LAS 1000 VENTANAS DE GÜÍMAR (O CANAL DE LOS MIL)

Espectacular y exigente ruta si se hace partiendo desde Güímar, que puede resultar peligrosa para gente con vértigo, ya que pasaremos por zonas bastantes expuestas y obviamente nada apta para gente con claustrofobia ya que nos meteremos por sucesivos túneles, algunos de ellos de bastante longitud, donde será obligatorio llevar frontal para atravesarlos ya que la oscuridad es total. Muy recomendable el uso de casco para mayor seguridad, dado que la altura de los túneles es irregular y más allá de los posibles desprendimientos, alguno que otro golpe nos podemos llevar al agacharnos y levantarnos. Por todos estos motivos, tal y como se nos advierte con carteles al inicio y al final de la ruta, está expresamente prohibido su paso, y evidentemente, quien se aventure a hacerlo, lo hace bajo su responsabilidad. En este sentido, advertir que el tramo del canal sobretodo, requiere prudencia y concentración en lo que se está haciendo, si no queremos llevarnos un susto. Como decimos en catalán con esta acertadísima para lo que nos ocupa expresión, es una ruta donde "no val a badar" (no hay que dormirse, hay que ir con cuidado etc.). Para comenzar, dejar muy claro que el tramo conocido como "Ventanas de Güimar" o "Camino de los mil" (por estar en buena parte sobre un barranco que ronda los 1000 metros de caída), que no se trata de un sendero ni una ruta como tal y que no es un sendero homologado en ningún caso. Se trata de una espectacular obra de ingeniería cuyo único fin fue el tránsito del agua por el canal, conocido como Canal Fasnia-Arafo, y que por lo visto según la bibliografía, nunca se llegó a utillizar con tal fin, aunque como podremos ver sobretodo a partir de la mitad del recorrido, actualmente si que se ha utilizado para canalizar unas tuberías tal y como veremos a la altura del Barranco de Badajoz.

*La distancia que aparece en la ruta así como el desnivel, no corresponde con la realidad dado los múltiples rebotes producidos por la señal de GPS dentro de los muchos túneles que pasaremos, siendo en realidad unos 21 km de recorrido total y unos 1000 metros de desnivel positivo y otros tantos de negativo.

Comenzamos la ruta en el centro de Güímar, población muy bien comunicada, donde llegamos con la guagua 120 desde Santa Cruz de Tenerife, bajándonos en la parada de la Avenida Obispo Cáceres, para ir a buscar el cercano Camino Real, que unía Güímar con Fasnia y que nos acompañará durante la primera parte de la ruta. Pasada la gasolinera y el puente sobre el barranco de Guaza donde tenemos una fuente con el nombre de la población, tomaremos unas escaleras que bajan a la izquierda y que nos llevan directamente a ese camino, que en todo ese primer tramo es una calle que cruza el barrio de Guaza. Llegaremos a un primer punto conflictivo al llegar a un cruce con una pista asfaltada, ya que el camino real, queda cortado por desprendimientos tal y como se indica en una señal, apareciendo ante nosotros una valla que impide el paso. Para superar este hándicap, nos vamos a la derecha hasta que a la izquierda vemos una pista también cortada con una cadena donde se prohibe el paso, pero que nosotros tomamos tal y como nos indicó un lugareño. En esa zona, reside gente y hay cultivos, estando el paso prohibido dadas las continuas visitas de los amigos de la fruta ajena, pero no hay problemas si los que pasan son forasteros y menos para los senderistas, por lo que ya están acostumbrados a su paso. Después de este rodeo, volvemos a retomar el camino real que seguiremos hasta llegar a un cruce donde comienza realmente la exigente subida que nos ocupará durante este primer tramo de la ruta hasta llegar al inicio de las Ventanas de Güímar en si. El camino real, empedrado en ese tramo, gana altura rápidamente en sucesivos zig-zags hasta alcanzar la carretera TF-28 que deberemos cruzar con atención para ir a la izquierda y luego tomar la continuación del sendero a la derecha. Después de 4,7 km de exigente subida llegamos a la Pista de Anocheza que tomaremos a la derecha, dejando el Camino Real de Güímar a Fasnia que nos habrá acompañado durante esta primera parte del recorrido. Ahora por asfalto, nos quedará un buen tramo de rampas en dirección a un conjunto de antenas que vemos a lo lejos, unas primero, y más arriba aún, otra donde destaca un solitario pino, que nos marcará el fin del continuo ascenso que llevaremos hasta el momento. Durante la subida, dejaremos a la derecha la zona de Despegue de Parapente de Anocheza para llegar al primer grupo de antenas, donde acaba el asfalto, y que es lugar habitual de inicio de la ruta de las "1000 ventanas de Güímar", si nos queremos ahorrar el tramo más exigente a nivel físico de la ruta. Allí, comienta el último kilómetro de subida que haremos por pista hasta alcanzar las segundas antenas y el Pino de Don Tomás, siguiendo la pista a la derecha y tomando la primera bifurcación también a la derecha que nos llevará al rótulo que nos indica de la prohibición y la peligrosidad de la ruta que vamos a iniciar. Estamos al comienzo de la ruta de las "1000 ventanas de Güímar".

