Lavaderos de Santa Maria del Berrocal y Castillo de El Mirón

RUTA DE LOS LAVADEROS DE SANTA MARIA DEL BERROCAL Y CASTILLO DE EL MIRÓN.

La ruta se inicia en la plaza de Santa María del Berrocal. Ya aquí hay paneles informativos indicando la ruta de los lavaderos, nada más abandonar el pueblo nos encontramos con el primer lavadero: el lavadero de Fuente Merina, al lado de unas piedras que se conocen con el nombre de Las Lanchas donde hay un pequeño mirador con buenas vistas del valle del Corneja.

Continuamos la ruta dirección a Navahermosa,, (Anejo de Santa María del Berrocal). Al abandonar las últimas viviendas de Santa María del Berrocal, se encuentra la Fuente de la Viña, el camino discurre entre muros de piedras de granito apiladas y que marcan los lindes de las tierras. A la izquierda del camino abundan las encinas y a la derecha el amplio valle del río Corneja y sus cultivos.


A la altura de Navahermosa se abandona el camino para acceder al lavadero de Las Pozas, se sigue un sendero que termina en el lavadero y después se vuelve al camino que llevábamos que descartamos entrar al centro de esta pedanía y continuamos primero por pista y despues por sendero entre encinas, en subida continua, al pueblo de El Mirón.

Antes de entrar en el pueblo nos dirigimos a su castillo que se emplaza en un macizo granítico elevado sobre los terrenos circundantes. Está bordeado por una muralla asentada sobre el canchal y que aprovecha, integrándolos en su trazado, los grandes bolos graníticos que encuentra a su paso. Una vez dentro del recinto destacan las ruinas de un torreón o Torre del Homenaje cuya función fue la de torre vigía. La privilegiada posición en la que sitúa el castillo permite disfrutar de una amplia panorámica de todo el valle del río Corneja. Al fondo aparecen difuminados los altos relieves de la Sierra de Gredos quedando La Covatilla y la Peña de Francia al Oeste,

Volvemos sobre nuestros pasos y abandonamos el castillo para dirigirnos al Pueblo de El Mirón, donde al abrigo de los muros de su iglesia tomamos un pequeño tentempié y abandonamos posteriormente el pueblo por su parte más alta y cogemos un sendero que nos permite contemplar las paredes de granito sobre las que se eleva el castillo, todo ello por un entorno magnífico que parece que no fue alterado por el hombre a lo largo de los tiempos. Este sendero nos conduce al lavadero del Valle.

Se deja el lavadero y se continúa la senda, que durante unos metros discurre por la carretera, aquí se localiza el lavadero de Los Caños. Seguidamente se sale de la carretera para continuar rumbo al pueblo de Valdemolinos (otro anejo de Santa María del Berrocal), se observa que las casas han sido rehabilitadas y muy cuidadas. Nos encontramos con un potro donde antiguamente erraban a los animales, un letrero donde pone “Esbaruzadero de Valdemolinos y varios paneles informativos indicando la dirección de la ruta de los esbaruzaderos que son unas lachas de granito inclinadas, como si fuesen un tobogán natural. Desconocíamos el significado de esta palabra y evidentemente al existencia de la mencionada ruta, al informarnos posteriormente descubrimos que el esbaruzadero de mayor tamaños es el del Mirón, que lo ubico en la ruta por si alguien la hace y quiere acercarse a verlo, ya que está al lado del castillo.

Continuamos el camino hacia Santa María encontrando al lado del camino el Lavadero de la Fuente y ya a la entrada del pueblo una fuente, La Fuente de El Espino, se trata de una fuente pozo y los restos de una calzada, probablemente, todo ello, medieval. Un podo más adelante está el lavadero de El Pilón, que dada la hora que era ya descartamos acercarnos a verlo y nos dirigimos al punto de inicio de la ruta: la plaza Mayor de Santa María del Berrocal.

Aconsejo hacerla en sentido inverso ya que pienso tendríamos las vistas de los berrocales y del Castillo más tiempo de frente nuestra.