Las Médulas: Ruta Perimetral hasta Mirador Orellán - Cuevona - Encantada-Parkin.

Distancia 13.900 km
Desnivel positivo 633 m
Tiempo 4:35
Detenido 1:08
Altitud mínima 722
Altitud máxima 1033

Dificultad: moderada. Hay algún tramo de senda estrecha con pared a la izquierda y patio a la derecha. No apta para personas con vértigo.
Es una ruta para relajarse y tomarse su tiempo en recorrerla.
No tiene pérdida, es una ruta perimetral, en sentido inverso a las agujas del reloj, dejando siempre la hondonada de Las Medulas a la izquierda.

Cruzamos el pueblo de Las Médulas con sus bares turisticos y salimos por una pista amplia escoltada por robustos castaños. Panorámica del valle del Sil a nuestra derecha y las desgarradas paredes rojizas de Las Médulas a nuestra izquierda.
Siguiendo la pista giramos a la izquierda y damos con el mirador de Las Pedrices desde donde se contempla la hoya de las Médulas.
Siguiendo la pista se vuelve a girar a la izquierda y tras una subida pindia llegamos al Alto de Reirigo para seguir contemplando los taludes de Las Médulas.
La bajada de Reirigo tiene tramos protegidos por cuerdas como quitamiedos. Luego la senda discurre a espaldas de Las Médulas pasando por la boca de alguna galería excavada en la roca.
En un constante sube y baja llegamos al pico de Placias, el punto más alto de la ruta y un excelente mirador de Las Médulas y del Bierzo.
Bajamos por senda marcada hasta dar con la pista que seguimos a la izquierda y en poco más de un kilómetro estamos en el mirador de Orellán. Mirador montado con piso de tablas y una balaustrada al borde de la hondonada de Las Médulas. Se puede visitar, previo pago, la galería que al final asoma por una enorme boca al precipicio en medio de un paredón vertical. Te ceden un casco porque, aunque es corta la galería, en algún punto hay que agachar el lomo y la cabeza se puede llevar algún coscorrón.
A la salida de la galería retrocedemos por la pista hasta una entrada que desciende cubierta por la bóveda del bosque de hayas y castaños.
Paramos un momento en la fuente de la Tía Viviana y seguimos casi por el fondo de la hoya en medio de un paisaje boscoso con sendas que curioseamos, pero que, aparentemente, se cortan y no llevan a ningún sitio, supongo que serán de servicio forestal.
En esta parte de la ruta hay más visitantes, aunque la pandemia, que es septiembre y laborable hace que el número sea aún menor que el habitual en condiciones normales para un fin de semana.
Llegamos a La Cuevona (boca enorme de galería) y casi al lado La Encantada y un poco más adelante, siguiendo la senda marcada, esta gira a la derecha y nos saca a las calles del pueblo.