LIBRÁN-LA CUEVONA-CASCADA-S. PEDRO MALLO-P. BUSTILLO-P.TENDOIRA-FURACÓN MOUROS-LIBRÁN 15/12/13

Ruta inédita en Wikiloc (que yo tenga conocimiento) hasta el día de hoy, 15/12/13, habiendo sido extraída del libro “El Bierzo 50 rutas a pie” de Alberto Álvarez Ruiz, donde aparece con el título: “Desfiladero de Entrepeñas”, aunque realmente no discurre por dicho desfiladero, sino próximo a él.

Esta ruta fue propuesta y realizada por el compañero Miguel López y este servidor que me encargué de trazarla manualmente sobre el mapa Google de Wikiloc para, en la fecha reseñada, hacerla junto a: Marisol, Miguel de la Cal, Ignacio, Manuel, Santiago, Quique y Modesto. Para ello, utilizamos el citado libro, que Miguel siempre lleva consigo y supone una valiosa ayuda, y el track, donde previamente había introducido dos variantes respecto a la ruta indicada por el manual. El trazado final ha resultado perfecto para acercarnos a los puntos “claves” de la ruta (cuevas con importantes pinturas rupestres, cascada, San Pedro Mallo, Peña Tendoira, Peña Bustillo…). Marchamos por caminos, pistas, senderos y cortafuegos. Estos últimos estaban en buen estado (limpios de matorral) desde el waypoint “Peña Bustillo” hasta prácticamente el del “Collado-Desvío Izquierda”. Además, la ruta transcurre por algunas zonas entre grandiosos y centenarios castaños, robles, madroños, abedules, brezo...

Aparcamos los coches en la parte posterior de la plaza de la iglesia de Librán (Toreno-León). Eran las 9 de la mañana, hacía mucho frío pero empezaba a despuntar el sol en lo alto de las montañas. Partimos por una calle asfaltada, que desciende pegada a la barandilla lateral de la iglesia para, a continuación, seguir por una calle cementada. Luego giramos a la derecha y pasamos el puente sobre el río Primout. A la derecha y a pocos metros, divisamos la vieja Fábrica de Luz (en estado de ruina) y a continuación había un área de descanso (también a la derecha) con barbacoa y dos mesas de piedra con sus respectivos bancos, mientras que a la izquierda estaban una fuente y una placa: “En Memoria de Aurelio Fernández Vuelta 31-12-2001”.

A partir de allí comenzó una pronunciada pendiente hasta alcanzar el waypoint “Collado-Desvío Izquierda”. Después, la pendiente se suavizó, aunque era constante. Poco después de pasar por la Campa de Mallo (unos 400 m), nos desviamos a la derecha del camino en el waypoint “Desvío Derecha a La Cuevona” para comenzar la subida, en perpendicular, a La Cuevona (sin señales y con senda casi imperceptible que a veces se perdía). Nos costó mucho llegar desde el camino hasta ella, a pesar de la corta distancia, debido al matorral compuesto por helechos, zarzas, retamas, etc. A veces incluso tuvimos que arrastrarnos (gatear) entre el matorral. La Cuevona está enclavada en la pared rocosa y rojiza de Penachada, la cual forma sobre ella una roca en extraplomo. Tiene unos cuantos metros de anchura por unos cinco de profundidad, es llana y horizontal y está totalmente abierta a la vista (no hay gruta). Una vez frente a ella, no pudimos distinguir las pinturas rupestres que, según dicen, contienen sus paredes (es posible que nos pasaran desapercibidas debido a su mal estado).

Regresamos nuevamente por donde habíamos subido, para continuar hasta una curva cerrada en donde encontramos un poste con letrero anunciando la cascada. A su lado había un gran estanque con el agua completamente congelada; Miguel López pudo caminar por encima sin que se rompiera el hielo. Seguimos la indicación y, tras caminar 200 m por sendero, llegamos a la cascada de El Cervezón, su escasa agua resbala suavemente a través de una pared rocosa y vertical de unos 20 m, su belleza era espectacular.

Retrocedimos nuevamente hasta el estanque para tomar de nuevo el camino que nos conduciría hasta el pequeño pueblo de San Pedro Mallo. Entramos en él y pasamos al pie de su iglesia, en el centro de una bifurcación entre dos calles. A continuación, llegamos a un gran estanque con agua. Al fondo del mismo vimos una fuente bajo tres bolas de cemento (a modo de adorno) y bajo ellas un letrero donde se leía: “La Fuente del 32”. Por su caño brotaba abundante agua. Nos sentamos al sol en una pared del estanque para tomar algunos alimentos y comentar el importante esfuerzo de restauración y conservación de edificios llevada a cabo en dicho pueblo, lo que aumentaba el atractivo del mismo.

Terminado el refrigerio reanudamos la marcha por un camino, en ascenso y sembrado de piedras sueltas, desde el cual, volviendo la vista a la derecha, pudimos contemplar otra vez la cascada visitada anteriormente. A la altura de la Laguna de los Rozos (primera variante con relación al libro) pasamos por un pequeño pilón y llegamos a un desvío, a la derecha, que conduce a la mencionada laguna (waypoint “Desvío Derecha Laguna”). A pesar de estar muy próxima (unos 300 m), decidimos no visitarla y pasar de largo.

