l'Espina V.G. por el Barranc del Carrer Ample desde área recreativa la Franqueta
near Arnes, Catalunya (España)
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Trail photos
Itinerary description
El Área de la Franqueta es un espacio para hacer picnic, zona de descanso y recreo, con barbacoas, mesas de piedra y columpios, además de ser el sitio de inicio de muchas excursiones. Se encuentra a orillas del río de los Estrets, un coliseo de batracios escandalosos que dejan oír sus cantos. Llego a ella, después de circular unos 10 km por una carretera estrecha desde Horta de Sant Joan.
Mi primera parada es, en la Marbrera, una explotación de mármol rosado a cielo abierto, que se remonta al 1966. La forma de trabajar en esta mina, era haciendo unas perforaciones de pequeño diámetro con barrenas, donde se ponían unos explosivos controlados, que arrancaban los bloques de la pared, estos eran recortados con un cable de acero, ayudados de sílices que arañaban el material, en el lugar veo varios paneles informativos. La explotación funciono hasta 1990, año que se restaura la zona, como área interpretativa sobre geología y sobre la fauna local, la cabra salvaje.
Comienzo a andar por el curso del Riu Sec, sobre las rocas de su lecho, que será el camino de todo el recorrido hasta el Mas del Maraco, la progresión es lenta y tengo la suerte de que estamos en tiempo de sequía y no hay un caudal de agua, en algunos tramos unas fitas me indican varias salidas del cauce por sendas, pero de corta longitud. A la derecha me desvío por el Barranco del Carrer Ample, un accidente geográfico, que forma una arteria, en estas montañas de los Ports, que me ofrece una vía de escape hacia el Collado. Estos barrancos de roca calcárea se formaron por los sedimentos de un mar interior durante millones de años, creándose unos plegamientos con los movimientos de la orogénesis alpina , también poniendo al descubierto otros materiales más profundos, como arcillas y yesos.
Al principio, voy por un tramo húmedo, sombrío, paraíso de mosquitos, con mucha vegetación, encuentro algunas charcas y tengo que estudiar la mejor forma para evitarlas. Cuando el barranco queda rodeado de altas paredes, en un terreno vigilante, que se ensancha desapareciendo toda clase de vegetación, veo en esas paredes estratos de capas rocosas, plegamientos inclinados que se superponen como placas, una curiosidad geológica y quedo maravillado de poder andar entre ellas. Cuando el senderillo sortea unos prados verdes, a la izquierda aparece una pequeña Rambla donde al principio, está la boca de la cueva del Frare, de una veintena de metros de profundidad, ligeramente ascendente, con muy pocas concreciones.
Arriba en el Collado localizo el GR-7, sendero que utilizo durante un centenar de metros, hasta que veo a mi derecha una pequeña elevación, La Punta del Bassiol de 1164 m, mi curiosidad me vence, y la corono, pudiendo así, desde las alturas, estudiar la forma de ascender a l'Espina que está frente de mí. El sendero que sube l'Espina bastante vertical, me deja en el mismo vértice geodésico, con unas maravillosas vistas de todo este entorno, que llega hasta el Monte Caro, la Ribera del Ebro, e incluso poniendo un poco de buena voluntad, entre la neblina puedo ver los Fangars del Delta. Unos minutos de descanso e inicio el descenso por una corta carena, corta y sencilla, introduciéndome en una zona de Boj muy sombría, que da paso a un fresco bosque. La verticalidad se torna importante cerca de la Font de la Muntanyola, donde pocos metros después inicio un trazado horizontal por una pista, poco transitada, hasta descubrir una senda a la derecha, señalizada con una fita, me parece más directa y como ya son muchos los kilómetros en mis piernas, decido usarla. Después de vencer un resalte rocoso bastante vertical llego al Coll de la Botana, donde veo un corral, la Corralissa de Franxo, continuo por camino descendente qué pasa por la Font del Franxo, en el Coll del Llop encuentro de nuevo la pista que había dejado metros arriba, ya no la dejaré hasta desviarme al Más Quiquet, centro de interpretación de los Ports, veo un Pou de Pega, alquitrán que servían para impermeabilizar las barcas, también media docena de plafones informativos, que explican la historia en estas sierras, leídos algunos de estos plafones, entro en el Área Recreativa de la Franqueta donde me dispongo a comer, en unas mesas de piedra, solo llevo unos minutos cuando una vieja zorrilla, se empeña en compartir mi comida, y como su hambre es más convincente que mis palabras, termino esta ruta, viendo devorar mi tarrina a la raposa, mas necesitada que yo.
