L'Escala Santa Maria del Palau i barracas de vinya

Una escapara al Montgri de las dunas y antiguos campos de vides y olivos, es una caminata amable, comunicadora con otros tiempos y recuerdos de nuestras culturas, caminas entre muros de piedra seca, los aixarts, caminos de carros pedregosos y ásperos, donde los cantos de la roca caliza emergen del suelo, por el contrario en las pinedas, las sendas te presentan su alfombra de arena, para facilitar y amortiguar tu paso, desde tiempos inmemorables los vientos del norte, la tramontana, ha transportado desde el golfo de Rosas ese material pétreo, minúsculo, esas partículas de arena, que metro a metro, durante años, se apoderan y conquistan la superficie de estos terrenos, anulando la estabilidad de la flora autóctona, para evitar ese avance los campesinos idearon plantar pinos blancos y barrón de las dunas, evitando el empuje de esas masas sorrencas arrasadoras, el objetivo de esta salida es visitar las antiguas barracas de viñas, construidas de rocas y de baldosas, de techo redondo, que perduran hasta nuestros días, algunas simplemente rodeadas de fragmentos ruinosos de sus paredes quebradas, abandonadas y olvidadas entraron en desuso al tiempo que la plaga de la filoxera, ese insecto parecido al pulgón que atacaba las raíces de las viñas, estuvo destruyendo las cepas desde 1878 hasta 1930, lo del aceite, porque también había explotaciones de olivos fue tema de competencias, comiéndonos el terreno el aceite italiano. El inicio lo tomo en L’Escala en Riells de Dalt, por el camino de Palau, visitada la primera barraca giro a la izquierda por una senda rodeando el Puig de les Sorres, hacia la cima del Puig de Lleial, suave colina de 118 metros, cruzo el Pla de las Rabiosas, explorando rincones rodeados de grandes muros de piedra seca, recintos que en su día se usaron para guardar ganado y recientemente, cuando la zona quedo afectada por el incendio de Junio del 2001, como viveros de pinos y otras plantas, pasada la barraca de Genover, sin techo, pero de estructura sostenida, dejamos la zonas de ullastres y el garrigar para adentrarnos en unas pinedas afectadas levemente por los incendios antes mencionados, incendios que fueron intencionados, y hubo una sentencia culpatoria, por una senda en suave subida llegamos frente a la Iglesia medieval de Santa María de Palau, rodeada de otros muros de construcciones romanas, desde 2017 propietarios y Ayuntamiento están rehabilitándola, después de esta parada con fotografías incluidas, paso por la casita del Fumador y busco entre la maleza un pozo, el Ullal de Meranges, donde brotaba agua y era repartida por pequeños canales a las cisternas vecinas. Visito antes de llegar a Cami de Termes y cerrar el círculo de la ruta, cuatro barracas mas, ruinosas y perdidas por el tiempo.