Loiola (Arratzu)-Castro de Arrola-Nabarniz-Illuntzar-Aulesti

Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 188:

Comienzo en la parada de bus del barrio de Loiola, perteneciente al municipio vizcaíno de Arratzu. Asciendo por una pista asfaltada, y luego continuo por sendero natural, superando una serie de cruces.

Hoy los senderos están en mal estado, sumamente embarrados y resbaladizos. Podría haber sido peor, por porque durante la noche ha helado, aunque la tierra no estaba congelada. Lo bueno fue que en muchos momentos el firme estaba duro como la piedra, y eso me permitió no hundir el calzado.
Sin embargo, eso no iba a ser así en todos los tramos, y donde la tierra se encontraba blanda, era inevitable ensuciarse las botas hasta arriba.

Avanzo siempre en suave y continuo ascenso, siguiendo en todo momento las marcas amarilla y blanca de un PR, hasta conectar con una ancha pista, donde hago un doble giro derecha-izquierda. Aquí, la calidad del sendero mejora notablemente.
Mas adelante, después de superar otro cruce, me detengo un rato para disfrutar de una bonita panorámica, pudiendo ver los montes Bedartzandi, Urregarai, Oiz y Gorbea. Al otro lado, se encuentra varios poblados próximos a Gernika, además de las Marismas de Urdaibai, pero aún no llego a verlos con claridad.

Luego, giro a la izquierda, y avanzo en línea recta por un sendero repleto de grandes charcos congelados. Por suerte, los puedo evitar yendo por el lateral izquierdo, o dando saltos.

Unos metros más adelante, alcanzo un lugar importante de la ruta, el Castro de Arrola. Se trata de una fortaleza, perteneciente a la segunda Edad de Hierro (siglo IV a I a. C.).
Está considerado como el mayor poblado de la Edad del Hierro de Vizcaya y el más importante del Cantábrico oriental, siendo uno de los mejor conservados del País Vasco. Tiene una extensión de 8 hectáreas, aunque se cree que puede abarcan hasta 13 hectáreas, y contaba con unas importantes defensas en las que destaca una gruesa muralla de tierra y piedras. Fue uno de los principales centros desde donde se articuló la vida de Urdaibai desde la Edad del Hierro hasta la entrada de los romanos, cuando se abandonan los castros y se ubican a orillas de los ríos y del mar.

A continuación, camino en línea recta por la hierba, y después en un cruce, giro a la izquierda. Podría seguir recto, y hacer cumbre al monte Arrola, pero al ya haber estado antes allí, y no encontrarle mayor interés, ésta vez he decidido pasar de largo.

Ahora, inicio el descenso rumbo al pueblo de Nabarniz. Bajo por una ancha y cómoda pista, hasta conectar con una carretera. Camino en él durante unos cientos de metros para luego adentrarme de lleno en el pueblo. Aquí hago una pequeña parada para comer y beber algo.

Luego, avanzo nuevamente por carretera unos pocos metros para llegar al barrio de Uribarri-Zabaleta. Aquí realizo el segundo ascenso del recorrido, esta vez para ir a lo alto del monte Illuntzar. Los senderos son diferentes a lo largo de la subida, siendo pista de cemento al inicio, luego senda natural (en mejor estado que en la primera subida) y al final, por hierba.

Los últimos metros lo realizo por el cordal de esta sierra de Leía, pasando por la balsa de Pagoeta, donde me encuentro con varios caballos, y finalmente, alcanzo la ikurriña, el buzón y el vértice geodésico del monte Illuntzar (726m). Magníficas vistas de 360°, aunque hay que moverse un poco por la amplia cima para poder apreciarlas en su máximo esplendor. Se puede ver sierras y montes como el Santa Eufenia, Bedartzandi, Udalatx, Aizkorri, Oiz, Anboto, Gorbea, Sierra Salvada, Ganekogorta, Eretza, Sollube, Ereñozar, Otoio, Jaizkibel, Peñas de Aia, Larhun, Erlo, Hernio, Aralar, e incluso numerosos montes de Cantabria y de Pirineos, que a día de hoy son los únicos con nieve.
Por abajo, las localidades de Lekeitio y Nabarniz, además de ver poblaciones colindantes a las Marismas de Urdaibai.

Tras las fotos de rigor, retrocedo unos metros, casi a la par de la balsa, y luego, giro a la izquierda, para iniciar el descenso rumbo a mi destino, el pequeño municipio de Aulesti.
Realizo una serie de desvíos, a modo de largos zigzag. La primera parte de la bajada vuelve a estar muy embarrada, lo que me obliga a ir despacio para no patinar. Luego, al adentrarme a un bosque, la calidad del sendero mejora.
En este lugar vuelve a aparecer las marcas PR amarilla y blanca. No obstante, en el tramo final de la bajada por monte, dejo de seguirlas, y abandono el PR para ir por otro sendero que por la pinta que tiene, poca gente pase por aquí, ya que parcialmente se encuentra en mal estado. De todos modos, consigo avanzar sin mayores problemas, y me permite atajar y llegar enseguida al barrio de Leherika.

Ahora si, a partir de aquí lo que resta de camino es coser y cantar. Avanzo por una pista asfaltada que me lleva directo hacia Aulesti. A escasos cientos de metros del pueblo, tomo un corto y sencillo atajo por senda natural. Solo me queda recorrer parcialmente Aulesti, hasta llegar a la parada de bus, situado al lado de la iglesia y ayuntamiento, y finalizar así esta sencilla ruta.