Los Baños de Venus, el Dedo de Dios y el Tejo Milenario en circular por la Pedriza desde Canto Cochino.

Esta ruta, que circunvala la abrupta Cuerda de las Milaneras en toda su longitud, nos permite adentrarnos tanto en las interioridades de la Pedriza, como deambular por los elevados y amplios espacios abiertos de los Hoyos de la Sierra, al pie de la Cuerda Larga visitando y viendo lugares y formaciones rocosas singulares.

Realizarla en sentido contrario a las agujas del reloj permite recorrer el denso e intrincado bosque que cubre la vertiente Este de las Milaneras en el perfecto silencio de la mañana, pues son pocos los que madrugan para hacerlo en sentido ascendente.

Al poco de salir de Canto Cochino (1.040m) empezamos a ver las características y renombradas formas rocosas que constituyen uno de los mayores atractivos de la Pedriza. La vista va de unas a otras sin cesar, desde las más discretas a las más afamadas.

Hasta alcanzar el Collado del Miradero (1.880m) hay que subir de firme, sobre todo a partir del cruce de los Cuatro Caminos (1.440m).

Conviene ir atentos a las marcas blancas y amarillas (PR-2) y a los hitos, porque hay tramos perdedores y no es infrecuente despistarse.

El Collado del Miradero es un lugar de cambio de vertientes, al Este la profunda Pedriza, al Oeste las amplias extensiones de altura de Hoyos de la Sierra, cubiertas de brezos, al Norte el serrado perfil de las Torres de la Pedriza.

Antes de ir hacia los Hoyos visitaremos el lugar escondido (detrás y al E de la 3ª Torre) donde El Dedo de Dios pasa desapercibido para la mayoría de los que siguen la buena senda que comunica el Collado con el Comedor de Termes.

Desde el Comedor, y pasando por el Collado de Matasanos, hacemos un campo a través hacia los llanos que se ven enfrente (hacia el O), cruzando primero y siguiendo después el arroyo de los Gavilanes. Entre la cobertura de brezos se encuentran trochas y pasos sin gran dificultad.

En un momento determinado ya aparecen hitos continuados. Siguiéndolos pasamos por una pradera tras la cual comienzan a concentrarse las rocas. La pendiente se acentúa y el rugido del agua anuncia que nos aproximamos a la zona de Los Baños de Venus. Algo más abajo de ellas la singular Torre de Paco Caro pone el colofón al entorno.

Descendiendo más se llega a las Zetas de la Pedriza, pista que iremos atajando hasta alcanzar el recoleto enclave del Tejo Milenario, cuyo acceso es algo complejo.

Tras rendirle pleitesía a este habitante del bosque profundo volvemos a las Zetas y de nuevo atajando descendemos a buscar el arroyo, que cruzaremos por donde nos parezca mejor (no es complicado) para, siguiendo su cauce por la izquierda orográfica, continuar por una marcada senda a través del bosque hasta, tras un largo paseo, llegar a la Charca Verde (aquí la senda se desdibuja y aparecen los bloques de granito, con lo que conviene ir próximos a la Charca) y después seguir hasta finalizar el recorrido en Canto Cochino.

En suma, una circular exigente en lo tocante a su longitud (unos 19km), salvando un desnivel total en ascenso superior a los 1.000m de D+, que nos permitirá deambular por la Pedriza interior con sus bosques y rocas / roquedos más emblemáticos, así como por las amplias campas de los Hoyos de la Sierra visitando las espectaculares cascadas y pozas de los Baños de Venus, adentrándonos luego en el recóndito habitáculo del Tejo Milenario, que comparte rincón con otros ejemplares de menor edad.