Llanos de Arance - Aguasmulas - Hoya de la Albardía - Los Centenares - El Miravete - Las Canalejas

Ruta realizada en dos días.
PRIMER DÍA:
Salida de las inmediaciones del Camping Llanos de Arance hacia el Río Aguasmulas. Tenemos delante una subida por la pista que va paralela al río. Pasamos por la fuente de la Casa Forestal de los Bonales y vamos siguiendo las marcas del GR-247. Dejando a nuestra derecha la peña y el cortijo del Mulón.
La pista termina en un mirador con unas vistas espectaculares. Cruzamos un arroyo y reponemos agua en un manantial y nos acercamos a las ruinas del cortijo de la Fresnedilla. A la sombra de un gran nogal reponemos fuerzas y nos preparamos para la próxima subida.
Con paso cansino llegamos a la señal del "Refugio Campo del Espino". Tomamos a la izquierda y pasamos por la Tiná de las Hoyas. Pasamos por la ruinas de los Cortijos Hoya de la Albardía. Llegamos junto a un abrevadero metálico. La goma tira el agua al suelo, pero está muy sucia. Mejor no beber.
Ahora llegaremos a un cruce de caminos y abandonamos el GR-247. Algo más adelante tomamos una senda a la derecha, y en una bonita bajada llegamos a la aldea de Los Centenares.
Esta aldea tiene una sola casa habitada en alguna épocas del año. Hoy estaban sus dueños y nos han contado algunos detalles de la historia de la aldea.
Nos acercamos a ver las ruinas de otra aldea Los Miravetes o Cortijo Punzano. Volvemos a la aldea de Los Centenares y en su fuente-lavadero nos aseamos y nos preparamos para disfrutar de una magnífica noche estrellada.
SEGUNDO DÍA:
Muy temprano levantamos el campamento y comenzamos la vuelta por el Camino de la Cuerda. Pasamos por el cementerio de Las Canalejas, por su fuente y por las ruinas de sus viviendas e iglesia.
Bajamos junto al cauce del Arroyo de las Canalejas por un estrecho y entretenido sendero. Este arroyo parece que es usado para hacer barranquismo. Salimos al camino de la Cuesta de Mirabueno. Esta pista la dejamos un poco más adelante y tomamos por un cortafuegos que nos ahorrará varios kilómetros. Al cabo de un kilómetro volvemos de nuevo a la pista de antes y ya no la abandonaremos hasta volver al punto de inicio.