Los Garrafes - Infiestas - Llaseiro - Lingleo

Nos desplazamos hasta Bueida (Quirós) con la idea de ver el fenómeno de Los Garrafes en plena eclosión, pero no hemos tenido éxito completo, porqué lo gordo de los Garrafes está por llegar.
Los Garrafes son un fenómeno que se produce en primavera en esta zona y según se indica en su panel informativo: "son unas surgencias o manantiales de agua que brotan entre las rocas de forma efímera. Se trata de un acuífero karstico que se recarga con el agua de lluvia y del deshielo de la nieve depositada en la Vega de Socellares, claro ejemplo de valle karstico cerrado y en las numerosas dolinas existentes en el entorno de los Huertos del Diablo.
Popularmente se dice que los Garrafes revientan cuando comienza a brotar el agua con fuerza, originando un gran estruendo y una corriente caudalosa y espumosa de varios metros de ancho que se precipita ladera abajo. El correr impetuoso y precipitado del agua entre las piedras a su salida de la montaña provoca un ruido ensordecedor".
Aparcamos el coche al inicio de la pista que sube hacia Trobaniello, frente al panel informativo de la ruta de Los Garrafes y punto de partida también para subir a Peña Rueda.
Tomamos un camino que sale a la izquierda, que es el que sube a los Puertos de Agüeria. A los pocos metros cruzamos el río, que baja seco, lo que nos indica que los Garrafes no han "reventado" aún. Comenzamos a subir y a la altura de la primer cabaña que nos encontramos en el camino oíamos un fuerte ruido y nos desviamos por una senda hacia los Garrafes del Viechu y La Corraina; ahí ya se podía observar un fluido importante de agua por entre las piedras, aunque no la fuerte eclosión, que según habitantes de la zona se producirá entre abril y mayo.
Retomamos la senda o caleya y vamos ascendiendo en busca de las praderas de Las Infiestas. A nuestra derecha el murallón de los Huertos del Diablo, con el Tambarón en primera línea; a nuestra izquierda, allá arriba, Peña Rueda.
En Infiestas abandonamos el camino que sube por la derecha, continuando por la izquierda, pradera arriba, enlazando con una senda que nos lleva hasta la Vega y Majada de Llaseiro, con su inmensa pradera y su lago de La Trelda casi seco.
Al fondo de la vega ya podemos observar las moles del Ranchón y el Huerto del Diablo Sur, con la Canal de Rolamuela entre los dos.
Desde Llaseiro, siempre por su parte izquierda, continuamos ascendiendo por una senda hasta alcanzar la collada Lingleo, desde donde observamos, al otro lado, La Cardosina y la Foz Grande. Nuestra intención era llegar hasta la Cardosina, pero la lluvia y la niebla aconsejaron tomar el camino de vuelta, lo que hicimos por el mismo de ida, con una pequeña variante.