Liendo-Alto de Guriezo-Yelso de Hayas

Iniciamos la ruta en el barrio de Rocillo de Liendo, en dirección hacia la autovía que bordea el valle. Tras pasar por debajo de la misma, seguimos de frente e iniciamos un primer tramo de subida por pista en buen estado. Seguimos el PR-S 134 que nos lleva, ahora sin especial esfuerzo, hasta el barrio de Lugarejos de Guriezo.
Tras acercarnos a su ermita y su enorme roble retrocedemos un poco para tomar ahora el desvío que, en empinado ascenso, empieza a mostrarnos impresionantes vistas sobre el entorno. Tenemos por delante un par de fuertes repechones. El segundo, y más próximo a la zona del alto, se realiza por senda más estrecha y con abundante piedra que hace un poco más trabajosa la subida.
Todo el esfuerzo queda compensado por unas magníficas panorámicas.
Tras alcanzar el caido menhir del alto de Guriezo solo nos queda una pequeña subida por el prado para alcanzar el buzón y el vértice geodésico que marcan la cumbre del Alto de Guriezo.
Descendemos, junto al vallado, por el lado contrario al de ascenso. Al bajar la cumbre nos encontramos con que el tramo que enlaza con la pista de bajada está bastante invadido de zarzas, helechos y tojos por lo que hemos de buscar un senderito que salve este problema. Lo superamos sin especiales dificultades.
Una vez en la cercana pista el descenso es continuado. Muy suave hasta el Yelso de Hayas, un estupendo menhir, y bastante más pronunciado a partir de él, con algunos tramos de furte pendiente en bajada.
La larga bajada se sigue sin dificultad hasta volver a pasar por debajo de la autovía y alcanzar la ermita de San Andrés en el barrio de Villaviad, de Liendo.
Por detrás de esta ermita asciende, en corta subida, un pedregoso sendero que nos saca a la ladera opuesta, desde donde ya podemos ver nuestro punto de partida. Sopresivamente, lo que suponíamos una sencilla bajada hasta el sendero que nos debía devolver al barrio Rocillo está cortado por una alambrada. Buscamos un paso en la misma y conseguimos, cerca del arroyo, superar la alambrada por un paso bastante obstaculizado por algún paisano.
Una vez en la senda regresamos sin problemas a nuestro punto de partida.