Lavaderos de la Reina desde la Dehesa del Camarate
near Lugros, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Dura, pero inolvidable ruta que tiene como objetivo llegar al nacimiento del Arroyo Covatillas, fruto del deshielo de los neveros más altos del Parque Nacional de Sierra Nevada, denominados Lavaderos de la Reina. El deshielo provoca una serie innumerable de chorreras y cascadas en la parte alta de la ruta, muy pintorescas. Parece que la ruta habitual para llegar aquí es por la acequia de Papeles, pero nosotros empezamos desde la Dehesa del Camarate, siguiendo los pasos del gran avhinojosa, incluso un par de kilómetros antes que dicho montañero, pues unos carteles prohibían el paso de vehículos a motor. Pero estos km iniciales son de los más bonitos de la ruta, pues acompañan a la Cañada Real de los Potros por la que vamos, la acequia de Guadix y el Río Alhama.
Llegamos a la Puerta del Camarate, junto al Barranco de Guadix. Este lugar es curioso, pues guarda las ruinas de una ermita que debió ser muy coqueta. El camino es amplio, con dos franjas empedradas para ayudar a la tracción de los vehículos de los ganaderos que explotan estas tierras. En una pronunciada curva a la derecha, abandonamos el camino para empezar a subir al Cerro de los Carneros por senda con pronunciada pendiente. Tras superar una fácil valla vencida, alcanzamos las bonitas llanadas del Cortijo del Camarate, cerca del cual volvemos a unirnos al camino, que zigzaguea en cómoda pendiente. Camino de Güejar-Sierra parece que se llama, el cual abandonamos justo en una estación meteorológica, cogiendo un sendero amplio que sale a la derecha y que nos obliga a superar la cuesta más empinada de toda la ruta. Pronto enlaza con el GR Sulayr que tampoco es agradable hasta que llega a la Piedra de los Soldados.
Desde este hito y hasta el encuentro con el Arroyo Covatillas andamos los km más suaves de toda la ruta, ya con las vistas a los grandes neveros que aún queda arriba en Sierra Nevada. Al llegar al Covatillas abandonamos el Sulayr para remontarlo paralelo al cauce, sin sendero, pero sin dificultad. Un remonte precioso, por cierto, coronado por una preciosa y enorme cascada. Desde ella comienza un tramo pedregoso y también con fuerte pendiente, en el que tuvimos que superar varios neveros que nos resultaron fáciles, pero que no lo serían con más nieve. Al fin llegamos a los Lavaderos de la Reina, que no es más que la unión de todas las torronteras fruto del deshielo. No son tan vistosos como la cascada previa, pero merece la pena llegar arriba para ver donde nace todo el espectáculo que acabamos de disfrutar.
Bajamos haciendo algún desvío del camino de ida para ver alguna lagunilla, la acequia de Papeles pero, sobre todo, para librarnos del Cerro de los Carneros y disfrutar de barrancos como el de las Rozas, bonita zona y de fácil paso por el camino por el que empezamos. Cansados, pero felices llegamos a los coches después de meternos un duro e inolvidable palizón de montaña.
Llegamos a la Puerta del Camarate, junto al Barranco de Guadix. Este lugar es curioso, pues guarda las ruinas de una ermita que debió ser muy coqueta. El camino es amplio, con dos franjas empedradas para ayudar a la tracción de los vehículos de los ganaderos que explotan estas tierras. En una pronunciada curva a la derecha, abandonamos el camino para empezar a subir al Cerro de los Carneros por senda con pronunciada pendiente. Tras superar una fácil valla vencida, alcanzamos las bonitas llanadas del Cortijo del Camarate, cerca del cual volvemos a unirnos al camino, que zigzaguea en cómoda pendiente. Camino de Güejar-Sierra parece que se llama, el cual abandonamos justo en una estación meteorológica, cogiendo un sendero amplio que sale a la derecha y que nos obliga a superar la cuesta más empinada de toda la ruta. Pronto enlaza con el GR Sulayr que tampoco es agradable hasta que llega a la Piedra de los Soldados.
Desde este hito y hasta el encuentro con el Arroyo Covatillas andamos los km más suaves de toda la ruta, ya con las vistas a los grandes neveros que aún queda arriba en Sierra Nevada. Al llegar al Covatillas abandonamos el Sulayr para remontarlo paralelo al cauce, sin sendero, pero sin dificultad. Un remonte precioso, por cierto, coronado por una preciosa y enorme cascada. Desde ella comienza un tramo pedregoso y también con fuerte pendiente, en el que tuvimos que superar varios neveros que nos resultaron fáciles, pero que no lo serían con más nieve. Al fin llegamos a los Lavaderos de la Reina, que no es más que la unión de todas las torronteras fruto del deshielo. No son tan vistosos como la cascada previa, pero merece la pena llegar arriba para ver donde nace todo el espectáculo que acabamos de disfrutar.
Bajamos haciendo algún desvío del camino de ida para ver alguna lagunilla, la acequia de Papeles pero, sobre todo, para librarnos del Cerro de los Carneros y disfrutar de barrancos como el de las Rozas, bonita zona y de fácil paso por el camino por el que empezamos. Cansados, pero felices llegamos a los coches después de meternos un duro e inolvidable palizón de montaña.
Waypoints
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
UN CLASICO
Dura y bonita ruta, para realizar cada año.