Liri - Ermita del Puy - Pico La Tira (2.104 m) - Ermita de Santa Margarita de Ramastué - Ramastué - Liri

Original circular por el monte de las localidades de Liri y Ramastué, dos de las poblaciones que forman el Solano. Un trazado circular que ahonda en las raíces de los pueblos de montaña. Historia, cultura y tradición (modos de vida en definitiva) que todavía hoy se conservan en esencia. Y aquí, será el caminante el que tenga la oportunidad de disfrutarlo. Un viaje al Pirineo de siempre.

La propuesta presentada es el resultado de una vuelta de tuerca a los caminos que conectan ambos pueblos, pues será el propio relieve el conductor principal sobre el que gire el recorrido y, el Pico La Tira (2.104 m), el elemento central del itinerario. No en vano, es esta cima y la serranía que vence al suroeste la que divide las tierras entre Liri (oriente) y Ramastué (occidente).

La jornada dará comienzo en Liri. El precioso casco de la población se encuentra bordeado por la serpiente que forma la carretera y, salpicando su traza, varios son los aparcamientos desde los que poder iniciar la marcha a pie. El más interesante es el intermedio ya que el camino viejo a la ermita del Puy (1.450 m) tiene su origen allí. Se trata de un sendero tallado entre rocas hasta una planicie que hay justo encima de Liri donde abundan los prados. Dicha senda termina uniéndose a la pista moderna. La ermita ya será visible. Al llegar al pie de la construcción un ramal de la pista se abre a la izquierda. Vale la pena desviarse porque el edificio está en muy buen estado y atesora una vista panorámica sensacional.

Retomando camino se alcanza un cruce donde continuar la pista (ya de bajada) o adentrarse hacia el cauce del barranco por un sendero casi horizontal. Se toma esta segunda donde, casi de inmediato, se halla un puente de piedra muy hermoso que posibilita acceder a la orilla opuesta del barranco Gordo, un torrente muy popular por la sucesión de pozas y saltos de agua que lo componen. En la actualidad es uno de los grandes destinos dentro del Valle de Benasque para practicar barranquismo.

Más allá del puente la senda se hace más montañera: gana desnivel y el terreno se vuelve más árido. Un zigzag remonta rápidamente el resalte rocoso hasta recuperar el cauce del barranco Gordo. Hace muy poco se pasó por la capilla de San Antón (1.550 m). Al cruzar su lecho se alcanza un nuevo sector de prados dominado por dos bordas ya en ruinas. Indicar que aquí se abandonó el camino principal por error. Donde éste vira al sur para remontar la ladera oriental del valle se continuó por el fondo de la depresión utilizando un camino viejo perfectamente empedrado. Lo cierto es que ese camino termina en la parte alta de aquellos bancales por lo que luego hay que seguir la línea que dibuja el río a través de los pastos hasta dar con el refugio Chinestral (1.900 m) punto en el que ambas alternativas se encontrarían. Optar por uno u otro depende ya de cada uno. El camino normal es más tendido y visita otra cabaña antes del refugio Chinestral mientras esta variante es más salvaje, caótica y empinada pero también más breve.

Hacia el noroeste, casi llano, varios trazos de senda se adentran entre en matorral bajo. Al frente y en lo alto ya preside con claridad el pico La Tira hacia el que hay que encaminar la marcha. Al no existir un itinerario evidente, se trata de aprovechar los senderos más nítidos hasta llegar a los pastos que hay bajo la cumbre. A partir de ahí conquistar su vértice es muy sencillo. Una vez en la cota más alta la perspectiva se amplia considerablemente. Al norte se descubre toda la cabecera del Valle de Benasque y las vistas al sur toman notoriedad.

El descenso se realizará por la cresta que divide el área del Solano de la parte norte (y más alpina) del Ésera. El cordal conduce hasta las proximidades de Collada Llobera (1.782 m) donde se abandonará para encaramarse con precisión hacia la localidad de Ramastué. La arista en si misma es muy evidente y no presenta apenar dificultades técnicas y verticalidad. Sin embargo hay un aspecto muy a tener en cuenta: no existe camino. Este hecho no debería suponer un problema salvo que la vegetación es muy densa y ralentiza mucho la marcha. El pinar es muy espeso y cuenta con un desarrollo de matorral bajo muy incómodo al caminar (básicamente enebros y sabinas). Y además, es inevitable ya que la vertiente solanera de la cresta es una llera empinada poco practicable.

Será cuando la vegetación arbórea vaya claramente a menos y el pasto tome importancia cuando se habrá llegado a la zona de Collada Llobera y, por tanto, el momento de dejar la arista y buscar los bancales que miran al sur. En la parte más alta se ubica la ermita de Santa Margarita de Ramastué (1.826 m), una pequeña construcción donde pararse a descansar antes de afrontar el descenso hasta Ramastué. Un descenso "campo a través" salvando una colmena de bancales fruto de tiempos ya pasados donde el pastoreo era la base de la economía del Valle de Benasque y cuyo estado de conservación permite entender muy bien cómo ellos utilizaban el monte. Estos antiguos prados se congregan en una cerca para ganado que hay en una pequeña planicie un centenar de metros más abajo. Allí también muere una pista que viene del pueblo por la que sigue esta ruta.

La pista guía hasta Ramastué (1.420 m) donde un entramado de calles estrechas posibilita alcanzar la carretera. Ramastué es un pueblo típico de montaña que todavía guarda la esencia de ser una población rural ligada al mundo de la ganadería y la agricultura, aportando un atractivo extra a su entramado urbano.

A partir de aquí, el asfalto será el firme sobre el que caminar para encontrar Liri, punto donde finaliza esta interesante propuesta. Se toma dirección sureste (izquierda) para llegar hasta allí. En mi caso, a medio camino, me adentré en los prados que hay sobre la carretera utilizando la única pista que nace a la izquierda (según el sentido de la marcha). Es más práctico seguir la carretera ya que esta alternativa no tiene una vía propia -salvo al principio- haciendo imprescindible descender un talud hasta la carretera justo encima de Liri y, ya por ella, alcanzar su casco histórico.