Los Castillas (Albuñol)-Los Chilches-Cala Chilches-Punta Negra-La Rabita

Los Castillas pedania del municipo de Albuñol con 283 habitantes.
Albuñol es una población que se remonta al Neolítico, como así lo podemos ver en los restos arqueológicos encontrados en la cueva de los Murciélagos.
Es un municipio de origen romano y tuvo su mayor auge en la época árabe andalusi, que lo convirtió en la capital de la costa.
Despues de esta breve reseña, iniciamos el sendero con una subida entre las casas del barrio. Una vez cogida la altura seguimos por una pista de tierra que nos lleva a los cortijos de los Chilches, hoy abandonados.
antes de llegar hay unas colmenas a la orilla del camino tener cuidado que a mi me picaron dos .
Seguimos por el carril denominado camino de Motril , y en la intersección anterior a la fuente de los Chilches nos desviamos a la izquierda buscando el vértice geodésico de Castellon, con un descenso paulatino haciéndose mas fuerte conforme nos acercamos a la A7.
Cuando llegamos a la base de la bajada nos encontramos con un primer paso bajo la autovía A7, este no lo cojáis ya que no tiene salida. Seguir por el carril hormigonado hasta encontrar un segundo paso, cruzaras la autovía por debajo y seguir el camino hormigonado que nos lleva la antigua N340 junto al Pk 370.
En esta intersección nos encontramos con la cala de Chilches , una bonita playa de unos 300 metros , esta formada por arena oscura y grava. Su acceso es a pie y difícil por el gran desnivel que hay que superar.
Tomamos dirección Motril para ir hasta la atalaya de Punta Negra .
Fue construida en el siglo XVIII por particulares, es tronco cónica, tiene dos pisos y una plataforma con parapeto. Esta fabricada con muro de mamposteria con ladrillos vanos.
En la actualidad esta en ruinas ya que ha sufrido varios terremotos, pero aguanta esbelta. Fue declarada patrimonio histórico español 1985, y por allí no ha ido nadie a echarle una mano para evitar su caída.
Parada obligatoria, paso un buen rato contempladola , ya que desde que la conocí hace unos años me enamoro. Me dejo llevar por el día y por el horizonte, dejo mi mente libre, tomo un poco de fruta y vuelvo dirección a la Rabita donde tomo el autobús para volver a casa.