LOS ESCULLOS-MINAS DE BENTONITA-COLUMNAS DE BASALTO (ida y vuelta hacia San José) CABO DE GATA

Puente de la Constitución enero de 2011
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Es el penúltimo día de estancia en el parque nacional de Cabo de Gata, y nos llevamos una grata impresión de las zonas que hemos pateado y de todo lo que hemos visto. Esta marcha no nos va a desilusionar. Hemos dejado el coche muy cerca de la Punta del Esparto y en la misma playa de Piedra Galera, en la que nos encontramos un hotel más de esos, que a lo largo de nuestra costa mediterránea rompen por completo con la ética y con la estética, por no hablar de toda la legislación en cuanto a protección del litoral, edificabilidad en zonas de protección y demás normativa, que seguramente se pasen por el forro.

Como a nosotros no queremos que estas cosas, al parecer inevitables, nos amarguen el día, continuamos con dirección sur, dejando en primer lugar a nuestra derecha el cortijo de la Loma Pelada, que como su mismo nombre indica, se encuentra en un pequeño cerro, bastante plano, pero eso sí, en un entorno que tiene un encanto especial. El cortijo va quedando detrás y nosotros seguimos por una pista, bastante amplia, con toda la pinta de haber permitido, en un pasado no muy lejano, el transporte de la bentonita. Según nos informamos poco después, se trata de un mineral, que lo mismo tiene un uso medicinal, al parecer para limpieza del colon, así como material de revestimiento medioambiental. El mineral en cuestión, y un poco más adelante se nos hace visible en unas explotaciones a cielo abierto, y que junto al hotel ya citado, ponen ese toque de total impunidad y falta de escrúpulos en cuanto al uso y forma de enriquecerse, sin cumplir los más mínimos requisitos, que en cualquier otro país serían inviolables. Una vez dejamos las minas detrás, decidimos continuar un poco más para que en una curva del camino y tras pasar unas edificaciones, seguramente relacionadas con las minas, y ahora ruinosas y abandonadas, poder ver unas columnas de basalto, que las fotos no permiten ver ni valorar como se merecen, en cuanto a su interés geológico y paisajístico, por aflorar de esa manera en el mismo margen del camino que llevamos. La ida nos ha llevado poco más de tres kilómetros y medio, y algo menos de una hora y media. La vuelta la realizamos justo por el mismo recorrido que la ida, completando así un interesante paseo que con paradas, fotos y tiempo para deleitarse de una costa y litoral espectacular no llega a las tres horas, y que merece la pena realizarse, aunque sea sólo por ser una zona no de las más conocidas del Cabo de Gata.