Mi primera parada es, en la Marbrera, una explotación de mármol rosado a cielo abierto, que se remonta al 1966. La forma de trabajar en esta mina, era haciendo unas perforaciones de pequeño diámetro con barrenas, donde se ponían unos explosivos controlados, que arrancaban los bloques de la pared, estos eran recortados con un cable de acero, ayudados de sílices que arañaban el material, en el lugar veo varios paneles informativos. La explotación funciono hasta 1990, año que se restaura la zona, como área interpretativa sobre geología y sobre la fauna local, la cabra salvaje.
Comienzo a andar por el curso del Riu Sec, sobre las rocas de su lecho, que será el camino de todo el recorrido hasta el Mas del Maraco, la progresión es lenta y tengo la suerte de que estamos en tiempo de sequía y no hay un caudal de agua, en algunos tramos unas fitas me indican varias salidas del cauce por sendas, pero de corta longitud. A la derecha me desvío por el Barranco del Carrer Ample, un accidente geográfico, que forma una arteria, en estas montañas de los Ports, que me ofrece una vía de escape hacia el Collado. Estos barrancos de roca calcárea se formaron por los sedimentos de un mar interior durante millones de años, creándose unos plegamientos con los movimientos de la orogénesis alpina , también poniendo al descubierto otros materiales más profundos, como arcillas y yesos.
Al principio, voy por un tramo húmedo, sombrío, paraíso de mosquitos, con mucha vegetación, encuentro algunas charcas y tengo que estudiar la mejor forma para evitarlas. Cuando el barranco queda rodeado de altas paredes, en un terreno vigilante, que se ensancha desapareciendo toda clase de vegetación, veo en esas paredes estratos de capas rocosas, plegamientos inclinados que se superponen como placas, una curiosidad geológica y quedo maravillado de poder andar entre ellas. Cuando el senderillo sortea unos prados verdes, a la izquierda aparece una pequeña Rambla donde al principio, está la boca de la cueva del Frare, de una veintena de metros de profundidad, ligeramente ascendente, con muy pocas concreciones.
Arriba en el Collado localizo el GR-7, sendero que utilizo durante un centenar de metros, hasta que veo a mi derecha una pequeña elevación, La Punta del Bassiol de 1164 m, mi curiosidad me vence, y la corono, pudiendo así, desde las alturas, estudiar la forma de ascender a l'Espina que está frente de mí. El sendero que sube l'Espina bastante vertical, me deja en el mismo vértice geodésico, con unas maravillosas vistas de todo este entorno, que llega hasta el Monte Caro, la Ribera del Ebro, e incluso poniendo un poco de buena voluntad, entre la neblina puedo ver los Fangars del Delta. Unos minutos de descanso e inicio el descenso por una corta carena, corta y sencilla, introduciéndome en una zona de Boj muy sombría, que da paso a un fresco bosque. La verticalidad se torna importante cerca de la Font de la Muntanyola, donde pocos metros después inicio un trazado horizontal por una pista, poco transitada, hasta descubrir una senda a la derecha, señalizada con una fita, me parece más directa y como ya son muchos los kilómetros en mis piernas, decido usarla. Después de vencer un resalte rocoso bastante vertical llego al Coll de la Botana, donde veo un corral, la Corralissa de Franxo, continuo por camino descendente qué pasa por la Font del Franxo, en el Coll del Llop encuentro de nuevo la pista que había dejado metros arriba, ya no la dejaré hasta desviarme al Más Quiquet, centro de interpretación de los Ports, veo un Pou de Pega, alquitrán que servían para impermeabilizar las barcas, también media docena de plafones informativos, que explican la historia en estas sierras, leídos algunos de estos plafones, entro en el Área Recreativa de la Franqueta donde me dispongo a comer, en unas mesas de piedra, solo llevo unos minutos cuando una vieja zorrilla, se empeña en compartir mi comida, y como su hambre es más convincente que mis palabras, termino esta ruta, viendo devorar mi tarrina a la raposa, mas necesitada que yo.
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