El sendero es evidente y se hace aún más obvio una vez accedemos a las primeras losas que cubren el canal. La ruta en realidad, a pesar de la gran cantidad de rebotes comentados, no ofrece pérdida, ya que hasta que acabemos el largo tramo por el canal y volvamos de vuelta a Güímar, se trata de seguir siempre lo más cerca posible del canal, ya sea por sendero a su lado o bien por encima o dentro del mismo, en los tramos donde se pueda. Siempre con atención, ya que durante casi todo el recorrido, tendremos el barranco a la derecha, a veces tapado por la vegetación dando sensación de falsa seguridad. Sólo comenzar, ya sorprende la descomunal obra de ingieneria y el esfuerzo que supuso la costrucción del canal, en una época en la que no existían los adelantos de los que se disponen en la actualidad y toda la obra se realizaba a pico y pala literalmente. Al poco de iniciar el recorrido por el canal, donde reitero, a veces será mejor ir por el interior, si faltan las losas que lo cubren obviamente y otras veces será más cómodo ir sobre las mismas, nos encontraremos una retroexcavadora precipitada justo antes de la entrada del primer túnel, donde se rescató al operario fallecido en el accidente, pero que dada la peligrosidad del barranco y su caída, se decidió no intentar sacar de allí la máquina y fue sujetada por varios cables de acero a la pared para evitar que continuara precipitándose. Nos adentramos en el primer túnel de los 10 que componen la ruta, donde ya será necesario el uso de frontal. Si nos fijamos, los diferentes túneles están numerados con pintura de color naranja. Al salir del primer túnel y como sucederá más adelante, veremos que el recorrido sigue pegado a la pared fuera del canal para evitar, ya sea los desprendimientos que encontraremos o bien la maleza que cubre la estructura del canal en algún corto tramo. Ya en estos primeros metros de la ruta, vemos que es totalmente desaconsejada para ir con niños o con perros. Pasado el tercero de los túneles nos aparece la primera de las llamadas "ventanas". Las ventanas servían no sólo para dar luz a los largos túneles, sino que además se usaban para arrojar los escombros obtenidos al perforar las galerias, de ahí el nombre de las 1000 ventanas. Atravesando los diferentes túneles llegaremos a la parte más espectacular de la ruta, donde se adentra el barranco de Badajoz y donde el trazado del canal en el barranco permite ver las "ventanas" desde una y otra parte del recorrido. Hay que prestar atención una vez llegados a uno de los últimos túneles en la zona conocida como la Fuga de los Cuatro Reales, túnel numero 9, ya que se nos presentan dos opciones. A la izquierda nos aparece un túnel por donde discurre el canal y que resultará ser el más largo, del que sale una manguera de plástico negra y en cuyo interior, a diferencia de los demás túneles más "frescos", parece que pasa aire más caliente . Es el más largo de los túneles que atravesaremos, y uno de los contados en los que no veremos el fondo una vez entremos en él. Es esta la opción que debemos tomar para seguir la ruta. Por la derecha veremos también que va la continuación de la gruesa manguera que se introduce también en el túnel del canal por la que oímos fluir el agua constantemente, en este caso por un túnel con ventanas y mucho más iluminado. Además, vemos una gruesa tubería metálica. Por lo visto, esta es la opción que se utiliza para realizar el rappel o descenso del barranco de Badajoz. Si seguimos más adelante, veremos como el canal se estrecha y abajo a nuestra derecha se abre una gran cueva a modo de gran abrigo rocoso. Tomamos el túnel correcto por el que discurre el canal y una vez salidos del último túnel que pasaremos, veremos al fondo arriba los restos de una construcción, que probablemente sirvió a los trabajadores que realizaron la magnífica obra. Nos espera el último tramo del canal de aproximadamente 1,5 km pasada esa construcción, ya fuera de la zona de las "ventanas" y donde tenemos que progresar como más cómodamente podamos, ya sea por algún tramo de sendero que vaya tocando al canal, por encima de él en los tramos donde aún se conserven las losas que lo cubrían, o bien por su interior, entre las dos gruesas tuberías de plástico que lo acompañan. Es un tramo rompepiernas dadas las continuas entradas y salidas del cauce de canal que iremos haciendo buscando la manera más fácil para progresar. Por increíble que parezca, comprobaremos que a veces, la opción más cómoda, será pasar haciendo equilibrios por la pared exterior del canal, donde apenas cabe un pie. Llegados al final del tramo del canal, que se adentra en la maleza, lo abandonamos y llegamos a la conclusión de la ruta descendiendo por la pista a la derecha llamada del "reventón". Al poco, vemos el cartel indicador del peligro de la ruta y la advertencia de no pasar por ella. Este primer tramo de descenso por pista nos lleva a enlazar a otra donde encontramos una poste de madera del Paisaje Protegido Siete Lomas. Poco después, dejaremos la pista para adentrarnos en el sendero que entre viñedos y diferentes frutales, empedrado en alguno tramos y algo tapado en algún trozo, nos deja en la pista o Camino de la Paloma, ya en las afueras de Güímar. Pasando bajo un viaducto entraremos al barrio de la Hoya, que cruzaremos ante la iglesia de Nuestra Señora de la Peña, para cruzado el Barranco Chico, llegar a Güímar y por la Calle Peral primero y Calle Amistad después, concluir la ruta en las inmediaciones del punto de partida de esta espectacular y singular ruta.