Las Ventas con Peña Aguilera. Peña Las Coberteras y tumbas antropomorfas.

Las Ventas con Peña Aguilera se encuentra en la cara norte de los Montes de Toledo, cadena montañosa muy antigua con un relieve tipo "Apalachense", que se extiende desde la sierra cacereña de Guadalupe hasta Puerto Lápice en Ciudad Real, separando las cuencas hidrográficas del río Guadiana y Tajo.
Los Montes de Toledo constituyen uno de los espacios naturales más importantes del centro peninsular.
Partiendo de la Plaza de la Hermandad, dejaremos el ayuntamiento a nuestras derecha para para salir a la C/ Don Casto Martín y giraremos inmediatamente a la izquierda por la C/ Virgen, comenzando el ascenso al Cerro de Águila, donde se situó el primer asentamiento neolítico. Este núcleo continuó durante la época romana y se fue afianzando y continuando en el periodo visigodo. A partir de la llegada de los árabes, el poblamiento del Cerro del Águila va a entrar en decadencia, aunque continuará en época medieval, denominándose Santa María del Águila.
En el siglo V se consolida otra población en el Valle del Chorrito, situado al NE del cerro Peña Aguilera, la cual fue habitada desde época tardorromana hasta la crisis del siglo XIV.
Antes de la desaparición de Peña Aguilera se había formado un núcleo de población denominado Las Ventas asentado en la Cañada Real para dar descanso en las posadas o ventas a los caminantes que atravesaban Los Montes de Toledo hacia Andalucía.
A principios del siglo XVI estos tres pequeños núcleos de población se van a fusionar en la actual ubicación de la localidad, dando lugar al surgimiento de Las Ventas con Peña Aguilera.
En el ascenso, podremos desviarnos a la derecha para ver los antiguos lavaderos y una de las numerosas canteras de granito, ya abandonadas desde hace más de 25 años.
Seguimos subiendo por el camino, que está cementado y obviaremos al desvío de nuestra derecha, mientras continuamos con el ascenso hasta llegar a la Ermita de la Virgen del Águila. Desde allí, buscaremos una veredita detrás de un panel, que nos llevará hasta el Molino de viento Lirio.
Este molino se hizo necesario, ya que desde la Edad Media la única forma de moler era en los molinos de agua del Torcón, que estaban lejos y no funcionaban en años de sequía. Por eso, en 1872 se construye este molino de viento para aprovechar en lo alto del cerro, la fuerza del viento.
En 1917, la fábrica de harinas de esta localidad hizo inútil la producción del molino al ser más costosa y se abandonó.
Rodeando el molino buscaremos el camino principal, que seguiremos hasta que nos encontremos un cruce con forma de T. Iremos a la izquierda y luego a la derecha en el siguiente desvío con forma de V, en dirección a la Peña Las Coberteras.
Estas peñas reciben este curioso nombre porque todas esas rocas caballeras estaban coronadas por una especie de tapa circular en el centro conocida como "cobertera". Se han confundido con monumentos megalíticos o restos de pasadas civilizaciones.
Desde allí, seguiremos las indicaciones a las Canteras.
La artesanía de la piedra se convierte, desde los inicios del siglo XV, en el principal motor económico del municipio. Esta actividad artesana es la más antigua que se conserva actualmente, pues ya desde época romana está constatada la extracción de piedras de las canteras de este término municipal y, según las relaciones topográficas de Felipe II de 1576, se dice que de las canteras de este pueblo se sacaron las piedras para la Catedral y el Alcázar de Toledo.
En épocas más recientes se extrajeron de estas canteras las columnas y piedras para la sede del Banco de España en Toledo, obras de reconstrucción del Alcázar y la Academia de Infantería de Toledo, así como los Nuevos Ministerios, el Arco del Triunfo y la Casa de la Moneda de Madrid, entre otros monumentos.
Desde la Cantera, volveremos al pueblo y, entrando por la C/ Zagala a la derecha, giraremos por la segunda a la izquierda. Atravesaremos la C/ Barrionuevo y bajaremos a la izquierda por C/ Hontanica. Al llegar al inicio del Vía Crucis, giraremos a la derecha por C/ Don Casto Martín para comenzar la segunda parte del paseo, las tumbas antropomorfas.
La C/ Don Casto Martín, nos sacará del pueblo por el NE y lo dejaremos para coger el Camino de Ajofrín, a la derecha, que dejaremos inmediatamente para tomar una senda a nuestra derecha.
Obviando todos los desvíos que nos puedan salir, caminaremos aproximadamente 1,5 km para llegar a la necrópolis visigoda formada por más de 90 tumbas excavadas en las rocas dispersas por toda la zona, aisladas o en grupos de dos, tres o más. Junto a ello, restos de una basílica o villa tardorromana que pone de manifiesto la existencia de la población desde siglos antes de Cristo.
Desde allí, desandaremos el camino hasta el punto de partida, donde acabaremos el paseo.
Fauna: Jabalí, ciervo, corzo, conejo, perdiz roja, zorro, lince ibérico, liebre, ratón de campo, comadreja, meloncillo, búho real, águila imperial, buitre negro, águila imperial ibérica, buitre leonado, cigüeña negra, águila perdicera, abejaruco, alcaraván, cogujada común, triguero, curruca capirotada, pinzón vulgar, mirlo común, rabilargo, lagartija colirroja, lagarto ocelado, culebra de escalera…
Flora: Encina, quejigo, jara pringosa, , cornicabra, espino negro, berceo, cantueso, almendro, escoba blanca, escaramujo, olmo pumila, pino piñonero de repoblación, morera, mejorana, tomillo, majuelo, retama…
Figuras de protección: Reserva fluvial Sotos del Río Milagro; LIC y ZEPA Montes de Toledo; Área Crítica del Águila Imperial Ibérica, del Buitre Negro, de la Cigüeña Negra, del Lince y del Águila Perdicera; Zona de Dispersión del Águila Imperial; Zona de Importancia del Águila Imperial, del Buitre, de la Cigüeña y del Lince.