Los Callejones - Miradores - Las Fuentecillas (Las Majadas, Cuenca)

Recorrido que en esencia es la PR-CU 28 (durante buena parte encontraremos señalizada esta ruta y la GR 66, que no se líe nadie con los colores y las indicaciones, hay que seguir la amarilla cuando se separen) con ciertas modificaciones para ver más en detalle la zona de Los Callejones y subir un poco más por los cortados que forman las hoces del Júcar. En mi opinión, una de las rutas más bonitas que he hecho con numerosos atractivos que contaré a continuación. Pero empecemos por el principio...

La ruta sale del pueblo de Las Majadas en Cuenca, desde el que subimos por una ligera pendiente que es un poco engañosa debido a que es el lecho de un torrente que se forma en las épocas de lluvia. Aunque está indicado, ante la duda hay que subir por el sendero de piedras que este torrente deja a la vista.
En unos escasos 3 km habremos llegado a la zona de Los Callejones (siguiendo mi ruta, en el único cruce de dos senderos anchos, girar a la izquierda para llegar al merendero junto al inicio de Los Callejones, siguiendo recto te metes en medio de los mismos y te puedes perder una parte).
Como el caminante apreciará al instante, el nombre de Los Callejones está muy buen puesto por lo encajonado que va el sendero entre las rocas calizas que debido al modelado cárstico (erosión por viento y agua), creando unas formas muy llamativas que a más de uno le recordarán a las más conocidas, pero en mi opinión demasiado turísticas, de la Ciudad Encantada a unos pocos kilómetros de aquí. Aquellas son más "grandiosas" pero estas están más agrupadas y la sensación de estar rodeado por la roca queda más patente (y además, su visita es gratuita). En mi opinión lo mejor es visitar las dos, ¡desde luego!
En cualquier caso para quien tenga interés en saber por qué se producen estas formaciones rocosas, a grandes rasgos la erosión ya mencionada afecta de forma desigual en función de la dureza de los materiales, siendo en este caso más resistentes las capas superiores que las inferiores. Este es el motivo de que se formen esa especie de setas tan llamativas.
Tras fantástico un paseo (indicado con flechas por todo el recorrido, alguna está borrada pero es evidente por dónde tirar) por Los Callejones, volvemos al punto inicial del merendero desde el que retomamos el sendero por el que llegamos para comenzar una ligerísima ascensión hasta llegar a la parte superior de los riscos desde los que disfrutamos de unas vistas priv (en realidad nos encontramos sobre lo que se conoce como una muela, una meseta de nuevo caliza que esta vez ha sido erosionada por el río formando un desfiladero. Con un poco de imaginación se entiende por qué se llaman muelas) es un mirador en sí mismo, pero existe uno habilitado para tal fin en el sendero conocido como mirador del Picón del Tío Cogote, con vallas para delimitarlo.
Siguiendo el camino dejando siempre a mano derecha el desfiladero, llegamos a un nuevo cruce en el que si no te fijas muy muy bien verás cruces (eso quiere decir que por ahí la ruta NO SIGUE) por todas partes. En mi ruta se ve cómo tanteamos varias de las posibilidades hasta que casualmente vimos la indicación: a mano derecha y con muy mala visibilidad. El sentido común te hace dudar porque va directo hacia el acantilado pero sí, es por ahí. De una forma un tanto brusca el sendero va descendiendo hasta alcanzar el río a los pies de la muela. En mi caso tras encontrar la opción correcta decidimos seguir un poco por el sendero por el que íbamos para seguir disfrutando desde una mayor altura de las vistas impresionantes de estas hoces. Además esta decisión nos deparaba una muy grata sorpresa: ¡a unos 10 metros de nosotros cruzaron el camino un jabalío adulto y 4 jabatos! Yo siempre había pensado que la gente decía en broma eso de que los bastones de trekking sirven también para defenderse de animales, pero quien me acompañaba me pidió uno de los que yo llevaba "por si acaso..." Tras este bonito episodio volvimos al cruce fatídico y realizamos el descenso con cuidado porque hay piedras sueltas y la caída es importante. Una vez terminamos de bajar nos encontramos con otro sendero más ancho por el que sigue la GR 66 hacia la izquierda, mientras que nosotros tomaremos el ramal IZQUIERDO para seguir por la PR-CU 28 y cruzar un arroyo. El camino de vuelta es muy bonito también ya que disfrutamos el punto de vista opuesto a la ida, desde debajo del cortado, viendo los distintos estratos que componen la muela. Además se trata de un camino muy estrechito y más... natural por decirlo de alguna manera.
El camino de vuelta no tiene pérdida ya que se trata de salir de la garganta en sentido contrario al río. Sabremos que nos estamos aproximando de nuevo al pueblo de Las Majadas cuando dejemos al lado del camino una serie de pilones del que viene el nombre de este camino: Las Fuentecillas, que tras dejar a la derecha unas instalaciones de multiaventura bastante llamativas para estar donde están, nos deja de nuevo en nuestro punto de partida.

A título personal me gustaría recomendarle a aquellos que vayan a hacer la ruta y les sobre tiempo, que además de la Ciudad Encantada ya mencionada, no muy lejos de Las Majadas está el impresionante Nacimiento del Río Cuervo al que se llega por una carretera de doble sentido (de las de ir a 30) que atraviesa un paisaje verde entre pinos precioso (aquí llegó otra sorpresa, dos ciervos en medio de la carretera que se tomaron su tiempo en dejarnos pasar) en dirección a Vega del Codorno. Yo fui al nacimiento primero y de allí a Las Majadas, de verdad que vale la pena ir a verlo.