasó definitivamente a manos cristianas al ser tomada por Sancho García, nieto de Fernán González.17​
Ya en la repoblación efectuada por Fernán González se estableció el Fuero de Sepúlveda, que fue confirmado en diferentes ocasiones y codificado en el año 1300. En este fuero se define lo que se conoce como Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, en donde queda integrado el territorio que conforma el parque del Duratón. Sepúlveda y su zona de influencia vivió un periodo de esplendor llegando a ser aplicado su fuero a otras ciudades y villas como Zaragoza y Teruel y a muchas poblaciones de la Orden de Santiago.17​
El siglo XI dejó obras románicas como el priorato benedictino de San Frutos. Luego, ya en el siglo XIII se construyó el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz.19​
Durante la ocupación francesa y la Guerra de la Independencia el entorno del parque natural sufrió una gran actividad bélica. La villa de Sepúlveda fue asediada por las tropas napoleónicas que no lograron tomarla. Juan Martín Díez, el Empecinado, mantuvo su base en las cuevas del cañón.17​
En el año 1953 se construyó el embalse de Burgomillodo que inundó una superficie de 132 ha del fondo del cañón. La construcción de esta presa impidió el acceso a pie al monasterio de Nuestra Señora de la Hoz a la vez que permitió la creación de una serie de actividades turístico-deportivas en sus aguas.20​

Monumentos,
Dentro del parque natural hay varios monumentos de interés.
• Destacan la ermita de San Frutos, que se sitúa en un espolón rocoso sobre una de las hoces.
• El monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles en el fondo del cañón.
• Las ruinas de la ermita visigótica de San Julián, excavada en la roca y
• La cueva de los Siete Altares.
De alto interés etnológico son las construcciones tradicionales que se han venido realizando por todo el parque para los diferentes usos que el trabajo y la vida de sus habitantes han precisado. Son construcciones campestres como chozas de pastor y rediles para el ganado, refugios de los resineros que explotaban los pinos, palomares y muretes de separación entre huertas o molinos con sus presas, como la de la Molinilla y la de Chiquete. El patrimonio monumental de los pueblos que rodean el parque y en especial el de Sepúlveda es muy importante tanto en calidad como en cantidad.

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