Las Riveras de Almonaster La Real por Escalada y Calabazares circular

LAS RIVERAS DE ALMONASTER LA REAL POR ESCALADA Y CALABAZARES circular 13 Km

Se trata de una ruta que transcurre por zona de riveras donde hay mucha diversidad de terreno y paisajes, desde pequeños senderos más encajonados hasta caminos amplios entre pinares, pero todos de fácil acceso.

Es una ruta cómoda y bonita, si bien merece la pena hacerla en primavera o en otoño, preferentemente tras algunas lluvias, porque así las riveras llevarán más agua. Algunos pasos serán más complicados pero la ruta ganará en belleza. Conviene llevar escarpines y toalla. En algunas zonas los helechos nos abrazarán a nuestro paso.

Nosotros dejamos el coche en el propio parking del Restaurante El Rincón de Curro, pues ese fue nuestro destino final para recuperar fuerzas después del paseo, siendo un lugar muy recomendable. No obstante, siguiendo la carretera hacia el este, hay un buen parking donde se puede aparcar sin problemas.

Comenzaremos la ruta saliendo de Almonaster la Real por la parte sureste del pueblo, cruzando un bonito puente medieval y tomamos rumbo sur. Tendremos que caminar unos 500 metros por la carretera que lleva a Escalada (sin mucho tránsito de vehículos) y salirnos de ella por la izquierda, atravesar un par de cancillas (la segunda un poco disimulada) y a partir de ahí descenderemos constantemente hasta llegar a la aldea de Escalada.

En ese tramo nos toparemos con el cruce de los barrancos del Maillo y el del Venero, una de las partes más bellas de la ruta, y atravesaremos una zona de pinares.

El tramo de la aldea de Escalada a la de Calabazares se realiza por terreno más llano.

El último tramo de la ruta, una vez pasado Calabazares, comienza a ser una subida constante, aunque sin gran importancia y con abundantes zonas de sombra, por lo que no se hace dura. La llegada a Almonaster a través de La Era la Cuesta es una grata sorpresa, pues ofrece muy buenas vistas. A partir de ese punto sólo queda descender hasta alcanzar de nuevo la Rivera de Almonaster y adentrarnos en el pueblo callejeando hasta llegar a nuestro punto de inicio.

La naturaleza siempre nos reconforta, nos reequilibra y, con su extraordinaria belleza y sencillez, nos recuerda que formamos parte de ella y de su entorno; por eso, aquí nos sentimos como en casa. La vida es el camino, pero el camino nos da la vida.