Los Jorrios (839), Pico Redondo (772 m.) y Armañón (856 m.) - Banisagre (Trucíos)
near Pando, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Un itinerario duro de completar por el Parque Natural de Armañón, con muchas zonas de exposición que pueden valer fatales consecuencias si no se actúa con cabeza y conocimiento. Como alternativa sugiero realizar el camino hasta Los Jorrios y después tomar directamente camino al Armañón como ya realicé en otra ruta aquí subida.
Se trata de una ruta exigente donde los momentos de descanso escasean, por lo que es recomendable hacer paradas para reponer fuerzas. Hay tanto trepadas asequibles como otras mucho más técnicas, del mismo modo que nos encontraremos de caminos bien marcados a senderos que apenas se distinguen o son muy expuestos.
El recorrido comienza en la pista del barrio de Banisagre, tomando las indicaciones amarillas y blancas hacia la PR-120, la Senda de los Jorrios* hacia el interior del valle. El sendero tiene todo el largo primer tramo hasta el lapiaz bien marcado. Habrá que andar con un ojo puesto a ciertos matorrales espinos y las piedras que van a ir surgiendo.
*Cabe mencionar que este sendero no se puede recorrer desde el 1 de marzo al 15 de septiembre para la conservación de la flora y la fauna, y más concretamente para proteger el anidamiento del alimoche.
Tras un punto de ascenso escalonado bastante marcado, alcanzaremos la que será la altura del inicio del lapiaz, por el que tendremos algunas dificultades para seguir el sendero si no nos fijamos y donde también cruzaremos zonas ciertamente expuestas. Conviene ir con precaución y equipo de protección como pueda ser un casco.
Este sendero finaliza en la Borda del Pedreo, un refugio libre sencillo con buen mantenimiento y unas vistas privilegiadas.
Al poco de pasar la borda, tendremos el cruce donde parten los caminos al Armañón al sur, Pico Redondo al norte, pero nosotros tomaremos al peñón de los Jorrios, cuya ascensión comienza en ese mismo punto. Prestando atención a los hitos que hay repartidos por la subida, no tardaremos en alcanzar la escarpada cima, donde conviene no perder el cuidado.
Tras descender y alcanzar el cruce, subiremos hasta el collado de Campo Pedreo y tomaremos dirección norte cruzando al poco una puerta de ganado que nos dejará en una campa donde el sendero se desdibujará y las referencias escasean, con lo que hay que continuar manteniendo el rumbo lo mejor posible hasta alcanzar una gran torca que bordearemos por la izquierda.
Tras hacerlo, un sendero apenas visible nos introducirá de nuevo en un lapiaz y con sumas complicaciones por la vegetación espinosa y los surcos entre las piedras, nos plantaremos frente a la colina del Pico Redondo.
En mi caso, tomé un camino seguramente erróneo y acabé realizando algunas trepadas no aptas para no preparados. Desconozco si había algún sendero por la cara sur, pero en cualquier caso no supe encontrarlo.
Dejar la cima también supone un quebradero de cabeza por el lapiaz y los pequeños árboles que pueblan todo de ramas, pero superada la corona, el descenso por la cara sur es mucho más liviano, sin apenas vegetación y con la premisa clara de alcanzar la pista de grava.
Esta pista la caminaremos brevemente antes de desviarnos y comenzar el tramo del canal del Juncal, un recorrido muy expuesto al tener que ir por el muro, ya que por el canal descendía buena cantidad de agua. Esta zona simplemente no la recomiendo usar, vista la cantidad de puntos en los que una caída podría resultar fatal.
Finalizado este tramo, pasaremos a otro mucho más apacible, en que una pista nos conducirá por un pinar hasta el collado de Campo Pedreo y de este, superando un desnivel fuerte pero asequible, alcanzaremos la cresta del Armañón al cual ya no nos costará llegar.
Desde este punto, un poco más al sur, usaremos un precario paso en la alambrada para descender por la loma hasta una pista por la que caminaremos hasta alcanzar el primero de los cruces.
Nos desviaremos entonces por la pista que desciende al barranco del Valnero de Pando, un valle muy sombrío al que confluyen numerosos cauces. Al comienzo, será un terreno bastante tupido, donde la vegetación baja puede suponer un problema, pero al alcanzar el arroyo principal, el camino se abre y salvo algunos obstáculos que habremos de rodear, podremos alcanzar primero una pista hormigonada (propiciada por una mina en funcionamiento) y después un par de pistas forestales las cuales serán las últimas antes de regresar al inicio de la ruta.
