Los frailes silenciosos (circular)

Tomando como base el track de Rafern92 (gracias), nos hemos animado a intentar una versión corta para acercarnos a este valle olvidado de la Alcarria. Dejamos el coche en el punto en el que el GR10 se cruza con la carretera y emprendemos el descenso por el susodicho GR, a través de un encinar adehesado que poco a poco se va haciendo más cerrado y húmedo hasta llegar al arroyo del Chorrón (o Reato) a las afueras de El Sotillo, en un lugar lleno de encanto entre picachos calcáreos y hojas amarillas en este día de finales de octubre.

Tras remontar un repecho, y a la vista ya de las casas del pueblo (pero esquivándolo sibilinamente), tomamos la pista que baja a la derecha en ángulo cerrado, siguiendo el arroyo. En poco tiempo el valle se ensancha y estaremos en la cola del embalse (aquí tuvimos el gusto de encontrarnos con tres corzos, que salieron huyendo tras saludarnos) y enseguida nos toparemos con los Frailes, que nos reciben cual aparición o Santa Compaña en medio del silencio más absoluto. La verdad es que impresionan los jodíos. Tras los frailes y para evitar meternos de patas en el agua del embalse, seguimos el track de Rafern92 subiendo por una ladera más o menos abrupta, por la que se adivinan los restos de alguna senda olvidada, pero gracias al GPS salimos airosos. Entre los waypoints "iniciamos la ascensión" y "antiguos corrales", la ruta es más o menos monte a través, sorteando chaparros, y además perdemos brevemente la señal de satélite, sin mayores consecuencias. Una vez llegados a lo que un día fue civilización, en forma de corrales en ruinas, damos con una pista clara que en poco tiempo nos lleva a la carretera, por la que transcurren los últimos kms del track. Hay que decir que tal carretera, que da servicio al pantano de La Tajera, tiene tan poco tráfico, que hoy no tuvo ninguno: no nos hemos cruzado con coche ni persona en todo el día, sólo buitres, corzos y algún caza militar que, éste sí, ha roto por unos segundos el silencio de estos frailes de clausura.

Una preciosa excursión por parajes sorprendentes de esos que suele esconder la Alcarria, pese al último tramo más monótono de carretera, pero teníamos prisa por ir a comer a Cifuentes.