Liétor. Río Mundo. Sierra de Segura.

Liétor es una muy bella población erigida sobre un cerro que domina el valle del río Mundo, con algo más de mil habitantes en la actualidad, donde se han registrado asentamientos humanos desde la época prerromana, aunque la población actual es de origen islámico, posiblemente en el siglo X, a juzgar por la antigüedad del ajuar encontrado en la vecina Cueva de los Infiernos, cuya propiedad se atribuye a un guerrero árabe de la época; la zona estaba en esa época en territorios fronterizos, por lo que también hay algunos restos cristianos en los alrededores. En el siglo XIII, tras la reconquista, el pueblo fue donado a la Orden de Santiago, de la que dependió hasta el siglo XIX. En el siglo XV los caballeros de cuantía, guerreros encargados del control de las fronteras, hicieron construir algunas de las señoriales viviendas que aún perviven en la población, en la destaca la presencia de la Iglesia de Santiago Apóstol, los restos del abandonado Convento de Carmelitas, la Ermita de Nuestra Señora de Belén y la Fuente del Pilar.
La Sierra de Segura forma parte del sistema Prebético, extendiéndose por Murcia, Albacete y Jaén, dentro del Parque Nacional de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas (del que ocupa casi el 80% de su superficie), en lo que se conoció como la Encomienda de Segura de la Orden de Santiago.
El Río Mundo (de mundus: limpio, lavado, dando idea de cómo son sus aguas) nace en un espléndido rebosadero natural del Calar del Río Mundo, cerca de Riópar, que visitamos varias veces en el pasado. En su trayecto, pasado Liétor, se ha construido el embalse del Talave, donde se recogen las aguas del Trasvase Tajo-Segura y más adelante, cerca de Agramón y Minateda, forma el embalse de Camarillas, para algo más adelante unirse al Segura. Es un río de aguas limpias e impresionantes paisajes, que merece la pena recorrer, existiendo infinidad de rutas fluviales muy atractivas para el senderista.
Para la ruta de hoy hemos tomado como base la presentada por JL Fos (11691641), con algunas modificaciones.
Para llegar a Liétor, desde Hellín, hemos seguido la CM-3213, tomando la salida señalizada en el km. 9,6, para seguir por la AB-4005, que nos lleva a Liétor, donde aparcamos a la entrada del pueblo, cerca del Convento de los Carmelitas, en un lugar señalizado a tal efecto, y muy próximos a una pista asfaltada que, bajo el nombre de Camino de Caravaca, desciende por la ladera del Collado de Hellín hacia el Azud del Mundo.
Empezamos a caminar, precisamente, por esa pista asfaltada (con muy escaso tráfico), descendiendo rápidamente hacia el paraje de Las Corsarias, donde nos colocamos ya al lado del rio, para seguir adelante en busca de la zona del azud. Al llegar ahí nos encontramos con señales de que está prohibido entrar en la instalaciones de la presa, pero la pista asfaltada cruza sobre la presa y sigue más adelante en dirección a Caravaca. Sabemos que existe la posibilidad teórica de prolongar la ruta a ambos lados del rio, y he pensado hacerlo hasta llegar a un puente situado en la vega de Taluvia. pero la ribera del río está llena de vegetación, al igual que un sendero señalizado pero ahora impracticable que hay después del azud, y eso junto a la limitación de acceso que hemos visto anteriormente, nos hace desistir y volver atrás, hacia el azud, por el mismo camino que hemos utilizado para venir.
Desde aquí continuamos ya por la pista no asfaltada que sigue al borde del río Mundo durante varios km, en un fértil valle con mucha vegetación y una notable dominancia de huertos de higueras. En muchas zonas la vegetación de ribera es hostil, pero en otras el acceso es fácil, y permite un agradabilísimo baño en limpias aguas. Seguimos adelante y pasamos al pie de la población, que aquí está a unos 100 metros por encima; la roca, muy erosionada, nos deja múltiples testimonios de su fragilidad bajo las casas, en un lugar fácil para caminar al lado del agua.
Llegamos eventualmente al paraje de Potiche, donde encontramos otro azud, muy bonito, y nuestro camino se desvía a la derecha, para iniciar la subida por la pista que nos llevará de vuelta hacia Liétor, cruzando abundantes huertos de, una vez más, higueras. A la entrada de la población seguimos por la calle Canaleja, hasta llegar a la Plaza Mayor, para luego seguir por la calle Convento hasta el lugar donde habíamos dejado el coche. En el trayecto se pasa por la iglesia parroquial y el convento de los Carmelitas; la ermita de Belén esta dos calles más atrás, en la calle Belén, y saliendo de la Plaza Mayor por la calle Encomienda se llega a unos miradores sobre el valle del Mundo, que pueden ser referencias útiles para quienes dispongan de más tiempo que nosotros.
En conjunto, este bonito paseo (mas que ruta de senderismo) por el río Mundo, aderezado con una visita a una población igualmente bonita, y donde se come muy bien, sin pretensiones de fastos o estrellas, nos merece una valoración muy positiva. Cada vez más son sitios así, cercanos además a lugares donde la historia se recupera gracias al esfuerzo de arqueólogos no muy conocidos por el gran público, pero cuya contribución al conocimiento de lo que ha sido y de su cultura es impagable, en una tierra que dejó antaño la prehistoria a la llegada de los romanos para ahora ofrecernos un Calcolítico y una Edad del Bronce de máximo interés, los que atraen nuestra atención y despiertan el interés por ir a conocerlos, por aprender de su historia, disfrutar de su gastronomía y volver a sentirnos orgullosos de un pasado, ahora tal vez más lejano, tan destacado como el que más. Para hacer esta ruta no hace falta mucho, si acaso mejor ir con unas deportivas. El resto está cerca, o no se necesita.