66. Lora de La Mesa desde Valtierra

INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 60 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 538 metros (superior al que estima Wikiloc).


Esta excursión fue realizada el 25 de junio de 2021 (subida a la Web de Wikiloc el 8 de marzo de 2022). Conocíamos desde hacía tiempo muchos pueblos de la zona suroccidental del Geoparque de Las Loras (cuadrante Amaya-Humada-Quintanas de Valdelucio-Rebolledo de la Torre); y también algunas loras (como Peña Amaya y Peña Castro) próximas a la que recorrimos en esta ocasión. Nos gustan esos paisajes desolados (sólo aparentemente), así como el carácter estoico de sus gentes (así era ‘antes’, al menos…). Una buena tarjeta de presentación para continuar explorándolos.

Dos recientes travesías efectuadas en el área cercana, Peña Lora ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fuenteodra-y-pena-lora-96470479 ; 20/02/22) y las loras del Valle de Valdelucio ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/geoparque-de-las-loras-desde-valdelucio-92736885 ; 14/01/22), nos dejaron una viva huella. Eso nos animó a reconstruir fielmente la ruta que ahora nos ocupa e incluir las fotos correspondientes. La nueva (vieja) ruta se ubica en el triángulo entre los pueblos de Valtierra de Albacastro, Castrecías, y Rebolledo de la Torre. Merecía la pena afianzarla en el recuerdo y compartirla con los amantes de estas bellas soledades.

Partimos de Valtierra. Tras abrir (y cerrar) una puerta metálica en un vallado, subimos al monte por un camino que culmina en un portillo, en la base de la lora de La Mesa. Continuamos por su alargado flanco norte, en medianías, sin llegar a la cima. En ese tramo combinamos riscos y valle hasta alcanzar una profunda vaguada transversal a la altura de Castrecías. Subimos de nuevo, siempre sobre el trazado de un camino, a la base de La Mesa y seguimos hasta el extremo noroeste de la plataforma. Giramos hacia el sur, viendo Rebolledo de la Torre abajo. Caminamos a los pies del flanco sur de La Mesa hasta un portillo en su extremo oriental. Desde allí, nos situamos de nuevo en el camino que baja hasta Valtierra.

Estábamos justo en el principio estival. Los páramos (denostados frecuentemente por su aridez) se convierten en vergeles en primavera y en verano: primero, con las amarillas (y olorosas) aulagas y las orquídeas multicolores; después, con el violáceo y rosado brezo, gran colonizador ornamental; y más tarde con las quitameriendas, esas florecillas entre malvas y moradas. Pues bien, los páramos y valles interiores en esa zona del Geoparque se hallaban verdes y floridos, efervescentes y luminosos; más en su lado norte que en la vertiente sur. Cual praderas; siempre dentro de la mesura de estas tierras. Preciosas.

Si el suelo rutilaba bajo el sol, elevando el ánimo, ¡qué no decir del cielo y de los horizontes entre él y la tierra…! En una mañana azul sin mancha, destacaban límpidas las siluetas recortadas de las montañas palentinas en el noroeste. Era tanta la luz que todo se percibía con nitidez en la distancia. El aire era tan sutil que parecía no interponerse entre nuestros ojos y lo que contemplábamos. Nuestra estrella fue apretando, no obstante, a lo largo de la mañana. Pero, cuando ya pesaba su calor, nos encontró bajando las últimas cuestas. Perfecto.

Las panorámicas habrían sido aún mejores (algo que puede fácilmente conseguirse) si hubiéramos subido a la meseta cimera de esa lora. No nos planteamos hacerlo porque ya estábamos disfrutando de lo lindo en nuestro recorrido por la zona intermedia, por donde se desarrolló nuestro itinerario. Subir hasta lo más alto habría supuesto alargar y endurecer la travesía. Pero es factible; puede hacerse (… y, conforme lo escribo, casi me estoy arrepintiendo de no haberlo hecho…). Ni se nos ocurrió.

A pesar de sus casi 15 km de longitud y cerca de 500 m de desnivel, la ruta no es fatigosa. No hay fuertes pendientes (si acaso, el trecho del remonte inicial desde Valtierra hasta el portillo). Gran parte del trayecto incluye caminos en buen estado. Únicamente el de la subida inicial se encontraba muy estriado y con piedras sueltas. Y luego hay un terreno de labrantío entre el km 11 y el 12, que hay que bordear, sin sendero. La orientación es también sencilla: todo está a la vista y los caminos no tienen muchas bifurcaciones. Quizá sí hay que prestar atención tras llegar al portillo inicial, para coger el camino de la izquierda (hacia el interior) en lugar del de la derecha (al valle y Castrecías).

Muy cerca de Valtierra se encuentra el despoblado en semi-ruina de Albacastro. Su iglesia, una sencilla joya de origen prerrománico, llevaba tiempo atrás el mismo oscuro destino que el pueblo, pero se ha conseguido restaurar. El paraje, enclavado en un verde valle entre las loras de Albacastro al sur y la de La Mesa al norte, es tan idílico como austero. Creo recordar que en el propio Albacastro y sus alrededores se filmaron algunas partes de la película ´Mar de Luna’, dirigida por Manuel Matji en 1995 (que a mí me gustó más que a algunos entendidos).