A continuación pasamos al lado de la mina de carbón de Peña Rosa para alcanzar el cordal y, en poco tiempo, llegar a Peña Bustillo, que es un peñasco muy poco exigente que sobresale del suelo escasos metros; su vértice geodésico está tirado en la base de éste, mientras que en la cima de la roca hay un tubo metálico oxidado que posiblemente sirvió de sujeción al vértice geodésico. Desde allí tuvimos una buena vista hacia la Central térmica de Anllares, Librán y la cordillera de Los Ancares; que estaba nevada.

A escasa distancia hacia el Noroeste observamos una pequeña loma por la que ascendía un camino, el cual tomamos para, en poco tiempo, alcanzar el alto de Peña Tendoira (1366 m), el punto más alto de esta ruta. Esa zona era una planicie sembrada de brezo en la cual solamente había un torcido y delgado poste con una chapa de coto de caza. En la lejanía también podíamos distinguir la humeante chimenea de la Central térmica de Cubillos, así como valles, pueblos y cordilleras circundantes.

Después de hacer algunas fotos descendimos de nuevo a Peña Bustillo. Desde allí, bajamos por el cortafuego que parte desde su base. Como comenté al principio, todos los cortafuegos estaban limpios de vegetación, pero algunos presentaban un fuerte desnivel. Pasamos por el Alto de El Bustillo y Peñas de Bustillo, en donde nos detuvimos un buen rato para comer bajo un reluciente sol que nos proporcionó un gratificante calorcillo, la temperatura era de 17.5º C.

Proseguimos la marcha subiendo y bajando constantemente lomas por diversos cortafuegos. En la zona del waypoint “Recto”, situado entre los dos waypoints “Cortafuegos”, introduje la segunda variante respecto al libro para situarnos más cerca de la cueva “Furacón de los Mouros”. Después de subir otra pronunciada pendiente, llegamos a la altura de la zona conocida como Los Finales. ¡¡MUCHA ATENCIÓN EN ESTE PUNTO!! Primero encontraréis, en el borde izquierdo del cortafuegos, un pequeño hito de piedras que construimos (fijarse bien) y seguidamente, a ese mismo lado, hallaréis el waypoint “Desvío Izquierda”, en donde colocamos otro hito de piedras. El desvío condujo, a Miguel López y Manuel a través de un estrecho sendero que descendía entre matas, hacia un pasamanos, formado por un cable de acero sujeto con pequeños postes metálicos, que seguieron hasta el final para llegar a la cueva Furacón de los Mouros. Recomiendo mucha atención, porque yo en la ida no descendí por el lado correcto (aunque sí lo hice en la subida de vuelta). Me despisté porque continué, siguiéndome Miguel de la Cal y Santi, un sendero que nos llevó a pasar con bastante dificultad por el medio de espeso y alto matorral. Por lo tanto, aconsejo que se haga este tramo por donde hicimos la vuelta (la línea izquierda del track), utilizando el pasamanos que encontraréis pasados algunos metros del comienzo.

Sólo cinco personas llegamos hasta la cueva Furacón de los Mouros, ya que el resto de compañeros decidieron no bajar y esperarnos en el desvío de la pista. Los afortunados que pudimos disfrutar de dicha cueva fuimos: Miguel López, Manuel, Miguel de la Cal, Santi y este servidor. Los dos primeros acertaron con el sendero correcto y bajaron por el pasamanos, al regresar ya lo hicimos los cinco. La cueva está cerrada con una malla de alambre de acero por lo que no pudimos entrar en su interior, sin embargo, la malla no nos impidió disfrutar del importante conjunto de delicados dibujos rupestres, que se sitúan principalmente en la parte izquierda de la cueva y sobre las rocas más lisas. También pudimos hacer fotografías a través de dicha malla.

Regresamos, esta vez siguiendo el pasamanos, lo que facilita mucho la labor de guía, así como la realización del propio descenso y ascenso. Nos incorporamos de nuevo a la pista-cortafuegos, donde nos esperaban los compañeros, y seguimos avanzando por él. En algunos tramos y a la derecha, algún madroño nos obsequió con sus vistosos y sabrosos frutos rojos. Los comimos en pequeña cantidad ya que contienen alcohol y podríamos embriagarnos con tanta dulzura. Cuando llegamos a una zona con escasa pendiente el cortafuegos presentaba algo de matorral pero se caminaba bien a través del mismo. Esta situación continuó hasta que salimos al waypoint “Collado Desvío-Izquierda”, el mismo de la ida, donde ya transitamos por el camino que habíamos recorrido a primera hora de la mañana, pasando de nuevo por el área de descanso y el puente para llegar, inmediatamente, a la plaza de la iglesia.

Nos mudamos de ropa y calzado y entramos en un bar cercano a la iglesia para tomar unas consumiciones. Su dueño nos comentó que está previsto poner, próximamente, tres tirolinas sobre el profundo desfiladero por el que discurre el río Primout, así como también abrir un sendero a través del mismo en un futuro más lejano.

Día fantástico con lugares totalmente desconocidos para nosotros. Estoy seguro de que no defraudarán a los senderistas que se acerquen a conocerlos.

Caminad por este ¡¡Buen camino!!, que como bien dice la canción de Serrat: “…caminante no hay camino, se hace camino al andar…"

¡¡FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2014!!