Los Caminos de la Trashumancia (Villayuste)
near Villayuste, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Punto de partida: Villayuste.
Espacio protegido: Reserva de la Biosfera Valles de Omaña y Luna.
Época recomendada: Todo el año.
Elementos de interés: Robledal, vistas panorámicas y la laguna de Lago de Omaña.
Tipo de camino: Pista de tierra balizada por Cuatro Valles.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en La Magdalena.
Descripción del itinerario.
Después de 3 meses exactos de confinamiento estricto sin salir del municipio de León, nos dirigimos a la comarca de Omaña para realizar una de las últimas rutas que me quedan por hacer de Cuatro Valles: los Caminos de la Trashumancia. La ruta recorre un tramo del cordel de Babia de Abajo, uno de los pocos que cada otoño y primavera son recorridos por las ovejas. Discurre a caballo entre Omaña y Luna, lo que nos permite ir contemplando dos paisajes bien distintos. Omaña con suaves lomas cubiertas de monte y Luna, con sus montañas calizas desnudas de vegetación.
El recorrido comienza en el barrio Chico de Villayuste, donde encontramos el panel de inicio (figura 1). A su derecha, se inicia un camino que asciende hacia la izquierda entre fincas y baldíos, y se dirige a las Eras de Redimil, una zona elevada donde se trillaba el cereal, trigo y centeno desde donde tendremos ya una vista general de la localidad y su entorno (figuras 2, 3 y 4).
A medida que se avanza, los baldíos colonizados por matorral van dominando el paisaje aunque todavía quedan muchos antiguos caminos y desvíos por lo que recomiendo seguir el track pues es fácil desorientarse. Como referencia, podemos tomar el robledal en dirección norte (figuras 5 y 6).
En un ligero pero continuo ascenso nos iremos internando poco a poco en el robledal por el cordel donde hoy en día todavía es empleado por las ovejas merinas (figuras 7, 8 y 9). Además esta zona del recorrido coincide con el Camino Olvidado, una de las variantes más desconocidas del Camino de Santiago.
Continuaremos ganando altura dejando siempre a nuestra izquierda un vallado que posiblemente delimite un coto de caza. En el kilómetro 4,6 en un cruce de caminos (figura 10) continuaremos ascendiendo de frente (figura 11) pues si tomamos el desvío de la derecha acabaremos en Irede de Luna.
En el alto "El Viso" alcanzaremos la cota más elevada de la ruta, hasta los 1450 metros de altitud. Desde este punto tendremos una preciosa panorámica hacia las montañas de Luna, donde destaca el Cirbanal, que con sus 2077 metros, es el techo de la comarca vecina (figura 12). Si tiramos una mirada al sur, veremos un paisaje más modesto, con las amplias extensiones de robledal que cubren los montes omañeses (figura 13). Justo en este paraje deberemos prestar atención pues será el momento en el que nos desviaremos hacia la izquierda tomando una pista que se interna en el robledal (figuras 14 y 15). No está indicado por lo que es fácil continuar de frente.
Tomando ya el camino de descenso que nos llevará hasta Lago de Omaña, transitaremos entre robledales degradados, piornales y brezales, donde se puede ir contemplando buena parte de la comarca de Omaña, con sus viejos montes de suave relieve y cubiertos por extensos robledales. Si nos fijamos y vamos en silencio es frecuente encontrarse con corzos, jabalís, o como en mi caso, con algún zorro (figuras 16, 17, 18, 19 y 20).
El kilómetro 9,4, en una amplia explanada, es un buen lugar para hacer un alto en el camino. El descenso a partir de aquí no será tan pronunciado y tendremos un refugio donde cobijarnos en caso de mal tiempo y una mesa en pobres condiciones (figuras 21, 22, 23 y 24).
