Lizarrusti, Lareo, Jentilarri (y otros megalitos), por Aralar

**Dentro del macizo de Aralar (“Ara-larre”), llegamos desde Ataun por la carretera que atraviesa el gran hayedo hasta el antiguo puesto de los miqueletes (hoy 'parketxe') de Lizarrusti (622 m, muga entre Gipuzkoa y Navarra), donde dejamos nuestro vehículo en el amplio aparcamiento que hay delante del Albergue.
**Comenzamos la marcha y caminamos hacia el embalse de Lareo, por la margen izquierda del valle del Agauntza, tras “salvar” el gran desprendimiento, atravesar el túnel del tren maderero de Akerreta, ver el gran haya que “sujeta” el canchal, pasar por el puente sobre el rio Agauntza, y después de sacar unas cuantas fotos, y dejando a nuestra derecha la antigua cantera (hoy casi regenerada), subimos por el cauce de un antiguo riachuelo y sumidero, y ya por pista, llegamos al embalse de Lareo. Aunque hubiéramos hecho solamente este recorrido, ya habría merecido la pena.
**Bordeamos el embalse por la izquierda, y caminamos un trecho por la pista situada al Norte del embalse, para tomar un camino que sube a nuestra izquierda en el vértice, y llegar a la cueva de Lareo (“Lareoko koba”) después de girar a la derecha dejando el camino principal, en la ladera Sur del monte Sastarri, viendo en el camino algunos buenos ejemplares de tejo (“hagiña”)
**La cueva tiene dos salas, en total unos 60 metros, y con un desnivel de siete metros. Tras una primera sala, de 20 x 10 m, sin apenas formaciones, pero con grandes bloques y algún grabado mural (parece que contemporáneo, pero curioso y bien hecho), nos deslizamos por una especie de “gatera” de unos tres metros de larga, no más de un metro de altura, y unos 45º de inclinación, para pasar a una gran sala, con unas llamativas e impactantes formaciones de estalactitas, estalagmitas, coladas… y se pueden ver “arañazos de oso” (antiguos moradores de este espacio). Todo lo que vemos, impresiona, y mucho. Además, como curiosidad, hay estalactitas en forma de “margarita”, que parecen flores invertidas.
**Volvemos a la pista que va por el Norte del embalse, y subimos por el cauce seco de un riachuelo, pasamos por la presa de Baiarrate, y llegamos a otra pista, con paisaje ya muy despejado, y unos cuantos ejemplares de ganado vacuno, y nos encontramos y charlamos con un ciclista flamenco, geógrafo, que lleva más de 300 días en bicicleta.
**Desde esta pista, seguimos y pasamos por el monolito Zupitaitz y el túmulo Zupitaitz II, por el dolmen de Uidui, y tras tres txabolas, por el llamativo y recompuesto dolmen de Jentilarri, en Ausokoi.
**Luego, pasamos por el dolmen de Arrastarangaña, la cista de Ondarre, de 3700-3860 BP (Before Present, años que han transcurrido hasta 1950), cista sin túmulo (restaurada bajo la dirección de Giorgio Studer), y los cromlech de Ondarre III y Ondarre II, con un ortostato que muestra tres llamativas “cazoletas” (en esta zona se encontró como parte de un ajuar, el “colgante” en hueso decorado con puntos), y por el aislado y llamativo monolito de Naparbide.
**Al rato, descansamos en un claro, rodeados de Espinos Albares y tomamos energía, para volver por Baiarrate hasta el embalse, y esta vez en el otro vértice superior del embalse, tomando el camino de nuestra izquierda, y tras pasar el curioso puente de estilo nórdico y la pared de la presa, llegar al punto de salida, donde nos rehidratamos (con algo más que agua). Los cuatro de hoy, con Enrique como guía, y Javier, Fernando y el menda, hemos terminado algo cansados, pero satisfechos, tras los 15 km y +475 m de desnivel acumulado.