LAS UBIÑAS DESDE TORREBARRIO. 2019

CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
Hacía tiempo que no compartía con mi amigo Juan una ascensión a alguno de nuestros picos. Son muchas las montañas que hemos subido juntos tanto en el Pirineo como en Castilla y León disfrutando de lo lindo.
Se dió la ocasión y planeamos volver al Macizo de la Ubiña después de haber subido con nieve esta hermosa mole calcárea hace ya muchos soles.
Iniciamos temprano la ascensión desde Torrebarrio. Salimos de la pequeña plaza de esta localidad buscando el puente sobre el Arroyo el Abesedo, en estos momentos atípicamente seco. Tomamos la pista que en dirección NE y a lo largo de unos 2 km, nos dirige al punto en el que nos desviaremos por una senda, ahora rumbo SE, para alcanzar el collado de El Ronzón. En todo este tramo es de destacar los efectos de la pertinaz sequía sobre este hermoso paisaje: ningún nevero, manantiales sin agua, prados con la hierba amarilla pidiendo agua con urgencia... Pudimos disfrutar de montañas que conocemos como algunas cumbres en dirección norte: Los Picos de Huertos del Diablo Norte y Sur, la Cueva de Malluque, la Peña del Arca, la Peña del Ranchón. etc.
Ya en este collado se puede observar la belleza de este gran macizo calcáreo de 2411 m de altitud y de su hermana menor la pequeña Peña Ubiña, un poco más bajita pero de enorme belleza.
Iniciamos la subida por la arista S, bastante vertical en algunos tramos. Con paciencia fuimos ganando altura procurando evitar la caída de rocas que al estar sueltas pueden ocasionar accidentes a los montañeros que suben por detrás de nosotros. Alcanzamos la cresta (2371 m) y realmente aquí comenzamos a gozar de todo el entorno montañoso. Sin pararnos mucho nos afanamos en llegar al poste geodésico de Peña Ubiña (2411 m). Ahora sí nos detuvimos todo el tiempo preciso para disfrutar, como siempre hacemos de nuestras montañas. Hacia el N tenemos todo el Macizo de las Ubiñas, con las cumbres especialmente bellas al incidir sobre la roca caliza los rayos del sol, de forma vertical. Destacan los Picos del Fontán (2414 m), aún más elevados que la propia Ubiña. Hacia el S nos deleitamos con la Peña Ubiña Pequeña (2193 m) con forma de pirámide puntiaguda, los prados, conservando algo de verdor, del valle de Riotuerto donde pastan multitud de vacas que curiosean el paso de los montañeros. Al oeste tenemos los Prados de la Cabra y todo el valle salpicado de pequeños pueblos como Torrebarrio o San Emiliano.
Hecho el reportaje fotográfico, comenzamos el descenso siguiendo la misma ruta hasta el collado del Ronzón. Después de comentar todo lo positivo que nos aportan las montañas y tomarnos un pequeño respiro, decidimos continuar nuestra marcha dirigiéndonos hacia la Ubiña Pequeña.
Pasamos la valla de maderas y alambre y caminamos por el prado del Valle de Riotuerto en dirección SE para buscar la ruta más cómoda de acceso a este pico. Rodeando la montaña, apreciamos una buena ruta NE-SW, bien marcada y clara hacia la cima. Seguimos la senda y sin muchas dificultades alcanzamos la cumbre (2193 m). Desde esta cima es de destacar las vistas hacia la gran mole calcárea de la Ubiña Grande.
Con ánimos renovados descendemos por el mismo itinerario, recogiendo información con nuestra cámara, como siempre hacemos, sobre la formación geológica de este macizo, el relieve de formas caprichosas, los suelos, rocas, pequeñas plantas con flores (siemprevivas, gencianas, peonías...), insectos, pequeñas lagartijas, aves (buitre leonado, chovas, pequeños pajarillos...). Pensamos que nunca se conoce lo suficiente y que estos entornos naturales siempre deparan sorpresas agradables.
Con gran satisfacción y la sensación de haber pasado un gran día en la montaña, llegamos a Torrebarrio para refrescarnos con el agua de la fuente y comer un merecido bocadillo con una fresca cerveza que mi amigo Juan me tenía reservada para la ocasión.
Itinerario recomendado para personas bien preparadas físicamente y con experiencia en la montaña.