El descenso una vez abandonado el robledal se alivia, lo que nos permite tener unas vistas magníficas del mismo así como del entorno de Soto y Amío y de otras poblaciones cercanas como Bonella, Oterico o Soto y Amío (figuras 25, 26, 27 y 28).
Al llegar a Lago, una pequeña localidad que aún guarda muestras de arquitectura rural omañesa, la ruta se desvía para girar hacia la izquierda en un camino que en 3 kilómetros recorre la distancia que separa a Lago con Villayuste, no sin antes pasar por una pequeña laguna nada más salir de Lago (figuras 29, 30, 31 y 32).
Antes de iniciar el repecho final hacia Villayuste nos encontraremos con un pequeño valle que es regado por el arroyo Torales, que separa ambas localidades, donde llegaron a existir varios molinos de agua (figuras 33, 34 y 35).
En la localidad de Villayuste nos podremos fijar en algún tejado de casas típicas omañesas donde se recubría con el teito tan característico en Ancares. En el caso de Omaña, éste se ha recubierto con uralita. Sólo nos quedará recorrer las estrechas calles pasando por una fuente para dar con el inicio de la ruta, completando así el itinerario (figuras 36, 37 y 38).
Impresiones.
Había muchas ganas de salir al monte tras meses de confinamiento sin apenas moverse y desconectar los fines de semana. Este recorrido, sin grandes atractivos más allá de la laguna, las vistas y el robledal, es un cómodo paseo donde la mayor dificultad será la orientación pues la señalización es muy defectuosa y, especialmente en el principio del recorrido, hay múltiples senderos con los que es fácil tomar el equivocado.
Espacio protegido: Reserva de la Biosfera Valles de Omaña y Luna.
Época recomendada: Todo el año.
Elementos de interés: Robledal, vistas panorámicas y la laguna de Lago de Omaña.
Tipo de camino: Pista de tierra balizada por Cuatro Valles.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en La Magdalena.
Descripción del itinerario.
Después de 3 meses exactos de confinamiento estricto sin salir del municipio de León, nos dirigimos a la comarca de Omaña para realizar una de las últimas rutas que me quedan por hacer de Cuatro Valles: los Caminos de la Trashumancia. La ruta recorre un tramo del cordel de Babia de Abajo, uno de los pocos que cada otoño y primavera son recorridos por las ovejas. Discurre a caballo entre Omaña y Luna, lo que nos permite ir contemplando dos paisajes bien distintos. Omaña con suaves lomas cubiertas de monte y Luna, con sus montañas calizas desnudas de vegetación.
El recorrido comienza en el barrio Chico de Villayuste, donde encontramos el panel de inicio (figura 1). A su derecha, se inicia un camino que asciende hacia la izquierda entre fincas y baldíos, y se dirige a las Eras de Redimil, una zona elevada donde se trillaba el cereal, trigo y centeno desde donde tendremos ya una vista general de la localidad y su entorno (figuras 2, 3 y 4).
A medida que se avanza, los baldíos colonizados por matorral van dominando el paisaje aunque todavía quedan muchos antiguos caminos y desvíos por lo que recomiendo seguir el track pues es fácil desorientarse. Como referencia, podemos tomar el robledal en dirección norte (figuras 5 y 6).
En un ligero pero continuo ascenso nos iremos internando poco a poco en el robledal por el cordel donde hoy en día todavía es empleado por las ovejas merinas (figuras 7, 8 y 9). Además esta zona del recorrido coincide con el Camino Olvidado, una de las variantes más desconocidas del Camino de Santiago.
Continuaremos ganando altura dejando siempre a nuestra izquierda un vallado que posiblemente delimite un coto de caza. En el kilómetro 4,6 en un cruce de caminos (figura 10) continuaremos ascendiendo de frente (figura 11) pues si tomamos el desvío de la derecha acabaremos en Irede de Luna.