Se trata de una ruta exigente donde los momentos de descanso escasean, por lo que es recomendable hacer paradas para reponer fuerzas. Hay tanto trepadas asequibles como otras mucho más técnicas, del mismo modo que nos encontraremos de caminos bien marcados a senderos que apenas se distinguen o son muy expuestos.
El recorrido comienza en la pista del barrio de Banisagre, tomando las indicaciones amarillas y blancas hacia la PR-120, la Senda de los Jorrios* hacia el interior del valle. El sendero tiene todo el largo primer tramo hasta el lapiaz bien marcado. Habrá que andar con un ojo puesto a ciertos matorrales espinos y las piedras que van a ir surgiendo.
*Cabe mencionar que este sendero no se puede recorrer desde el 1 de marzo al 15 de septiembre para la conservación de la flora y la fauna, y más concretamente para proteger el anidamiento del alimoche.
Tras un punto de ascenso escalonado bastante marcado, alcanzaremos la que será la altura del inicio del lapiaz, por el que tendremos algunas dificultades para seguir el sendero si no nos fijamos y donde también cruzaremos zonas ciertamente expuestas. Conviene ir con precaución y equipo de protección como pueda ser un casco.
Este sendero finaliza en la Borda del Pedreo, un refugio libre sencillo con buen mantenimiento y unas vistas privilegiadas.
Al poco de pasar la borda, tendremos el cruce donde parten los caminos al Armañón al sur, Pico Redondo al norte, pero nosotros tomaremos al peñón de los Jorrios, cuya ascensión comienza en ese mismo punto. Prestando atención a los hitos que hay repartidos por la subida, no tardaremos en alcanzar la escarpada cima, donde conviene no perder el cuidado.
Tras descender y alcanzar el cruce, subiremos hasta el collado de Campo Pedreo y tomaremos dirección norte cruzando al poco una puerta de ganado que nos dejará en una campa donde el sendero se desdibujará y las referencias escasean, con lo que hay que continuar manteniendo el rumbo lo mejor posible hasta alcanzar una gran torca que bordearemos por la izquierda.
Tras hacerlo, un sendero apenas visible nos introducirá de nuevo en un lapiaz y con sumas complicaciones por la vegetación espinosa y los surcos entre las piedras, nos plantaremos frente a la colina del Pico Redondo.
En mi caso, tomé un camino seguramente erróneo y acabé realizando algunas trepadas no aptas para no preparados. Desconozco si había algún sendero por la cara sur, pero en cualquier caso no supe encontrarlo.
Dejar la cima también supone un quebradero de cabeza por el lapiaz y los pequeños árboles que pueblan todo de ramas, pero superada la corona, el descenso por la cara sur es mucho más liviano, sin apenas vegetación y con la premisa clara de alcanzar la pista de grava.
Esta pista la caminaremos brevemente antes de desviarnos y comenzar el tramo del canal del Juncal, un recorrido muy expuesto al tener que ir por el muro, ya que por el canal descendía buena cantidad de agua. Esta zona simplemente no la recomiendo usar, vista la cantidad de puntos en los que una caída podría resultar fatal.
Finalizado este tramo, pasaremos a otro mucho más apacible, en que una pista nos conducirá por un pinar hasta el collado de Campo Pedreo y de este, superando un desnivel fuerte pero asequible, alcanzaremos la cresta del Armañón al cual ya no nos costará llegar.
Desde este punto, un poco más al sur, usaremos un precario paso en la alambrada para descender por la loma hasta una pista por la que caminaremos hasta alcanzar el primero de los cruces.
Nos desviaremos entonces por la pista que desciende al barranco del Valnero de Pando, un valle muy sombrío al que confluyen numerosos cauces. Al comienzo, será un terreno bastante tupido, donde la vegetación baja puede suponer un problema, pero al alcanzar el arroyo principal, el camino se abre y salvo algunos obstáculos que habremos de rodear, podremos alcanzar primero una pista hormigonada (propiciada por una mina en funcionamiento) y después un par de pistas forestales las cuales serán las últimas antes de regresar al inicio de la ruta.
Waypoints
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