Lavia (1.236 m) y Cuchillos de Lavia circular

Ruta magnífica, de las que merece la pena incluir entre las mejores de la Región. La senda que en la primera mitad recorre el barranco de la Hoya Lóbrega es una delicia y las vistas desde los cuchillos, espectaculares.

Es una zona muy natural, de bosque virgen, y por ello llena de matorral y arbustos, lo que sumado a algunos fuertes desniveles, hacen muy difícil tratar de progresar fuera de senda, lo cual es fuertemente desaconsejable.

La ruta no es para novatos, y para senderistas habituales la califico de moderada por las dos fuertes subidas, una a los cuchillos y otra a la Lavia: son muy empinadas, hay fuerte desnivel y el terreno está suelto en algunos tramos, además de que son sendas de cabras, y a pesar de no tener mucha pérdida y estar bastantes señaladas con hitos, no están bien marcadas en el terreno y no es difícil perderlas en algún tramo. De las mejores, de sabor montañero, vamos. Para encaramarse a los cuchillos puede ser necesaria además alguna pequeña trepada.

Se pasa al comienzo junto a un par de bodegas, con edificaciones modernas, entre campos de labor plantados de vides, muy bonitos, y tras los cuales se divisa la vecina sierra de Burete. Justamente ahora estaban los almendros en flor. Los campos le quieren comer terreno al monte, y llegan hasta su mismo pie.

A partir del km 2,3 empieza la senda, que no tomé bien de inicio pero recuperé enseguida. Parece un antiguo PR por las marcas amarillas y blancas ya casi borradas; es un sendero delicioso, como lo son igualmente los que suben luego, a la izquierda, a los cuchillos de Lavia, y el de la derecha, a la cumbre de la Lavia, en torno a la cual avisté una pareja de águilas.

Las vistas desde los cuchillos son geniales. Si se renuncia a una de las subidas, hay que renunciar a la del Lavia, pues tiene unas vistas mucho más limitadas, buenas hacia la vertiente sur y Este (Lorca), pero malas en el resto. En cambio, desde los cuchillos se ve La Selva (ahí al lado), un trozo de Sierra Espuña, Carrascoy, Columbares, la sierra de Orihuela, la Pila, el Carche, los Almeces, el Almorchón... y además de toda la de Caravaca y Moratalla, y toda la de Lorca y Almería, se divisaba hasta la Sagra, envuelta en nubes y con nieve en la falda. Un lujazo. Luego está también genial hacer un poco el cabra por las rocas que forman los cuchillos, donde sus excrementos delatan la presencia de arruis. Bullas, Mula y Pliego se contemplan con claridad en las cercanías.

De los cuchillos se baja por el mismo sendero y prosiguiendo el camino unos pocos centenares de metros, se toma otra senda a la derecha, también marcada con hitos, para ascender a la Lavia. Luego, a media bajada, una vez descendido el primer tramo de fuerte pendiente, he encontrado muy marcado con hitos un desvío a la derecha por sendero que me ha llamado la atención, y aunque no tenía pensado volver por ahí, me he animado y lo he tomado: el sendero baja hasta la rambla, y una vez que la senda engancha con esta ya se baja todo el tiempo por ella hasta el camino. Como es pedregosa y no es estrecha, no hay problemas de vegetación molesta, y apenas hay que hacer algún mínimo destrepe, nada de dificultad.

Por último queda hacer unos 5 km muy tranquilos en plan paseo en suave cuesta abajo por pista forestal hasta el coche entre bosques, por las faldas de la Lavia y del Puntalico. Este paseo puede hacerse hasta un poco aburrido después de lo agreste y montañero de la parte central de la ruta, aunque también las piernas agradecen un poco el descanso después de las dos fuertes subidas.


Distancia recorrida: 14,1 km
Altura Mínima: 626 m
Altura Máxima: 1233 m
Ganancia Altitud: 1135 m