Los Blázquez

Ruta por el término municipal de Los Blázquez, pequeño pueblo situado entre Los Pedroches y el Alto Guadiato, en la parte noroccidental de la provincia de Córdoba, muy cerca de la de Badajoz. Desde la capital cordobesa se llega desde la N-432, saliéndose por la A-3276 y continuando a la altura de La Granjuela por la A-3277.

Los Blázquez nació, al igual que otros pueblos de la comarca, como una cortijada en el siglo XV, llamada así por el apellido de sus propietarios (Velázquez o Blázquez), aumentando el número de habitantes para explotar las tierras hasta formar un pequeño núcleo poblacional. En 1817 junto a La Granjuela, Los Prados, Valsequillo y Esparragosa constituyen la villa de Cinco Aldeas, hasta que en 1842 adquiere el tí­tulo de villa independiente.

Salgo del pueblo dirección sur, conectando con la CO-8404, por la que camino apenas doscientos metros antes de seguir por un camino a la izquierda. Paso junto a una explotación agropecuaria y un poco después, en la bifurcación, sigo a la izquierda, hacia la Loma de Caballero. Estoy en la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) del Alto Guadiato. Cruzo la carretera A-3277 y sigo unos metros a la derecha para seguir por el camino de Piedras Gordas, en ligero ascenso. Tras atravesar una cancela abierta, sigo subiendo junto a la alambrada, pasando al otro lado bajo ella, para encarar una suave subida hasta la Ermita de San Isidro. Desde aquí se contemplan ya buenas panorámicas de la comarca, como también en la cercana cima de la Sierra del Castillo, a la que se llega por sendas usadas por los cazadores habitualmente. En la parte final de la subida hay bastantes piedras, posibles restos de una población almohade llamada Tolote (igual que el arroyo), conocida hoy como castillo de Los Blázquez o del Maldegollado: según la leyenda, siendo califa Abderramán IIII, el emir Abdel Qawi que gobernaba estas tierras degolló a un pastor llamado Yazid, del que se había enamorado una esclava suya, Zorima, oyéndolo tocar la flauta en las inmediaciones del pozo de La Esparragosa; el emir obligó a Zorima a desposarse con él y, durante el banquete de bodas, hizo traer una monumental bandeja de plata cubierta por una tapadera de oro y brillantes, donde, al destaparla, la novia descubrió horrorizada la cabeza de su amante.

Aquí también tuvieron lugar operaciones militares durante la Guerra Civil. Los Blázquez, como la mayor parte de la comarca del Guadiato, se mantuvo fiel a la República, sufriendo el 14 de junio de 1938 una ofensiva nacional: tropas del sector de Peñarroya avanzaron en cuña, rompiendo la línea republicana y tomando Castillejos, Piedras Gordas, la Morola, el castillo de Los Blázquez y las alturas de sierra Enriadero, sierra Navarra, sierra Mariscal, sierra del Coscojo y sierra del Cambrón, entre otras. Al final de la guerra (y en la posguerra), el municipio entero fue vallado para ser utilizado como campo de concentración, albergando más de 4000 prisioneros.

Inicio la bajada, yendo un trecho campo a través, entre jaras, con la referencia de una alambrada a mi izquierda, hasta llegar a un camino, que sigo a la izquierda en dirección al pueblo (este tramo campo traviesa y la pedregosa subida final son las únicas dificultades de la ruta).

Entro en Los Blázquez por el Camino del Castillo, dirigiendo mis últimos pasos a la Plaza de la Constitución, donde destaca la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, con su torre-campanario en ladrillo rojo, reconstruida en los años cincuenta del siglo pasado. Los combates en la zona durante la Guerra Civil dejaron el pueblo casi totalmente destruido, incluyéndose en el listado de Regiones Desvastadas. Tras su reconstrucción, Los Blázquez cambiaron de aspecto: la Iglesia, el Ayuntamiento (con soportales en planta baja) y el Mercado conformaron la plaza principal en tres de sus lados, a modo de ágora o de foro, de la que arrancan las calles donde el caserío se agrupaba según gremios (agrarios).