Lillo - reserva natural de las lagunas del Longar - Altillo Chico - Altillo Grande y Albardiosa

Después de tantas semanas de lluvias nos hemos decidido acercarnos a la reserva natural de las lagunas del Longar - Altillo Chico - Altillo Grande y Albardiosa confiando en que tuvieran agua y pudiéramos disfrutar de este bonito ecosistema.

No olvidarse para disfrutar en todo su esplendor de la fauna avícola, llevar unos buenos prismáticos o unos buenos objetivos para las cámaras de fotos.

El Complejo Lagunar de Lillo está formado por cuatro lagunas: El Longar, Altillo Chico, Altillo Grande y Albardiosa. Todas ellas, a excepción de la Laguna del Longar, son humedales estacionales que permanecen secos durante largos periodos y tienen una elevada evaporación y alto grado de salinidad debido a la composición de subsuelo. En cambio la Laguna del Longar con una superficie de 96 hectáreas, sí contiene regularmente agua a pesar del déficit entre las precipitaciones y evaporaciones ya que recibe agua durante todo el año desde la EDAR de Lillo.

El recorrido es muy sencillo, pero no hay espacios para las sombras salvo en pequeños momentos donde uno se puede cobijar bajo algún árbol.

Comenzamos la ruta en el pueblo de Lillo, junto a la Plaza de España, el Ayuntamiento y la Iglesia de San Marín Obispo, una de las iglesias más bonitas de la zona. Fue construida en la segunda mitad del siglo XV y en ella personajes notables de Lillo fundaron sus propias capillas a las que se accede por admirables portadas y rejas.

Salimos en dirección sur a buscar la primera de las lagunas: la del Longar.

Después de cruzar con cuidado y por un paso de peatones la carretera que va a La Villa de Don Fabrique seguimos unos metros y nos encontramos con el Rollo, símbolo a modo de insignia de la autonomía de Lillo como villa, concedida el 19 de diciembre de 1.430. Los rollos simbolizan la autonomía de la villa y son símbolos de justicia y jurisdicción civil. Quieren dejar bien claro que la localidad ha recibido privilegio de villazgo y, por tanto, el pueblo no se encuentra sometido a ningún señor o señorío

En pocos metros dejamos el asfalto y ya entramos en caminos de tierra. Todo el recorrido entre lagunas lo realizamos por caminos de tierra y entre lindes de las tierras de olivos, viñas, cereales y alguna plantación puntual de pistachos.

La Laguna del Longar, a pesar de que no está a su nivel más alto, tiene el agua suficiente para crear el hábitat necesario para disfrutar estos días de su fauna avícola que por otro lado no sólo vemos desde el mirador de aves o cualquier otra parte de la laguna sino que llevamos un buen rato escuchando y disfrutando de sus armonías.

Para pasar de la zona donde está la laguna del Longar hacia donde están las lagunas del Altillo es necesario cruzar con precaución la carretera que va hacia Villacañas. Una vez cruzada hay una pista asfaltada que sin ningún riesgo nos lleva hasta la laguna del Altillo Chica.

Desde aquí y bordeando los límites de la laguna del Altillo Chica nos acercamos a la laguna del Altillo Grande que también visitamos andando por su borde para desembocar más delante en el camino de la Albardiosa que varios kilómetros más delante nos deja en dicha laguna y por el que volvemos desandando nuestros pasos para llegar al pueblo previo paso por la cruz de las Änimas.

Acabamos la ruta allí donde la iniciamos junto a la plaza de España.

Reserva Natural Lagunas de El Longar, Altillo Chico, Altillo Grande y Albardiosa

https://areasprotegidas.castillalamancha.es/rap/espacios-naturales-protegidos/enp-reserva-natural/reserva-natural-lagunas-de-el-longar-altillo

Las lagunas de El Longar, Altillo Grande y Altillo Chica son tres lagunas endorreicas que, junto con la laguna de la Albardiosa, constituyen el complejo lagunar de Lillo.

De origen mixto (tectónico y por disolución de yesos), se alimentan de las aguas de escorrentía, la precipitación directa, así como de las aportaciones del acuífero subyacente. Aun así, mantienen características claramente diferenciadas, ya que la laguna de El Longar, la más grande de las tres, recibe aportes de las aguas residuales del municipio de Lillo tras su paso por la depuradora municipal, así como a través de un drenaje que se realizó para encauzar las aguas en los momentos de grandes avenidas, por lo que, pese a ser estacional en origen, se ha convertido en un humedal permanente. A pesar de las notables modificaciones sobre sus características naturales, la vegetación de sus márgenes está constituida por formaciones halófilas de gran interés, dentro de las que destaca el albardinal, uno de los mejor conservados y más extensos de la provincia de Toledo. Por otro lado, al almacenar agua durante todo el año, constituye un excelente refugio para una rica avifauna acuática.

Las lagunas del Altillo Grande y Altillo Chica, sin embargo, son dos cubetas salinas estacionales de fondo plano que mantienen el régimen de encharcamiento-desecación típico de los humedales salinos interiores, donde queda patente la sucesión vegetal halófila que va desde las aguas cargadas de sales, hasta los albardinales que nunca se inundan, de gran diversidad y riqueza botánica.