Llano Cristobal- Casarabonela

Nos acercamos a Casarabonela para conocer uno de los lugares de interés singular de la provincia de Málaga, el Llano Cristobal.
La ruta comienza junto al tanatorio dónde encontramos fácil aparcamiento.
Tomamos un sendero hacía la izquierda entre pinares y vamos en continúo ascenso sin pérdida alguna hasta llegar a nuestro objetivo.
Merece la pena destacar la coqueta casa refugio de piedra y la fuente de aguas cristalinas en las inmediaciones. Hallamos un mirador que ofrece unas vistas espectaculares hacía el pueblo y toda la comarca del Guadalhorce.
El regreso lo realizamos por una pista asfaltada que sale a la izquierda y que permite asimismo el tráfico de vehículos para llegar al lugar.
Este itinerario cuenta con un amplio repertorio botánico mediterráneo tanto en lo que se refiere a arbustos como a árboles. Así, a lo largo de todo el recorrido se podrán ver especies propias de estos ecosistemas, como enebros, sabinas, coscojas, cornicabras, matagallos, aulagas, pinos o marrubios, entre otras. La riqueza acuífera de la zona hace que en algunas zonas también haya plantas más propias de ribera, como adelfas, zarzamoras, juncos, higueras o menta.
En lo que se refiera a fauna, en torno a los cortantes calizos se ven aves como las palomas torcaces y los aviones roqueros (familia de los vencejos). En la zona de bosque suele haber pinzones, carboneros, garrapinos o arrendajos, entre otros pájaros. Ocasionalmente se pueden ver algunas rapaces, como el águila perdicera. Mucho más complicado resulta ver a algunos mamíferos que merodean la zona, como la cabra montés o el jabalí.
El llano Cristóbal supone un alto en el camino, una parada obligatoria junto a un sendero que se interna por unas montañas llenas de historias sobre monfíes, bandoleros, contrabandistas y los numerosos viajeros que quedaron impresionados por la belleza de estas tierras; pero este lugar también constituye un referente para los vecinos de Casarabonela, un paraje donde desaparecen los límites y los convencionalismos propios del entramado urbano, un espacio para la tranquilidad y el encuentro con la naturaleza más virgen y muy frecuentado hasta hace muy pocos años con motivo de la festividad del día de la Ascensión, en la que numerosos vecinos subían hasta allí para pasar el día y recoger manzanilla porque se creía que era la mejor época del año.
Un paseo muy agradable, cómodo y un entorno precioso que merece la pena.