En el alto "El Viso" alcanzaremos la cota más elevada de la ruta, hasta los 1450 metros de altitud. Desde este punto tendremos una preciosa panorámica hacia las montañas de Luna, donde destaca el Cirbanal, que con sus 2077 metros, es el techo de la comarca vecina (figura 12). Si tiramos una mirada al sur, veremos un paisaje más modesto, con las amplias extensiones de robledal que cubren los montes omañeses (figura 13). Justo en este paraje deberemos prestar atención pues será el momento en el que nos desviaremos hacia la izquierda tomando una pista que se interna en el robledal (figuras 14 y 15). No está indicado por lo que es fácil continuar de frente.
Tomando ya el camino de descenso que nos llevará hasta Lago de Omaña, transitaremos entre robledales degradados, piornales y brezales, donde se puede ir contemplando buena parte de la comarca de Omaña, con sus viejos montes de suave relieve y cubiertos por extensos robledales. Si nos fijamos y vamos en silencio es frecuente encontrarse con corzos, jabalís, o como en mi caso, con algún zorro (figuras 16, 17, 18, 19 y 20).
El kilómetro 9,4, en una amplia explanada, es un buen lugar para hacer un alto en el camino. El descenso a partir de aquí no será tan pronunciado y tendremos un refugio donde cobijarnos en caso de mal tiempo y una mesa en pobres condiciones (figuras 21, 22, 23 y 24).
El descenso una vez abandonado el robledal se alivia, lo que nos permite tener unas vistas magníficas del mismo así como del entorno de Soto y Amío y de otras poblaciones cercanas como Bonella, Oterico o Soto y Amío (figuras 25, 26, 27 y 28).
Al llegar a Lago, una pequeña localidad que aún guarda muestras de arquitectura rural omañesa, la ruta se desvía para girar hacia la izquierda en un camino que en 3 kilómetros recorre la distancia que separa a Lago con Villayuste, no sin antes pasar por una pequeña laguna nada más salir de Lago (figuras 29, 30, 31 y 32).
Antes de iniciar el repecho final hacia Villayuste nos encontraremos con un pequeño valle que es regado por el arroyo Torales, que separa ambas localidades, donde llegaron a existir varios molinos de agua (figuras 33, 34 y 35).
En la localidad de Villayuste nos podremos fijar en algún tejado de casas típicas omañesas donde se recubría con el teito tan característico en Ancares. En el caso de Omaña, éste se ha recubierto con uralita. Sólo nos quedará recorrer las estrechas calles pasando por una fuente para dar con el inicio de la ruta, completando así el itinerario (figuras 36, 37 y 38).
Impresiones.
Había muchas ganas de salir al monte tras meses de confinamiento sin apenas moverse y desconectar los fines de semana. Este recorrido, sin grandes atractivos más allá de la laguna, las vistas y el robledal, es un cómodo paseo donde la mayor dificultad será la orientación pues la señalización es muy defectuosa y, especialmente en el principio del recorrido, hay múltiples senderos con los que es fácil tomar el equivocado.
Waypoints
Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
La ruta es perfecta para hacer una escapada rápida. Tiene dos puntos, si lo podemos decir así, críticos.
Salida del pueblo de Villayuste: diferentes senderos se van cruzando pero es fácil intuir el más utilizado y el que nos lleva al Robledal.
Y punto más alto en el que tenemos que desviarnos a la izquierda: este concretamente, por lo menos cuando fui yo a finales de septiembre, no se ve a simple vista y el giro a la izquierda tampoco es brusco. No obstante, si se anda unos metros entre la maleza o se lleva el GPS no hay problema en visualizarlo.
Por lo demás, es un buen camino para perder unas horas andando.
Gracias AngelFM94.
Gracias por la valoración Carlos! Justo como dices, esos dos puntos son en los que hay que poner una mayor atención. En el primer punto que comentas existe una baliza caída que en su día la coloqué como pude. En el segundo punto no existe señalización alguna para tomar el desvío. Es una pena porque es muy fácil equivocarse.