Lluçà(Ermita Sant Vicenç-Castillo-pantano del Garet)

Pequeña caminata por el Lluçanès . Se trata de un recorrido muy distraído, donde subiremos al Castillo de Lluçà y la ermita románica y circular de Sant Vicenç donde podremos contemplar de unas magníficas vistas del Lluçanès., la Balma dels Bous con su inmenso techo o el bonito pantano de Garet últimamente muy bien restaurado, entre otros lugares que encontraremos. Una ruta corta, pero con un paisaje fabuloso y unos lugares muy interesantes.

Para acceder a Lluçà, si venimos por el eje transversal C-25 dirección Lleida hay que tomar la carretera C-62 sentido Prats de Lluçanès y tomar a mano derecha (en el km 33) la BV-4341 que lleva al pueblo en 4 km. Junto a la antigua iglesia de Santa María de Lluçà, del siglo XII, hay un aparcamiento donde se puede estacionar el coche.

ERMITA DE SANT VICENÇ
Se encuentra a los pies del Castillo de Lluçà. Aparece documentada los años 988 y 1006 que es cuando fueron juzgados los testamentos sacramentales los señores del castillo: Sunifred I y Guisad I.

Fue la capilla de los señores del castillo y su declive va unido con la decadencia del castillo. En el siglo XV desapareció el culto. Es una iglesia del siglo XI, de planta circular, una tipología de las cuales hay muy pocas en Cataluña.

La iglesia tiene un pequeño portal hacia poniente, y un ábside a levante. Sus medidas son; seis metros y medio de diámetro y una altura en su centro de cinco metros. De largo (portal hasta el fondo) mide ocho metros y medio. Unas hiladas de piedra diferente en su rematament exterior indican que su cubierta fue un poco modificada con posterioridad a su erección. Al este hay un ábside semicircular y en el lado oeste se abre una puerta. Dos ventanas de doble derrame iluminan el interior cubierto con una cúpula circular.
La capilla de San Vicente fue restaurada hace pocos años para preservarla.

CASTILLO DE LLUÇÀ
El Castillo medieval de Llucá dio nombre al Lluçanés que durante la Edad Media fue la sede de una baronía muy importante. Está situado en la cima de una colina cerca del pueblo de Lluçá, encima mismo del monasterio de Santa María de Lluçá. Al lado encontramos la capilla del castillo, de planta circular y bien conservada, dedicada a San Vicente.
El castillo, está documentado por primera vez el año 905 en el acta de consagración de la iglesia de Santa María de Lluçá. Los Lluçá fueron feudatarios de los condes de Barcelona, ​​señores eminentes de los castillos de Lluçá los que recibieron varios juramentos de fidelidad de los vicarios condales. Ramón Borrell dio a su mujer Ermesenda de Carcasona como dote nupcial el castillo de Lluçá, entre otros. La condesa enfeudó al conde Wifredo de Cerdaña entre el 1018 y el 1023. Las enfeudaciones debieron estar enmarcadas en las disputas que tuvieron la condesa Ermesenda y su hijo Berenguer Ramón I. La paz llegó el 1023 cuando la condesa, como garantía, le empeñó varios castillos, entre ellos el de Lluçá que sería nuevamente alienado por los condes de Barcelona en 1107 cuando Ramón Berenguer III lo dio al conde Bernat III de Besalú como dote nupcial de su hija. Al no haber descendientes, volvió a la corona.
En cuanto a los vicarios condales, el primer miembro conocido de la familia Lluçá es Sunifredo de Lluçá, fallecido en 988. Entre el 1063 y el 1076 se documenta que Guisado II de Lluçá jura fidelidad al conde Berenguer I por los castillos de Lluçá y Merlés. Berenguer Sunifredo de Lluçá llegó a ser obispo de Vich y arzobispo de Tarragona, lo que supuso que la familia recibiera enfeudaciones del pariente eclesiástico. Su hermana Guisla de Lluçá se casó con Berenguer Ramón I, conde de Barcelona y después del 1035 con Udalardo II, vizconde de Barcelona.
Tras este periodo de expansión, comienzan los conflictos entre señores, los monarcas, y los Lluçá. En 1180, el tribunal falla a favor del rey y Pedro de Lucas ha de ceder la potestad de los castillos de Lluçá y Merlés y jurar fidelidad al rey Pedro el Católico. Ramón de Lluçá concede a perpetuidad la potestad de dichos castillos al rey Jaime I. La familia se extinguió con Elisenda de Lluçá, hija de Ramón y Sibila, casada en 1256 con Bernardo, señor del castillo de Saportella, Bernardo de Saportella con quien comienzan los conflictos por el dominio del castillo de Lluçá. Los obispos de Vic, en el año 1265, le exigieron prestación de vasallaje. No lo aceptó hasta el 1272 pero las relaciones entre Bernardo de Saportella y el obispado de Vic se volvieron a deteriorar el 1278. También había conflictos con el rey Jaime I quien, después de un grave conflicto lo sometió y perdonó. Posteriormente, Pedro el Grande en el año 1278 ordenó el asedio del castillo que fue tomado y destruido en marzo de 1279 y encomendado a Guillem de Moliner. El 1286 Alfonso el Franco concede a Bernat Guillem de Saportella el retorno al feudo del castillo de Lluçá entre otros. Jaime II le concederá las justicias civiles y criminales excepto las penas de sangre y autorizará la restauración de castillos.

En el siglo XIV se entronca con los Fenollet, vizcondes de Isla (Rossellón), que vendieron la baronía de Lluçá a los Pinós. Después la baronía pasó a Peguera. A partir de este momento las malas relaciones entre la baronía y los hombres de Lluçá provocaron que estos prefirieran depender de la jurisdicción real. No lo consiguieron hasta el final del siglo XV, cuando, destruido el castillo durante la guerra civil de remensa, la baronía se incorporó a la Corona y en 1491 era creada la sub-veguería del Llusanés. La familia Pinós, antes de 1579 compró al rey la baronía y la jurisdicción de Llusá. En 1596 la baronía fue vendida a la familia Agulló la cual, en 1511 la vendió al rey, incorporándose definitivamente a la Corona.
El castillo de Lluçá era residencia permanente de los señores y, por eso mismo no tuvo castellano conocido.

PANTANO DEL GARET
Este pantano era antiguamente una laguna utilizada para el regadío de los cultivos de cereales. Tras caer en el abandono, esta reserva natural de 365 hectáreas fue adquirida por un particular, restaurando ecológicamente el torrente, recuperando los hábitats acuáticos y la vegetación de ribera. Ahora es un itinerario naturalístico para excursionistas.