Loredo - Langre por la senda de los acantilados

Aparcamos el coche junto a la Playa de los Tranquilos, situada en frente de la Isla de Santa Marina y justo al lado de la Playa de Loredo.

Queremos presentaros una propuesta diferente para hacer una actividad en familia y disfrutar de tus vacaciones pasando tiempo en la naturaleza.

Os vamos a recomendar esta famosa Senda costera que bordea los acantilados entre la playa de Loredo y la Playa de Langre, llamada «Ruta de los acantilados de Langre». Una buena opción para conocer más a fondo el entorno que nos rodea.

Destaca por sus vistas a la bahía de Santander, la belleza de sus acantilados, pasando por el mirador de la Isla de Santa Marina y las piscinas naturales de Llaranza hasta llegar a la magnífica playa de Langre

Comenzamos el recorrido en el parking de la playa de Loredo, por una pista que bordea el Camping Derby. Al llegar al final del camping, veremos que sale a nuestra derecha un camino particular, y a la izquierda una senda arenosa entre postes de madera, por donde continúa nuestra ruta.
Atravesaremos una zona de pinos y enseguida veremos una bifurcación del sendero. Tomaremos el de la izquierda, aunque en realidad estamos ante múltiples senderos que conducen al mismo sitio: la playa de los Tranquilos.
Siguiendo el sendero de la izquierda, descendemos hasta la playa. Por este camino llegaremos hasta un aparcamiento situado encima de la playa. Este aparcamiento también es un excelente mirador para observar la bahía de Santander y la isla de Santa Marina, justo enfrente de nosotros.
Continuamos nuestra ruta por una senda que bordea los acantilados, pegados a los cercados de unas casas. Llegaremos a otro pequeño aparcamiento y continuaremos la senda pegada a la costa, atravesando praderas. A partir de aquí comienzan probablemente las vistas más bonitas de toda la ruta.

Antes de llegar a la playa de Langre nos topamos con la famosa «Pata de Dragón» , se trata de un acantilado cuya forma simula las garras de un dragón, estas extrañas formas que encontramos se deben a la constante acción erosiva del agua.
Nuestro recorrido continúa por la misma senda, siempre siguiendo los acantilados, hasta llegar a la playa de Langre.
La playa de Langre es una magnífica playa de 800 metros de longitud con forma de media luna, de fina arena dorada y rodeada por acantilados de unos 25 metros de altura.

Desde la playa llama la atención el «Pico de Langre», una punta rocosa erosionada, hay quienes dicen que recuerda a una cabeza humana, otros a un león apoyado sobre las patas delanteras, y otros, conciliadores, a una esfinge.