Los Caños de Gudar

Con la magnífica compañía de Isabel y Nacho, madrugamos en plena ola de calor para llegar al inicio de la ruta antes de las 8 de la mañana.
Tras alguna duda, encontramos el parking campestre, poco antes de llegar a la población de Gudar y dejamos el coche.
Comenzamos a caminar en lo que sería la primera parte del recorrido, muy cómoda, al alcance de cualquier familia, por pista/senda amplia y junto al rio.
A lo largo de un kilómetro, descubrimos algún puente coqueto y el paseo es delicioso a esta hora de la mañana.
Llegamos a la cascada principal con muy poco caudal por la sequía reinante pero que deja entrever lo magnífica que será en primavera/invierno.
La segunda parte arranca con una trepada vertical de unos 50 metros que hay que subir despacio y sin demasiada complejidad para un senderista acostumbrado a la montaña.
Siguen otros 60-80 metros de tramo aéreo para abordar con precaución pero una vez más, al alcance de cualquier caminante habitual.
Prosiguen unos dos kilómetros bordeando todo el tiempo el río Alfambra o río Blanco, cruzandolo aquí y allá enmedio de un paisaje bellísimo entre bosque, río y silencio.
Probablemente la parte más bonita de la ruta.
Llegados al final de este tramo 2, nos da la bienvenida un simpático rebaño de vacas que enfrentamos con valentía....sabiendo de la barrera que nos separa...
A partir de este punto, el tercer tramo nos dirige en una suave y progresiva escalada a abandonar el lecho del río y subir al borde norte del barranco que acabamos de recorrer.
Desde arriba nos sorprende lo profundo y espeso de la garganta recorrida y proseguimos a lo largo de 2-3 kilómetros por senda perfectamente marcada y con perspectivas completamente distintas a los pasos que hemos dado al borde del río.
Así, llegamos sin casi darnos cuenta al final del tramo 3 y al punto de inicio para recuperar el coche.
Precioso paseo de unas 3 horas a salvo del calor, a una altitud de 1.800 metros, GPS imprescindible como siempre y calificacion de "moderado" por la trepada intermedia y el discurrir por los meandros del río con orientación no siempre evidente.
Gracias a mis compañeros de hoy y... esperando a la siguiente. Ha sido un placer!
Sigamos haciendo camino !